Cultura

17 mayo, 2018

Luthería: donde el trabajo, la creatividad y la pasión se cruzan

Con la ayuda del Fondo Nacional de las Artes, las autoras de este documental Ser luthier: manos argentina recopilan los testimonios de personas que dan forma a los instrumentos musicales que escuchamos a diario, demostrando que es una labor determinante en el mundo del arte que no merece pasar desapercibida.

Con la ayuda del Fondo Nacional de las Artes, las autoras de este documental Ser luthier: manos argentina recopilan los testimonios de personas que dan forma a los instrumentos musicales que escuchamos a diario, demostrando que es una labor determinante en el mundo del arte que no merece pasar desapercibida.

Detrás de todas las canciones que se entonan y se cantan día a día hay historias: las de sus creadores, las de sus letras, y también las de las notas que forman la música y acompañan las líricas, moldeando así las obras que podemos escuchar una y otra vez sin cansancio.

Sin embargo, solemos ignorar qué historias esconden esos objetos misteriosos que al fin y al cabo son los responsables de otorgar a nuestros oídos todos los sonidos conocidos y por conocer: los instrumentos.

A lo largo de una hora, el documental Ser luthier: manos argentinas nos cuenta de manera detallada el día a día de distintos trabajadores y trabajadoras de un oficio que amalgama partes iguales de técnica y de arte: la luthería. Las primeras imágenes que podemos observar son las de talleres repletos de serruchos, martillos, cinceles y demás herramientas necesarias para este oficio que, increíblemente, no es tan popular.

Estructuralmente hablando, el documental es tradicional. Se ven a los entrevistados hablando a cámara en un ángulo de 45 grados, contando sus distintas experiencias, recordando a aquellos viejos maestros que les sirvieron de mentores y quienes les transmitieron la pasión por la fabricación y el arreglo de instrumentos musicales.

Puede notarse en la voz y la entonación de los que toman la palabra que el fuego sagrado de la luthería está lejos de extinguirse, ya que a menudo es comparado con un juego, con algo que da placer y alegría. Raramente se lo menciona como un trabajo propiamente dicho, que puede llegar a generar estrés y angustia.

Las encargadas de la creación de este documental fueron Rocío Gauna y María Victoria Ferrari, quienes al ser cautivadas por la luthería, quisieron aprender más sobre los modos de aprendizaje, la búsqueda de conocimiento y la variedad de formas de adquirirlo. Este deseo las llevó a entrevistar a varios experimentados trabajadores a lo largo y ancho de toda la República Argentina, desde Chubut hasta Misiones, pasando por la provincia de Buenos Aires y la capital.

Y como estas son manos argentinas, sostienen mate todo el tiempo. Al principio parece ser una coincidencia, un detalle, pero después el patrón se va repitiendo de manera tan frecuente que termina siendo un elemento imperante en la mayoría de las entrevistas. Las manos ajadas por tanto trabajo encuentran un reparo en la infusión nacional por excelencia, compañera de toda labor y representante de la idiosincracia rioplatense. Las múltiples horas que cada uno de los entrevistados pasa en los talleres dándole los últimos toques y pulidas a sus obras tienen como testigo al mate, por lo que no es algo menor su presencia durante el largometraje.

El material que utilizan la mayoría de los luthiers que protagonizan el documental es la madera. La relación que los artistas establecen con él conforma una de las partes más entrañables de toda la película, ya que este vínculo con la naturaleza se muestra tan genuino que no ven a una guitarra o una flauta como una creación ex nihilo sino como una suerte de reencarnación del árbol caído del que extrajeron la madera. Y al mismo tiempo tratan a sus obras terminadas con un afecto paternalista, de modo que realizan un seguimiento de los instrumentos a los que dieron vida y se fueron a pulsar notas de todos los estilos musicales, comunicándose con frecuencia con los músicos que ahora los poseen.

Pese a que el documental puede resultar poco dinámico para alguien no muy familiarizado con el tópico, la hora de duración es el tiempo justo para hacer un paneo general por este oficio que es una combinación de varias cosas: un trabajo, un arte, una pasión, un divertimento, y una técnica que muchos luthiers comparten y transmiten a sus hijos, hijas y estudiantes. El común denominador que todas estas personas tienen es el amor por la música y el deseo de que haya una simbiosis entre ella y la luthería, de manera que las manos que tocan las cuerdas, los parches y las teclas sean las mismas que las crean.

Guido Rusconi

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