Economía

17 mayo, 2018

El Vaticano apuntó a la especulación financiera y pidió autonomía al poder político

Luego de que el presidente argentino, Mauricio Macri, intentara llevar tranquilidad a la población tras las “turbulencias” económicas -como gustó llamar a la situación el ministro Nicolás Dujovne- se difundió un documento del Vaticano que califica de “ingenua” la confianza en una “autosuficiencia distributiva de los mercados”.

Luego de que el presidente argentino, Mauricio Macri, intentara llevar tranquilidad a la población tras las “turbulencias” económicas -como gustó llamar a la situación el ministro Nicolás Dujovne- se difundió un documento del Vaticano que califica de “ingenua” la confianza en una “autosuficiencia distributiva de los mercados”.

En un texto titulado “Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos actuales del sistema económico y financiero” y dado a conocer por el cardenal ghanés Peter Turkson, la Santa Sede reclamó acciones de control sobre el sistema financiero, porque el mercado “es incapaz de regularse a sí mismo”.

Las críticas y consejos provenientes de Roma se dieron en medio de la vuelta al Fondo Monetario Internacional (FMI) por parte del gobierno argentino. El pasado miércoles, el presidente Macri habló en conferencia de prensa desde Olivos y dijo que el organismo que dirige Christine Lagarde “no nos va a condicionar” y que no existían “agendas ni negociaciones ocultas”.

Como parte de un discurso para apaciguar las críticas y la desaprobación generalizada por parte de la población acerca del FMI, el mandatario se mostró optimista: “Es una institución seria que hace buenos o malos acuerdos”, y que en el caso argentino “es bueno porque garantiza el crecimiento”.

En la antípoda de los planteos del presidente, el Vaticano acusó a los mercados de “afectar negativamente o agravar la situación económica de países enteros”, acciones que ponen «en peligro no sólo los proyectos públicos de saneamiento económico sino la misma estabilidad económica de millones de familias”.

Por otro lado, recordó que “la experiencia de las últimas décadas ha demostrado con evidencia, por un lado, lo ingenua que es la confianza en una autosuficiencia distributiva de los mercados, independiente de toda ética”.

También advirtió sobre la especulación que hacen los fondos de inversión privados sobre los títulos de deuda pública en el mundo y criticó este método: “Hay que destacar que en el mundo económico y financiero se dan casos en los cuales algunos de los medios utilizados por los mercados, aunque no sean en sí mismo inaceptables desde un punto de vista ético, constituyen sin embargo casos de inmoralidad próxima”.

El documento fue redactado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Congregación para la Doctrina de la Fe, y aprobado por el Papa Francisco, según indica el texto de 34 puntos divulgado este jueves.

«Esta práctica [por la especulación] es particularmente deplorable, desde el punto de vista moral, cuando unos pocos, por ejemplo, importantes fondos de inversión, intentan obtener beneficios, mediante una especulación encaminada a provocar disminuciones artificiales de los precios de los títulos de la deuda pública», se subrayó.

Además, señaló que los mercados no son capaces de generar los fundamentos que les permitan funcionar regularmente (cohesión social, honestidad, confianza, seguridad, leyes), ni de corregir los efectos externos negativos para la sociedad humana como son las desigualdades, asimetrías, degradación ambiental, inseguridad social y fraude.

Sobre las cuentas offshore

Como si todo lo dicho por el Vaticano rondara sobre las decisiones políticas y el prontuario del presidente argentino, el documento vaticinó que “no es posible ignorar que esas sedes offshore se han convertido en lugares de lavado de dinero sucio, es decir, fruto de ganancias ilícitas (robo, fraude, corrupción, asociación criminal, mafia, botín de guerra)” y demás.

Asimismo, agregó que bastaría un impuesto mínimo sobre las transacciones offshore para resolver gran parte del problema del hambre en el mundo, aunque reconoció que por “la falta de transparencia de esos sistemas es difícil determinar con precisión la cantidad de capital que pasa a través de ellos”.

Recomendaciones y reclamos

En su escrito, la Santa Sede hizo pedido expreso de que “los poderes políticos y económico-financieros deben siempre mantenerse distintos y autónomos, y al mismo tiempo orientarse, más allá de toda complicidad nociva, a la realización de un bien que es tendencialmente común y no reservado a pocos sujetos privilegiados”.

El texto hizo lugar a la crítica a los Estados que no regulan a los agentes económicos debido a “la libertad de la que gozan” los mismos, “entendida en modo absoluto y separado de su intrínseca referencia a la verdad y al bien”, situación que “tiende a generar centros de supremacía y a inclinarse hacia formas de oligarquía, que en última instancia perjudican la eficiencia misma del sistema financiero”.

Finalmente, se lamentó: “Lo que había sido tristemente vaticinado hace más de un siglo, por desgracia, ahora se ha hecho realidad”, en referencia a que “el rendimiento de capital acecha de cerca y amenaza con suplantar la renta del trabajo”.

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