Economía

3 enero, 2018

«El transporte es un gasto con poca capacidad de sustitución, no podés ir volando al trabajo»

El economista y ex viceministro de Economía durante el gobierno de Cristina Fernández, Emmanuel Álvarez Agis, analizó en diálogo con «Maldita Suerte» por FM La Patriada, los aumentos anunciados por el Ejecutivo para el comienzo de 2018.

El economista y ex viceministro de Economía durante el gobierno de Cristina Fernández, Emmanuel Álvarez Agis, analizó en diálogo con «Maldita Suerte» por FM La Patriada, los aumentos anunciados por el Ejecutivo para el comienzo de 2018.

– ¿Que análisis haces en relación a los aumentos de precios anunciados para el transporte, pero también nafta, peajes, etc.?

– Es una cosa a la que nos tenemos que empezar a acostumbrar porque Cambiemos arranca todos los años más o menos igual: con una seguidilla de aumentos que responden a un objetivo que es reestructurar el precio de los servicios públicos.

Empezamos con los aumentos de gas y de luz, que han sido una constante a lo largo de estos años. Lo que pasa es que este año se agrega algo que es particularmente muy sensible, porque afecta el bolsillo de casi todos los argentinos en la zona metropolitana que es el aumento del transporte público.

Argentina venía acostumbrada a hacer un uso bastante irracional de la energía. Entonces cuando te aumentan la luz te das cuenta que no tenés que dejar todo prendido, usar el aire en 24 grados. Cuando te aumentan el gas, ahí el ajuste es más difícil. Podés poner burletes en la ventana para que en invierno la casa se mantenga más caliente.

Ahora, cuando te aumentan el colectivo, el tren, el subte o agarrás la bicicleta o te ajustás. Y en general lo que pasa es que la gente se ajusta.

Se trata de un gasto con poca capacidad de sustitución. Cuando sube el precio del transporte no podés ir volando a tu trabajo. Entonces básicamente gastas más ahí y dejás de gastar en otras cuestiones.

– ¿Es un ajuste que impacta más en las y los trabajadores que son quienes todos los días toman el transporte público?

– Si, la verdad que el transporte público le pega fundamentalmente a dos sectores. Primero a los trabajadores en general y segundo -algo que a veces no se considera-, a los trabajadores jóvenes. Estos por lo general trabajan y estudian por lo que usan muchos medios de transporte durante el día.

Cómo decía, cada peso que aumenta en el transporte público es un peso menos que se gasta en otras cosas.

– Se espera también un aumento de naftas y gasoil ¿cómo impacta eso en la economía?

– Hay un mecanismo que ha establecido el gobierno en base a un mal endémico de la economía argentina. Como se trata de una economía muy dolarizada ahora básicamente cada vez que veamos un aumento del dólar vamos a ver un aumento del combustible.

Por otra parte este aumento va a rondar el 5%, pero de acuerdo a los cálculos que tenemos, es solo un tercio de lo que debería incrementarse teniendo en cuenta el precio internacional y el alza del dólar. En ese sentido tendremos otros aumentos similares en el corto plazo.

Además los combustibles son un costo de costos. Se trata de un insumo que usan prácticamente todas las producciones, sobre todo en un país como Argentina que tiene la extensión que tiene y donde la cuestión logística es particularmente importante en los costos.

Me parece que el gran problema es que el gobierno dice que esto no impacta porque se aumenta un mes y al mes siguiente no pasa nada. Pero lo que vemos es que aumenta todo porque todo se produce con combustible, gas y electricidad.

Este es el gran problema de este tipo de aumentos y un mecanismo que los ate al dólar en un año donde va a subir más de lo que imaginábamos.

– ¿Cómo analizas la conferencia de prensa de la semana pasada donde el equipo económico anunció que recalibraba la inflación y que repercusiones tiene en este escenario que venís describiendo?

– Primero lo pongo al revés: no es que el equipo económico recalibró la inflación sino que la inflación recalibró al equipo económico.

La realidad los obligó a abandonar una pauta inflacionaria que nadie tomaba en cuenta porque ningún analista ni ninguna empresa esperaba una suba del 10% para el año que viene. Y tampoco del 15%. Con lo cual ya que se hizo la corrección hubiese sido deseable que sea más realista de lo que fue.

En segundo lugar, uno nunca ve subir al estrado a dar una conferencia de prensa al equipo económico completo para dar buenas noticias. En general es un reconocimiento de que la situación está complicada, que hay que hacer un cambio y se trata de comunicar eso lo más claramente posible para que el mercado no reaccione negativamente.

En ese aspecto me parece que la reacción del mercado es la esperada porque a pesar de que hubo una devaluación, el equipo económico comunicó de manera implícita que iba a dejar que el dólar pegara un ajuste para arriba.

Se ha decidido no ser tan agresivo con la política sobre las tasas de interés que más que contener la inflación contenía el dólar. Cuando el Banco Central pone una tasa de interés cerca del 30%, muchos grandes ahorristas y del sector financiero en vez de comprar dólares compraban pesos. Como esa política comenzó a tener sus falencias se ha decidido bajar la tasa de interés y el mercado contestó como debería haber contestado: subiendo el dólar. Y cuando sube el dólar suben los precios.

Estamos en una decisión medio entre Guatemala y Guatepeor. Hasta hace dos semanas la tasa de interés era tan alta que no nos permitía producir ni invertir. Ahora que empieza a bajar se te escapa el dólar y si eso pasa también se complica producir e invertir.

Pero bueno, es la dicotomía en la que nos ha puesto este programa económico.

– ¿Creés que la devaluación puede ser más profunda?

– Va a depender de lo que haga el Banco Central con la tasa de interés. Creo que podemos estar en un nuevo equilibrio con un dólar en torno a los 19 pesos. Si la baja en la tasa de interés es más agresiva seguramente el tipo de cambio y la inflación sean más altas.

Insisto, es un esquema donde ninguno de los dos extremos es bueno para la economía.

– Muchas veces hablamos de cómo reacciona el mercado y las señales que da el gobierno al mercado ¿Cómo está compuesto ese mercado? ¿Quiénes mueven el dólar?

– Hoy el mercado de cambio en Argentina básicamente está compuesto por las grandes empresas del país que no son más de 20; seis o siete entidades financieras que son las más activas; algunos -bastante pocos- inversores extranjeros; y tres mil o cuatro mil inversores individuales con mucho peso.

Yo no soy partidario de las teorías conspirativas. Si en vez de este grupo de inversores trajeras inversores suizos o japoneses o noruegos y los ponés a interactuar con la regulación y la estructura que tiene la economía argentina se van a comportar igual.

No es tanto una cuestión de idiosincracia sino de las condiciones económicas a las cuales se enfrentan en un país que tiene estos vaivenes. Los agentes económicos ya están acostumbrados y los explotan para su interés individual.

El problema es que el Estado lo que tiene que hacer es que ese interés individual no vaya en contra del interés general. Pero el programa económico de Cambiemos lo exacerba.

Foto: Rodrigo Cagide

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