2 mayo, 2018
#Cuéntalo: no nos callamos más
El caso conocido como ‘La Manada’ por el cual fueron condenados a prisión cinco hombres españoles luego de violar a una joven en 2016 desencadenó una serie de tuits bajo la etiqueta #Cuéntalo en la que cientos de miles de mujeres relataron hechos en los que ellas o sus familiares, amigas y conocidas sufrieron violencia machista a lo largo de su vida.

El caso conocido como ‘La Manada’ por el cual fueron condenados a prisión cinco hombres españoles luego de violar a una joven en 2016 desencadenó una serie de tuits bajo la etiqueta #Cuéntalo en la que cientos de miles de mujeres relataron hechos en los que ellas o sus familiares, amigas y conocidas sufrieron violencia machista a lo largo de su vida.
La Manada
Una manada es, según la Real Academia Española, un “conjunto de ciertos animales de una misma especie que andan reunidos”. Pero en los últimos días, la Manada tomó otro significado ante el fallo machista de la justicia española.
“¡No es abuso, es violación!” y “Hermana, yo te creo” fueron las consignas que entonaron miles de personas la semana pasada en las calles para reclamar contra la decisión de la Audiencia de Navarra. Es que el tribunal desestimó la palabra de la víctima.
En 2016, en la ciudad de Pamplona, una mujer de 18 años fue interceptada por cinco hombres que la acorralaron y la violaron. Todo quedó registrado en fotos y videos tomados por sus agresores, pero la sentencia sostuvo que no hubo violación sino que la joven “solo sufrió un abuso sexual continuado con prevalimiento”. Según los jueces, arribaron a esta conclusión porque la víctima no se resistió.
Las manadas
Unos días antes del fallo español, durante la madrugada del lunes 23 de abril en la provincia de Salta, un grupo de hombres secuestró, golpeó, estranguló, violó y abandonó -creyéndola muerta- a una joven de 18 años a la salida de una fiesta. Nadie los detuvo, e incluso otro hombre fue quien la entregó.
Durante esos días un grupo de hombres atacó por tercera vez a una integrante del colectivo de FM La Tribu en pleno barrio de Almagro en un nuevo acto de lesbo-odio. La misma manada realizó los tres ataques y no se amedrentó ante las denuncias realizada a la Justicia y la policía por parte de la víctima.
Este lunes en Chile una argentina de 28 años fue interceptada en el subte por un grupo de hombres que la llevaron a un descampado para violarla en grupo. No les importó ser captados por las cámaras de seguridad del Metro de Santiago. Al momento no hay detenidos.
Ni siquiera la luz del día impidió que un hombre abuse sexualmente de una chica de 25 años en la estación de trenes de Monte Grande, ni frenó al que abusó de una niña de 13 en un sendero “seguro” del barrio de Colegiales.
Ahora nosotras
El caso español provocó acción, provocó el “Ahora nosotras somos la Manada”. Muchas mujeres contaron los casos de acoso, abuso y violencia que sufren día a día. El domingo a través del hashtag #Cuentalo salieron a la superficie muchas historias que irrumpieron en la red como una gran conversación entre valientes. Trending Topic mundial con más de 450000 tweets, la etiqueta sigue recopilando historias que suceden acá o allá y que atraviesan nuestro presente.
Hacer propio el verbo decir: “Lo cuento yo porque sigo viva”
Nos dijo que nos iba a matar. Corrió con un traba volantes hasta la habitación de mi mamá. Me acuerdo de sus pasos subiendo las escaleras. Logré trabar la puerta mientras mi mamá lloraba. Pedimos ayuda desde la ventana.
— FlorFreijo (@Florfreijo) 30 de abril de 2018
Hicimos la denuncia pero nos obligaron a quedarnos 15 días ahí para no hacer abandono de hogar. Dormimos con un cuchillo y la puerta trabada tratando de no cruzarlo, comiendo adentro. Lo puedo contar porque el azar es así, lo puedo contar porq es mi historia. #cuentalo
— FlorFreijo (@Florfreijo) 30 de abril de 2018
Me acuerdo, entre otras cosas, que nunca se cansó de decir que yo estaba hecha una putita con todos los pibes que llamaban a casa.. Tenía 14 recién cumplidos, y miedo. Mucho. Hoy reconozco a un violento a tres cuadras. #cuentalo
— FlorFreijo (@Florfreijo) 30 de abril de 2018
El coraje se multiplica: “Leí una historia y me animé: acá va la mía”
Leyendo los #cuentalo me anime a escribir el mio. pic.twitter.com/d0yJp4XcFM
— Vasurita (@VickyPCarrion) April 30, 2018
Mi novio me revisa el celular, si no le gusta algo me golpea. No me deja juntarme con mis amigas porq son unas "putas". Me viola, me usa, me saca fotos íntimas y me manipula. Lo dejo y me amenaza, me da miedo salir a la calle sola. Lo cuento yo porque es mi historia. #Cuentalo
— Flor♀️ (@Florr_Gaspari) April 30, 2018
Aunque nos quiten la voz: “Lo cuento yo porque ella ya no puede contarlo”
Me llamo Diana. Luche incansablemente por los derechos LGBT.
El 11 de octubre de 2015 mi pareja Gabriel Marino junto a un complice, me amordazaron, golpearon, patearon, y cortaron con vidrios rotos antes de apuñalarme.
Lo cuento yo porque Diana Sacayan no puede.#cuentalo— Jose Maria Di Bello (@josedibello) April 30, 2018
Tengo 33 años y ejerzo la prostitución en la calle. Milito en AMMAR. Denuncio que la policía nos hostiga y que son cómplices de trata de menores. Una noche me pegan un tiro en la nuca. Fue un oficial de la policía de Rosario. Lo cuento yo porque Sandra Cabrera no puede. #cuentalo
— maría riot (@riotmaria) April 30, 2018
https://twitter.com/GimeFasano_/status/991000626271326208
Tengo 12 años, mi padrastro se masturba y eyacula en mi ropa mientras duermo, me voy a vivir con mi amiga porque mi mamá no me cree. Después de 9 meses la justicia determinó que vaya a vivir con mi abusador y su cómplice. Lo digo yo, porque de mi amiga ya no sé nada #cuentalo
— princesazul (@luchi_fontanet) April 29, 2018
https://twitter.com/DulSoonaoK/status/990809470132539392
Me llamo Florencia Pennacchi. Estudiaba Economía en la UBA. Bajé a buscar dos latas de cerveza y no se supo nada más de mi. Me desaparecieron para ser prostituida. Hace trece años mi familia me sigue buscando.
Lo cuento yo porque ella no puede.#Cuentalo— cuida molleras (@vertebralumbar) April 29, 2018
Tengo 16 años, y sueño con ser veterinaria. El Sábado 8 de Octubre salí de mi casa, y nunca más volví. Fui drogada, violada y empalada. Morí de un reflejo vagal, en otras palabras, morí de dolor.
Lo cuento yo, porque Lucía Pérez no puede. #Cuéntalo pic.twitter.com/sEOZmXoFu1— Josefina (@JosefinaCorreaa) April 29, 2018
Sofía Maschio – @maschiomar
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