13 abril, 2018
[El hilo de la semana] «Un día esta mierda no va a pasar más»
Aunque en Twitter todo parece ser fugaz y efímero, desde Notas prestamos atención a aquellos hilos que merecen ser rescatados del voraz paso del tiempo. Hoy: en el marco del debate sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la historia de un aborto clandestino que demuestra la necesidad de garantizar este derecho.

Aunque en Twitter todo parece ser fugaz y efímero, desde Notas prestamos atención a aquellos hilos que merecen no perderse en el voraz paso del tiempo. Tuits que se encadenan para contar historias, explicar situaciones o conflictos, revelar datos trascendentes o que, simplemente, vale la pena compartir por curiosos o llamativos. Hoy: en el marco del debate sobre la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, la historia de un aborto clandestino que demuestra la necesidad de garantizar este derecho.
Magui López (@Tia_MaGui), militante feminista y coordinadora del Grupo de Estudios sobre Paraguay de la Universidad de Buenos Aires (UBA), relató un caso de aborto clandestino en el que tuvo que asistir a una adolescente de 14 años y llevarla a un hospital luego de la intervención. La búsqueda de una institución sanitaria segura, donde no la criminalizaran y el temor de la joven de ir presa, dan cuenta de una realidad que se vive cotidianamente en todos los estratos sociales, pero que pone en peligro a los sectores más vulnerables dejando de manifiesto la importancia de la discusión que hoy se está dando en el Congreso Nacional.
En el 2006 me llamaron al barrio donde estaba trabajando con algunas “madres del paco”. La situación era un aborto clandestino de una piba de 14. El método: aguja de tejer
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 11 de abril de 2018
La llevamos al hospital muy mal. No pasaban taxis y los que pasaron no querían llevarnos, porque la piba estaba bañada en sangre. Ella sólo decía que no se quería morir. No tenía culpa, sino miedo a morirse.
Era la primera vez que se embarazaba. Abortó sin compañía del varón— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 11 de abril de 2018
La piba decía “me van a meter en cana”, pensando en el peligro de llevarla a un hospital.
Llamé a una amiga, le pedí la data de algún lugar donde la cuidasen y no la criminalizaran. Mi amiga me tiró lugares. Ya sabíamos a dónde ir pero no teníamos aún cómo llegar ahí— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 11 de abril de 2018
La señora que me había llamado mandó a una de sus hijas a pedirle a una mujer de la villa que nos lleve en su moto. La señora no estaba, pero su prima sabía alguien que nos podía llevar.
Apareció alguien mandado por ella con un auto destruido pero que andaba y podía trasladarnos— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 11 de abril de 2018
Llegamos al lugar recomendado por mi amiga y pedimos por una enfermera («a ella le podés contar»). No estaba. La secretaria (maestranza o administrativa o enfermera porque hacen un poco de todo) me dijo «igual si vienen por ESO, mejor se van a la sala del Bajo Flores. ACÁ HOY NO»
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
Nos estaba diciendo que la persona a cargo la iba a denunciar. Nos salvó. Le agradecí. Me guiñó el ojo. Yo le sonreí (estaba con los ojos llorosos). Y me dijo «un día esta mierda no va a pasar más. Vayan allá y pidan por tal»
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
Llegamos, pedimos por ese médico que nos indicaron, estaba, la enfermera que nos auxilió y asistió al médico nos decía «a todas nos puede pasar de perder un bebé cuando estamos andando en moto y nos caemos»
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
Era su código para decirnos que la piba estaba segura y que ellos no la iban a denunciar, es más iban a protegerla. El grado de alivio que sentimos cuando esas mujeres nos dijeron esas cosas es indescriptible
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
La chica tenía perforación de útero y otras complicaciones que no puedo recordar. La salvaron y cuidaron.
Volvió a la casa. No fue en cana. No volví a verla.— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
Este llamado volvió a pasarme un par de meses después con una chica de 16 y otro par de meses después con una de 22. Estas 2 ya eran madres y los padres de sus hijos no se habían hecho cargo. De una no recuerdo el método, la otra había combinado pastillas, golpes y rama
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
A mí cuando me dicen que el reclamo del aborto es de un grupo de feministas de clase media que usan la excusa de las mujeres pobres se me cruzan un poco lo cables.
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
En toda estas situaciones fui quien tenía el capital social para saber a quién llamar y cuándo para pedir cuál información. Nunca me vi forzada a abortar en esas condiciones. Nunca fue a mi a quien sacaron chorreando sangre de un cuartucho inmundo con un alambre entre las piernas
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
Fue una red de mujeres la que se articuló para asistir a otra mujer que, todas sabíamos, podía ser cualquiera de las intervinientes. La que me llama, la que busca a la de la moto, la prima que consigue el traslado, la hija de aquella, la secretaria, la enfermera…
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
También se me cruzan los cables cuando hablan de las pibas de la villa como sujetos-madres que no abortan porque sienten que su destino es tener hijos. Esto es una visión falsa, patriarcal y elitista incentivada por gente que interviene en estos espacios para que nada cambie
— MaGui LóPeZ (@Tia_MaGui) 12 de abril de 2018
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