Mundo Gremial

30 enero, 2018

Neuquén: la ejemplar lucha de los trabajadores de MAM

Los obreros de Maderas al Mundo (MAM), fueron despedidos y suspendidos en julio. Hace más de seis meses pelean para ser reincorporados. Represión mediante lograron el reingreso de los suspendidos pero 22 empleados permanecen en la calle.

Los obreros de Maderas al Mundo (MAM), fueron despedidos y suspendidos en julio. Hace más de seis meses pelean para ser reincorporados. Represión mediante, lograron el reingreso de los suspendidos pero 22 empleados permanecen en la calle.

Crónica de la resistencia

El 3 de julio de 2017, cuando los trabajadores llegaron a la fábrica, el dueño Adrian Bergese, desde el otro lado del portón, notificó que del total de 94 empleados la mitad estaba despedido y el resto suspendido.

Los trabajadores, que ya venían tomando medidas de fuerza ante la falta de pagos o fuera de término, decidieron en asamblea entrar y permanecer en la fábrica.

En dos años de gestión, los nuevos propietarios de MAM (el grupo BM) presentaron un plan preventivo de crisis a la Subsecretaría de Trabajo, que los números de los libros contables no pudieron respaldar. “El subsecretario Ernesto Seguel en vez de dictaminar que no había crisis, lo que hizo fue liberar las partes”, afirmó Franco Vergara, uno de los delegados de MAM. “Tendría que haber tomado una decisión, y si realmente no había crisis, decirlo”, añadió.

Sin el preventivo de crisis aprobado, la empresa de todas formas realizó los despidos y suspensiones ilegalmente, dejando a los trabajadores en la calle.

La ocupación de la fábrica para cuidarla de un posible vaciamiento duró cinco meses. “Nuestra intención era volver a trabajar, sabíamos que no había crisis”, aclaró el delegado.

MAM 1Durante la larga resistencia hubo distintas manifestaciones de los despedidos y algunas instancias de mediación en el Ministerio Público Fiscal, donde el gobierno se comprometió a ayudar a la empresa, pero sin resolver el reclamo de los trabajadores.

En los judicial, los obreros hicieron una denuncia penal a los directivos de MAM por lock out ofensivo; y, del otro lado, el fiscal Marcelo Jara les formuló el cargo de usurpación a los dos delegados. Esta acusación dio inicio a un procedimiento de investigación del supuesto delito que comenzó en octubre, y estableció en cuatro meses el tiempo que debía pasar si se quería desalojar.

Desalojo y represión

Sin embargo, el viernes 8 de diciembre, aprovechando el feriado y que los trabajadores en conflicto estaban organizando un bingo recaudatorio de fondos, la policía llegó a desalojar. La orden de la jueza Ana Malguido, había sido solicitada tanto por la empresa como por el propio sindicato de la industria maderera. Se hizo avasallando el plazo del procedimiento antes mencionado y llevándose presos a los cinco obreros que estaban de guardia.

Al enterarse de lo que ocurría, los trabajadores y gente que apoyaba la causa, se presentó en la fábrica. Cuando fueron hasta la entrada a tratar de evitar el desalojo la policía empezó a reprimir.

La balacera comenzó cuando Raúl Godoy, diputado provincial del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), se acercó buscando dialogar, y un policía le disparó en el tobillo.

«Yo estuve ahí», contó serio un niño en el acampe. «Ese día se llevaron preso a mi papá», relató. Su madre explicó que ella fue con sus dos hijos porque su esposo era uno de los que estaba cuidando la fábrica. Al llegar dejó el auto con los niños adentro alejado del portón, el punto álgido de la represión. “Pero lo mismo llegaron hasta el auto los gases lacrimógenos. Esto mi hijo no se lo va a olvidar más», aseveró la mujer.

La marcha

El mismo viernes, en una asamblea realizada en Zanón (fábrica autogestionada que queda frente a MAM), los trabajadores decidieron hacer un acampe frente a la planta y convocar a una marcha para el día lunes.

Ese día, diez mil personas hicieron ver el repudio a la represión por las calles de Neuquén. En el marco del paro provincial convocado por la CTA local, se movilizó una numerosa columna de sindicatos, centros de estudiantes y partidos de izquierda.

“Se hicieron presentes sectores que por ahí disienten mucho, fue impensado hasta para ellos mismos”, dijo Franco. El apoyo social forzó al gobierno a convocar a una mesa de negociación con la empresa, pero la misma fue vaciada por estos a los pocos días.

MAM 2Antes de la marcha, el dueño había salido en los medios diciendo que la fábrica ya estaba funcionando nuevamente. Sin embargo, las condiciones de trabajo eran las mismas que al día de hoy: militarizada, con presencia policial permanente dentro del predio; con menos de 40 trabajadores, de los cuales muchos están contratados y no son parte de los 94 de antes; sin ART; y con los 25 que persisten luchando en la calle.

Además, desde la patronal afirmaron que algunos despedidos habían aceptado la indemnización. No aclararon que la misma fue a la baja y en algunos casos la cifra ofertada fue cientos de miles de pesos inferior a la que debería pagar.

Volanteo permanente y apoyo popular

En el acampe, Franco Vergara, contó: “Cuando se vació la mesa de negociación entendimos que nuestra situación era otra y que el dia a dia iba a tener que ir acompañado de una acción”.

Así, comenzaron a volantear en el centro, el trueque y la ruta, para contarle a la población la verdadera situación. “La ruta para nosotros es muy importante, ahí es donde podemos llegar a la comunidad, repartir el volante y decir esto es lo que está pasando. Por ahí vos ves en los medios una cosa, pero la realidad es esta”, explicó el delegado.

De esta forma fueron ganando un acompañamiento popular que se manifiesta en bocinazos, colaboración con el fondo de lucha, y mucha gente que se llega al acampe a dejar alimentos.

Para las fiestas les donaron cajas navideñas y chivos, y hubo familias que se acercaron a compartir las cenas de navidad y año nuevo con los trabajadores en el acampe.

Andrés Mayorga, el otro delegado afirmó que “esta pelea para bien o mal va a quedar como un antecedente: queda la lección para el trabajador que si se lucha se puede ganar”. Franco, por su parte agregó: “Yo le puedo asegurar a cualquiera que el orgullo que le da al trabajador plantarse por lo que es justo y es legítimo no se lo puede dar ningún sueldo ni indemnización ni nada”.

Llegando al séptimo mes…

En enero se logró la reincorporación de ocho trabajadores que estaban en el acampe, a quienes ya se les habían vencido el plazo de las suspensiones y por lo tanto debían reingresar a la fábrica.

El pasado martes 24 se reunió una nueva mesa de diálogo. En ella, la empresa volvió a proponer la misma indemnización a la baja que propuso en el mes de julio, y también afirmó que iban a decidir qué obreros volvían a la fábrica.

Los trabajadores respondieron que no iban a aceptar esas condiciones. Además le aclararon al gobierno que esperan del mismo un compromiso para solucionar el problema. “Si ellos (el gobierno) le ponen millones a la empresa, tienen que mínimamente decirle a la empresa que cumpla la ley”, sostuvo Vergara. Las reuniones continuarán, la lucha también.

Agustín Mingorance

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