Economía

13 abril, 2018

La inflación de marzo fue 2,3%: los pronósticos del gobierno se caen a pedazos

Este jueves el INDEC dio a conocer el índice de precios correspondiente al mes de marzo, que alcanzó el 2,3%, superando las previsiones de distintas consultoras. Las subas de la inflación núcleo y las definiciones de política monetaria del Banco Central.

Este jueves 12 de abril, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente al mes de marzo. Con una suba esperada en torno al 2%, el dato difundido fue finalmente del 2,3%, situándose por encima de las previsiones.

La suba estuvo liderada por los servicios educativos (13,8%), equipamiento y mantenimiento del hogar (4,5%) y prendas de vestir y calzado (4,4%). Educación también había anotado la mayor suba del índice durante el mes de marzo con el 9,9%.

El acumulado anual, por otra parte, se ubicó en el 6,7%, mientras la variación interanual fue del 25,4%. Bajo una mirada regional, los mayores aumentos se dieron en el noroeste y la Patagonia, con una suba del 3,1%.

La inflación núcleo fue del 2,6% y superó por 0,3 al índice general. También superó al índice que mide los precios estacionales (1,6%) y los regulados (2%).

Recordemos que la inflación núcleo, la que mira el Banco Central (BCRA) para decidir su política monetaria, es aquella que deja de lado bienes y servicios estacionales, así como aquellos regulados o con un alto componente impositivo.

El número de marzo no solo supera al del índice general, sino que también se sitúa como el más elevado desde que el IPC tiene un carácter nacional.

Para el mes de abril la suba de precios se calcula por encima del 2%, centralmente debido a los aumentos de transporte, agua y gas. Según estiman desde distintas consultoras, el cumplimiento de la meta propuesta por el Banco Central se encuentra cada vez más lejana y la mayoría de ellas continúa modificando sus pronósticos al alza.

Estas cuestiones que venimos describiendo quedaron expresadas también en el Relevamiento de Expectativas de Mercado, una encuesta realizada por el BCRA a analistas del medio local e internacional.

Según el último número dado a conocer a comienzos de este mes, la inflación proyectada para 2018 se ubica en el 20,3% anual, con una suba en relación al anterior relevamiento de 0,4 puntos porcentuales. Para 2019 la expectativa de inflación se sitúa en el 14,3%, mientras para 2020 es del 10%.

De esta manera continúa creciendo la divergencia entre las metas de inflación propuestas desde el Ejecutivo y las expectativas del mercado, una brecha que en la actualidad se ubica en 5,3%.

Pese a estas cuestiones, el titular de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, sostuvo en su paso por la provincia de Neuquén: “Somos muy optimistas sobre el proceso de desinflación ya que vamos por un buen camino”, aunque agregó: “Falta mucho por recorrer”.

Estas cuestiones estuvieron también presentes en la definición del Central acerca de la decisión sobre la tasa de referencia, hoy el centro del corredor de pases a siete días, que fue mantenido en el 27,25%. En el comunicado difundido, el BCRA indicó que la inflación núcleo se mantendrá en registros elevados durante abril, pero, como afirmó Sturzenegger, dicha aceleración es solo momentánea y se debe al aumento de precios regulados y a la depreciación del peso entre diciembre y febrero. No obstante, los números de abril no parecen ir en sintonía con esta última afirmación.

Uno de los aspectos que se destacan del comunicado radica en la explicación acerca de la actual suba de precios, que complica la “desinflación” buscada: de la centralidad otorgada a la política monetaria vía el manejo de la tasa de interés para absorber pesos del mercado, el Banco Central pasó a una mirada multicausal donde se consideran desde el nivel del tipo de cambio hasta las negociaciones salariales y los precios regulados, como aspectos que inciden en el proceso inflacionario.

Este discurso es reforzado con la afirmación de que de ser necesario se continuará interviniendo en el mercado cambiario con “la convicción de que una depreciación mayor a la ya ocurrida no estaría justificada ni por impactos económicos reales ni por el curso planeado de su política monetaria”.

De cara a 2019 el gobierno enfrenta, como sostienen desde el Instituto de Trabajo y Economía, un trilema de difícil solución con objetivos incompatibles entre sí: ajuste de tarifas/reducción del déficit fiscal, estabilización del tipo de cambio real y rápida baja de la inflación.

De fondo continúan los ecos de la disputa veraniega entre el equipo económico y el Banco Central sobre el enfoque de la política monetaria y su relación con la macro, así como la viabilidad de un esquema de metas de inflación para la realidad económica actual.

Leandro Navarro – @navarro_lean

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