1 febrero, 2018
«Si el moyanismo acelera el camino de confrontación podrá liderar al sindicalismo opositor»
El periodista especializado en temas sindicales, Jorge Duarte, analizó en diálogo con Las Mañanas de Radio Sur la convocatoria del 22 de febrero lanzada por Camioneros, las tensiones en la Confederación General del Trabajo (CGT) y el estado general del movimiento obrero.

El periodista especializado en temas sindicales, Jorge Duarte, analizó en diálogo con Las Mañanas de Radio Sur la convocatoria del 22 de febrero lanzada por Camioneros, las tensiones en la Confederación General del Trabajo (CGT) y el estado general del movimiento obrero.
– ¿Qué está pasando dentro de la CGT a partir del anuncio de la movilización del 22 de febrero y la declaración de Mar del Plata?
– La CGT venía sosteniendo una unidad que le costaba muchísimo. De hecho es tan claro eso que para poder llegar a compartir el edificio de Azopardo tuvieron que nombrar un triunvirato donde estén representados los principales sectores de la central obrera.
Por lo tanto esa unidad era bastante endeble, no había un proyecto común ni tampoco una perspectiva común respecto a cómo manejarse frente las políticas del gobierno nacional.
Ante la escalada de confrontación entre Hugo Moyano y Mauricio Macri se evidenció lo que es a todas luces un principio de fractura de la CGT con los «gordos» y los «independientes» tratando de vaciar las reuniones del Consejo Directivo. Ya habían faltado a la cumbre de Mar del Plata y esta semana hicieron lo mismo en la reunión donde se iba a tratar entre otras cosas la adhesión de la central a la movilización del 22 de febrero.
– ¿Esto es una fractura o los «gordos» e «independientes» todavía están tratando de negociar y enviar mensajes hacia el interior de la CGT?
– Todavía es una disputa interna que, en caso de que las hostilidades entre el gobierno y el moyanismo se profundicen, probablemente deriven en una fractura.
Por ahora son discrepancias que tienen que ver incluso con el ADN de cada uno de los sectores. Era difícil pensar que los «gordos» fueran a salir a confrontar con el gobierno nacional. Es algo que no hicieron nunca más allá del signo político que tenga el Ejecutivo. Así que lo que pasó era previsible.
Hay que ver si esta situación se termina trasladando a una política concreta del moyanismo de enfrentar al gobierno y romper los vínculos o es solamente un roce coyuntural para luego volver a las negociaciones. Eso ya pasó cuando la CGT logró dos o tres veces juntar cientos de miles de personas.
– ¿La variable de quiebre es entonces la disputa con el gobierno antes que el control de la central? ¿»Gordos» e «independientes» tienen la misma posición o hay matices?
– Hoy la variable que separa a la CGT tiene que ver con la relación con el gobierno nacional. Como en toda su historia los «Gordos» e «independientes» no quieren terminar de romper los puentes que tienen con el oficialismo. Es que aún en el medio de todo este clima siguen logrando algunas victorias para ellos como la organización y los fondos de las obras sociales.
Hacia adentro sí está resuelto que la relación de fuerzas hoy es mayoritaria para el moyanismo y el barrionuevismo. Este último es un sector minoritario pero hoy está muy alineado con Hugo Moyano. Además está consiguiendo el acompañamiento de sectores menos trascendentes pero con bastante visibilidad como la Corriente Federal y el sindicalismo combativo.
Hoy si el moyanismo acelera el camino de confrontación seguramente podrá liderar todo el espacio del sindicalismo opositor que tiene una capacidad de daño importante.
Respecto a las negociaciones con el gobierno habrá que ver si después de esta escalada de tensión retoma algún camino de diálogo. De hecho a principios de enero Hugo mandó de vacaciones a Pablo Moyano, que hasta ese momento era el integrante de la familia más duro con el macrismo, para tratar de distender la relación con el Ejecutivo. Aunque no lo consiguió es un camino que nunca descarta.
Tradicionalmente Hugo Moyano ha sabido golpear y negociar. Ahora también depende de que pretenda hacer el gobierno que por estas horas ha acelerado la confrontación.
– Hace algunos años Luis Barrionuevo era uno de los aliados de Mauricio Macri, ¿qué pasó en esa relación que, si bien no está en los titulares, hoy ha sufrido un quiebre?
– Efectivamente hubo una ruptura en esa relación y un alineamiento total del barrionuevismo con el Frente Renovador.
Además este espacio que mantenía una posición más equidistante entre la oposición más dura y el oficialismo, parece haber pasado a las críticas frontales contra el gobierno nacional. Es el mismo camino que está siguiendo Luis Barrionuevo.
– De cara a la marcha del 22 de febrero, ¿es posible que el moyanismo sume más sectores o esto es lo máximo que puede aglutinar?
– El tablero puede encontrar algunas sorpresas. Están confirmadas las asistencias del moyanismo, el barrionuevismo, la Corriente Federal y las dos CTA. Ahora resta ver cómo se va a mover el triunvirato de San Cayetano (Barrios de Pie, la CTEP y la CCC) y los espacios que no están alineados con ninguno de los miembros del triunvirato de la CGT. Son las 62 Organizaciones y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA).
«Las 62» son el espacio más macrista dentro del espectro sindical pero ya tuvo una pequeña fractura con un grupo de dirigentes que fueron a la cumbre de Mar del Plata y me dijeron que van a movilizar.
El MASA, que todavía mantiene una cantidad de gremios con importante capacidad de movilización como Luz y Fuerza o Ferroviarios, también está evaluando qué va a hacer.
Creo que por ahí pasan los actores que podrían sumarse además de actores más políticos. De hecho el PJ bonaerense ya dijo que va a movilizar y obviamente va a contar con la participación de la izquierda y el sindicalismo clasista.
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