Nacionales

15 febrero, 2018

Ricardo Alfonsín: «Si no fuera de Cambiemos, iría a la marcha»

Ricardo Alfonsín, ex diputado nacional y dirigente de la Unión Cívica Radical, analizó en diálogo con FM La Patriada la actualidad del centenario partido dentro de la alianza Cambiemos y la coyuntura del país, en el marco de la movilización sindical convocada para el 21 de febrero.

Ricardo Alfonsín, ex diputado nacional y dirigente de la Unión Cívica Radical, analizó en diálogo con FM La Patriada la actualidad del centenario partido dentro de la alianza Cambiemos y la coyuntura del país, en el marco de la movilización sindical convocada para el 21 de febrero.

– ¿Va a extrañar el Congreso?

– No, prefiero los cargos ejecutivos a los legislativos. Creo que a todo el mundo le debe gustar más. Además siempre me tocó ser minoría, con el kirchnerismo y ahora también.

– Pero, ¿no forma parte de Cambiemos, usted?

– Bueno, pero hacia adentro de Cambiemos… el otro día me preguntaban “qué es ideológicamente Cambiemos” y no existe una ideología Cambiemos. Existe una ideología radical, una PRO, una ARI. Y son bastante diferentes las tres. La UCR es minoría en Cambiemos y yo soy minoría en la UCR. Así que siempre me ha tocado por h o por b ser minoría.

– ¿Siente un poco más alejado por los hechos recientes? La reforma previsional, los DNUs colectivos que salieron…

– Las diferencias con el PRO son previsibles y deberían ser previsibles para todos los radicales. El que diga que no imaginaba que existieran diferencias entre el PRO y la UCR no dice la verdad. Recuerden ustedes lo que decían los radicales cuando se conformó Cambiemos. Todos hablaban de las diferencias, de la pluralidad. Ahora parece que dejó de ser la diferencia un valor y la uniformidad se transforma en el valor más importante. Todos los radicales deberíamos reconocer que hay diferencias, lo que ocurre es que algunos las callan. Yo hago lo que dijimos que íbamos a hacer cuando cerramos este acuerdo. Además soy fiel a mis ideas y nadie puede reprocharme eso.

– ¿Siente que hay una crisis de representatividad dentro del radicalismo?

– Creo que nunca estuvo la UCR como en estos dos años tan alejada del significado, de lo que representa, la razón de ser de la UCR. Nunca había ocurrido eso con el partido. Siempre hay una dosis de política y de pragmatismo, pero una dosis de pragmatismo, nunca una dosis de ideas. Nunca habíamos sido tan acríticos, sobre todo la conducción, ni frente a gobiernos radicales. Jamás. Ni con el gobierno de Alfonsín ni con el de De La Rúa. No sé por qué razón ahora que forma parte de un frente donde hay diferencias. Me parece natural que haya diferencias.

– ¿Cómo analiza el caso del policía Chocobar y el tratamiento que recibió por parte del gobierno? ¿No le parece peligroso que se le de tanta libertad a las fuerzas de seguridad?

– Absolutamente. El mismo día que el presidente lo recibió a Chocobar escribí un artículo. Es peligrosísimo. “Doñarrosismo” le diría yo. Donde se hacen cosas simplemente para dar respuesta a una demanda de la sociedad con independencia de que sea racional o no. Puedo entender que en ciertos sectores de la sociedad pasen estas cosas por la angustia que genera la inseguridad, el temor a que ocurran cosas que pongan en juego la vida, la integridad o la propiedad.

Pero en el fondo, lo que se discute es que están los que creen que el Estado debe siempre ceñirse a la ley en su accionar, y los que creen que esa obligación no existe en el caso de la delincuencia. Que frente al delincuente no existe el Estado de Derecho y eso es peligrosísimo. Con la historia que tenemos deberíamos haber aprendido ya lo que significa la tolerancia frente a un Estado que actúa apartándose del Estado de Derecho. Lo que es increíble es que desde un gobierno, quienes tienen mayores responsabilidades, se manden mensajes alentando ese tipo de posiciones. Eso es realmente un retroceso muy grande.

– ¿A nivel personal, lo decepcionó este gobierno?

– Yo no responsabilizo al PRO. Las diferencias con el PRO eran previsibles. No pienso que las diferencias con otra fuerza política sean de intenciones, son ideológicas. Y en todo caso tiene que ver con la forma en que deben encararse los principales problemas que tenemos los argentinos. Y nunca me imaginé que tuviéramos coincidencias en ese sentido con el PRO: respecto al rol del Estado en la economía, el tipo de crecimiento que necesitamos, etc.

Sí me sorprende lo que la UCR está haciendo, o lo que hizo hasta ahora, esperemos que con la nueva conducción esperamos que cambie. Que hayamos acompañado decisiones con cuyos contenidos hasta hace dos años no estábamos de acuerdo. Eso sí que no era previsible. No se trata solamente de cuidar la República, reparar el daño que puede haber sufrido o de terminar con el déficit o con la inflación. Gobernar es mucho más. Es definir el tipo de crecimiento, cómo se van a distribuir los ingresos, cómo nos vamos a vincular con el mundo. Es mucho más. Lo que me llama la atención es el silencio del partido.

– ¿Considera que en el último tiempo se perdieron ciertas garantías en materia de derechos humanos?

– No creo que en los hechos, pero sí que ha habido discursos, posiciones, diferentes a las de la UCR. Las garantías frente a estas cuestiones nos las da la propia sociedad. Lo que dijo el ministro Avelluto hace un año a mí me preocupó sobre que las nuevas generaciones no cargan con la mochila de la dictadura. Es como si un dirigente de la comunidad judía dijera que las nuevas generaciones no cargan con la mochila del Holocausto. O los armenios no cargan con la mochila del genocidio armenio. Eso pasó desapercibido, lo pronunció el ministro de Cultura.

Las miradas distintas se traducen en políticas distintas. Los desfiles de los Carapintadas, también. Y no tengo nada personal con nadie, tengo ideas diferentes. O el desfile de miembros del Operativo Independencia. Son expresiones de miradas diferentes. Tampoco me sorprende. El que diga que se sorprende tampoco dice la verdad.

– Dijo Luis Barrionuevo hace un tiempo que los gobiernos que se peleaban con el sindicalismo no terminaban su mandato, Raúl Alfonsín era uno de ellos. Estamos cerca de una importante movilización, ¿cómo analiza eso?

– Lo de Barrionuevo me parece lamentable. Puede pensar lo que quiera, pero que sea inteligente. Si quería defender el sindicalismo, cosa que yo sí defiendo, debía haber dicho algo diferente. Por lo menos que sea vivo, esa no es la mejor manera de defender al sindicalismo, la organización de los trabajadores, que muchos quieren atacar porque es un factor de negociación importante con el capital y quieren debilitarlo como ha ocurrido en muchos países. Por supuesto la existencia de sindicalistas corruptos le viene como anillo al dedo a quienes quieren una organización de los trabajadores débil. Los progresistas y sindicalistas corruptos son los peores enemigos de los sectores del trabajo y los sectores progresistas.

Lo que va a ocurrir el 21 es lo que uno puede imaginar que puede ocurrir en un país con 30% de pobres, 10% de desempleo, que encabeza la pobreza y el desempleo juvenil en América del Sur, que tiene salarios y jubilaciones muy bajos y apenas alcanza a la canasta básica, con salarios que van a aumentar lo que la inflación estimada cuando todos sabemos que la inflación va a ser mayor, etc.

– El gobierno dice que son medidas extorsivas de Hugo Moyano para que no avancen sus causas judiciales y Moyano dice que las causas avanzan para presionarlo a él…

– Esa es una cuestión que tiene que responder Moyano. A mí me llama la atención que algunos radicales digan eso también como si no hubiera razones para manifestarse y protestar. Yo no puedo decir que apoyo la marcha, pero la entiendo perfectamente. Probablemente, si yo estuviera en el mundo del trabajo, y no fuera político, no fuera radical y no estuviera en Cambiemos estaría en la marcha. Pero yo tengo otro tipo de responsabilidad y de condicionamientos, estoy siempre dispuesto al diálogo. Pero claro, es muy fácil decir esto.

El asunto es tratar de vivir como tienen que vivir los que pertenecen al mundo del asalariado, del jubilado. Las dificultades generan reacciones, como generan reacciones las dificultades que se viven en el mundo empresario, lo que pasa es que se manifiestan de otra manera. Pero sería bueno que nos diéramos cuenta que también son manifestaciones de protestas como fugar capitales, despedir, desinvertir, aumentar los precios. Son protestas del mundo empresario, que se suelen considerar como hechos naturales. A nadie se le ocurre decir que tenemos que tratar de hacer las cosas para que los trabajadores no tengan excusas para protestar.

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