2 marzo, 2018
Macri en el Congreso o “cómo colgarse de la ola feminista”
Por María Paula García. En la apertura de las sesiones ordinarias legislativas, y a una semana del Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans del 8M, el presidente Mauricio Macri abordó, en tan sólo 42 minutos, varias cuestiones vinculadas con las reivindicaciones del movimiento feminista.

Por María Paula García. En la apertura de las sesiones ordinarias legislativas, y a una semana del Paro Internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans del 8M, el presidente Mauricio Macri abordó, en tan sólo 42 minutos, varias cuestiones vinculadas con las reivindicaciones del movimiento feminista.
“Macri presentó una agenda de género como este país nunca había visto” dijo La Nación. “Macri, el feminista que nadie vio venir”, tituló Clarín, agregando que el presidente sorprendió con un discurso que incluyó reclamos históricos por los derechos de la mujer e incluso afirmando que “si todo es una cuestión de marketing político -o de cintura para subirse a la ola de los nuevos reclamos al ritmo de lo que indican las encuestas-, se develará en los próximos meses”.
Pero no hace falta esperar. A cada uno de los anuncios y referencias realizadas se le pueden oponer políticas oficialistas que contrastan fuertemente con los reclamos y las deudas pendientes en materia de género.
Brecha salarial
El discurso: «No podemos permitirnos que una mujer gane menos que un hombre; no es justo, no está bien, y según el Indec, esa diferencia llega al 30 por ciento. Tienen mi compromiso para que el salario igualitario sea realidad».
La realidad. Es cierto. Hay brecha salarial. Pero no se soluciona con buenas palabras. Las mujeres acceden a empleos peor pagos y más precarizados porque son las que están a cargo de las responsabilidades domésticas y de las tareas de cuidado.
Se trata de una cuestión estructural que requiere de políticas públicas concretas. Y es justamente la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y la política de despidos que encabeza esta fuerza política la que impacta severamente en la vida de las mujeres.
Es la desarticulación de los planes para cooperativas sociales la que empeora las posibilidades laborales de las mujeres de los barrios populares. Es el vaciamiento de la educación pública, la falta de vacantes y de escuelas del nivel inicial lo que impide a las mujeres acceder a trabajos mejores y con mayor carga horaria. Son los intentos de querer atar un mayor porcentaje del salario al presentismo, como en el caso de las docentes, lo que afecta particularmente a las trabajadoras con familiares a cargo. Es la reforma previsional impulsada por el oficialismo la que significa un retroceso para las amas de casa y trabajadoras domésticas informales que pudieron acceder a la jubilación en la última moratoria. Es el recorte de la Asignación Universal por Hijx lo que empeora los ingresos de las mujeres, ya en el 99% de los casos lo reciben las madres.
Tareas de crianza
El discurso: «No hay razón para que los padres compartamos sólo dos días del nacimiento de nuestros hijos; propondré extender la licencia por paternidad”.
La realidad. El tema de las licencias parentales es un tema serio. En el proyecto de reforma laboral que circuló a finales del año pasado se proponía ampliarlas a 15 días corridos. No obstante, siendo un derecho fundamental, es importante decir que si dichas licencias no son parte políticas públicas integrales de cuidado que posibiliten repartir de manera igualitaria las tareas de crianza, dichas tareas, que no se circunscriben ni a 10 ni a 15 ni a 90 días, siguen recayendo en las mujeres. Sin guarderías materno / paternales en los lugares de trabajo y sin más escuelas públicas de educación inicial, entre otras tantas necesidades, todo anuncio al respecto es claramente una bomba de humo.
Educación sexual integral
El discurso: “Estamos trabajando con el equipo de Desarrollo Social, Salud y Educación en una iniciativa integral para que, en las escuelas, en los centros de salud y en las comunidades, haya profesionales que acompañen y asesoren a los chicos en educación Sexual, salud reproductiva y métodos anticonceptivos. Sólo con información van a tener la libertad de elegir qué quieren para su vida”.
La realidad. En nuestro país existe una Ley de Educación Sexual Integral desde el 2006. Y el oficialismo se ha encargado, en CABA, la provincia de Bs. As. y nacionalmente, de obstaculizarla e incumplirla.
En primer lugar reduciendo el presupuesto destinado a su aplicación, el cual cayó en los dos primeros años de gobierno de Macri en 12 millones de pesos con respecto al 2015. En segundo lugar, recortando notablemente las capacitaciones presenciales y la oferta de cursos online para capacitación docente, además haber dejado de reimprimir los materiales y folletos que se distribuían en las escuelas. Y por último desmantelando programas relacionados.
El método ha sido despedir trabajadoras y trabajadores de los programas para luego ocupar esa vacancia con ONGs que, en muchos casos, tienen enfoques que no respetan la laicidad de la educación pública, la perspectiva de género y el marco de Derechos Humanos, y que expresan claramente la tercerización de una política pública en instituciones privadas.
Hay algo que sí creció, el Plan Nacional de Prevención de Embarazo al cual hizo referencia el presidente. Y creció gracias a que ocho de los 43 millones destinados a la ESI fueron redireccionados hacia él, una decisión nada casual por otra parte, ya que busca reducir la perspectiva integral de la ley a un viejo concepto meramente biológico y dedicarse sólo a la prevención de embarazos. Se dejan de lado, así, los conceptos fundamentales de la ESI, que entiende a la sexualidad desde una integralidad, para tomar otra vez el paradigma biomédico que excluye la dimensión cultural, afectiva y ética
Derecho al aborto
Discurso: «Hace 35 años que venimos postergando un debate sensible, el aborto. Y como dije más de una vez estoy a favor de la vida pero también estoy a favor de los debates maduros y responsables que como argentinos tenemos que darnos. Espero que se escuchen todas las voces y se tomen en cuenta todas las posturas».
La realidad. El aborto, más precisamente la ilegalidad del aborto, no es un debate sino una realidad. Sólo en Argentina se realizan aproximadamente 500 mil abortos por año y el 95% son clandestinos e inseguros. Está plenamente demostrado que la ilegalidad del aborto e incluso la persecución judicial a las personas gestantes que deciden interrumpir un embarazo no deseado no impide la práctica. Sólo permite que siga siendo insegura y que las mujeres, sobre todo las más pobres, arriesguen su vida en dicha práctica. Es por ello que el aborto es una problemática de salud pública y de derechos humanos de las mujeres.
Abrir simplemente un debate, como si en ello no influyeran intereses y lobby de los sectores más conservadores, es exponer a la sociedad a una discusión peligrosa. Qué hay detrás de esta movida por parte de un presidente que vetó en CABA el protocolo para la atención de los abortos no punibles y que como fuerza legislativa llegó a votar en contra de la ley de fertilización asistida, es difícil de saber. Pero genera sospecha. Sobre todo aquella de querer abrir una instancia de manera oportunista para mostrarse dialogante, mientras prepara por detrás una movida regresiva junto con los sectores religiosos y conservadores.
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Ola, huracán, vientos de cambio. Diferentes expresiones que hacen referencia a un mismo fenómeno: la insurgencia del movimiento feminista en Argentina. Que es producto de una larga maduración de luchas y resistencias, pero al mismo tiempo algo novedoso y difícil de ser leído con las categorías de los análisis tradicionales.
Hoy se revela como un sujeto político dinámico, organizado, transversal, con capacidad de marcar agenda y ganar las calles en unidad, aglutinador de muchos otros sectores y crecientemente opositor al gobierno nacional.
Una muestra de ello son las numerosas asambleas autoconvocadas que no dejan de extenderse por todo el país, espacios donde se expresan cuerpos políticos que no se perciben a sí mismos esencialmente como víctimas de los diferentes tipos de violencia, sino como sujetos deseantes y activos que enfrentan a las políticas neoliberales patriarcales. Un movimiento que maduró justamente “viendo venir” a un Macri presidente, no precisamente feminista sino todo lo contrario. Y que asumió, en palabras de Lohana Berkins, que “el tiempo de la revolución es ahora, porque a la cárcel no volvemos nunca más”. Y que excede ampliamente las temáticas abordadas en el discurso presidencial.
Frente a esta ola que avanza, aún con fuerte viento en contra, es necesario dar respuestas. Una posible es la del sindicalismo y diversos movimientos sociales, que enfrentan las políticas de ajuste pero se resisten a democratizarse desde el punto de vista de género e incorporar las demandas feministas como fundamentales para construir un programa político alternativo que pueda, no sólo enfrentar al gobierno, sino transformar la Argentina.
Otra la del gobierno, es decir tomar algunas banderas del feminismo para dotarlas de un contenido conservador y liberal o para agitarlas a modo de marketing mientras nada cambia.
Y por último, se puede elegir surfear la ola, asumir el reto y tomar las calles el 8M para escribir una nueva página en la lucha por todo lo que debe ser cambiado. En eso anda el movimiento, agitando #NosotrasParamos.
@MariaPaula_71
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