20 diciembre, 2017
No es No: el espectáculo del abuso
Estas semanas el mundo del espectáculo se vio nuevamente convulsionado por las declaraciones que publicó Salma Hayek contra Harvey Weinstein. Mientras tanto en Argentina, Calu Rivero hizo pública una carta sobre el acoso que sufrió en 2012 por parte de Juan Darthés y se reavivó el debate. ¿Cómo se abordan estas denuncias aquí y allá? La doble vara a la hora de juzgar.

Estas semanas el mundo del espectáculo se vio nuevamente convulsionado por las declaraciones que publicó Salma Hayek en el New York Times contra Harvey Weinstein. Mientras tanto en Argentina, Calu Rivero hizo pública una carta sobre el acoso que sufrió en 2012 por parte de Juan Darthés y se reavivó el debate. ¿Cómo se abordan estas denuncias aquí y allá? ¿Por qué resulta más creíble una denuncia en Hollywood que en nuestro país? La doble vara a la hora de juzgar.
Para el mundo de Hollywood, las denuncias de abuso sexual lejos están de terminarse. Salma Hayek, decidió hacer pública una carta en el NY Times para relatar su crudo testimonio sobre Harvey Weinstein, quien hoy se encuentra bajo tratamiento en Arizona. La actriz mexicana fue contundente y dijo: «Harvey Weinstein fue mi monstruo».
Hayek confesó que tardó mucho tiempo en hacer público su relato porque “a estas alturas a nadie le iba a importar mi dolor; quizá era un efecto de todas esas veces que me dijeron, especialmente Harvey, que no era nadie”. A lo largo de su carta, Hayek describió lo traumático que fue para ella la producción y rodaje de Frida (2002), película que protagonizó y produjo con Miramax, la empresa -ahora en quiebra- de Weinstein.
A la actriz mexicana, no le resultó nada fácil llevar al cine la vida de una de las artistas más grandes de México. Conseguir la firma de Miramax, una de las productoras más reconocidas y generadora de éxitos parecía ser la gloria. Sin embargo, Salma Hayek conoció a su monstruo:
“No sabía que muy pronto yo tendría que decir no.
No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en hotel tras hotel y locación tras locación donde se aparecía inesperadamente, incluido un sitio en el que estaba rodando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado.
No a bañarme con él.
No a dejarlo que me viera bañarme.
No a dejarlo que me diera un masaje(…)”.
Frente a las sucesivas negativas de la actriz, Weinstein llegó a amenazarla y decir: “Te voy a matar, no creas que no puedo”.
La denuncia de Calu Rivero
Por su parte, en nuestro país se reaviva un debate que parecía estar lejos de lo que se vive en Hollywood. La actriz y modelo argentina Calu Rivero publicó una carta en las redes sociales sobre los motivos de la denuncia al actor Juan Darthés, con quien compartió escenas en la novela Dulce Amor en el 2012.
En su momento, el éxito de la pareja en la ficción se vio interrumpido repentinamente por la salida de la actriz sin hacer públicos los motivos. Finalmente, Calu rompió el silencio y se animó a hablar: “Cinco años de silencio por miedo a ser tomada por la chica problemática en el contexto que más amo: el actoral. Cinco años de silencio por no estar preparada para enfrentar la catarata de agravios que recibe quien pone en evidencia la conducta inapropiada de un galán, padre de familia, felizmente casado.”
¿Pero qué sucede cuando numerosas actrices, logran reconocer que han sido víctimas de abuso y logran denunciar a ex compañeros de cine y televisión? Mientras en Estados Unidos, diarios como The New York Times, LA Times, y revistas como The Hollywood Reporter o Time fueron los canales que habilitaron la voz de numerosas mujeres a hacer públicos los casos que desmoronaron al mundo de la Academia del cine, en Argentina el tratamiento de los medios sigue estando muy por detrás de lo que los casos y el tema ameritan.
“Hoy vuelven a desfilar por algunos programas diciendo cosas ofensivas hacia mi persona. Se hacen encuestas para averiguar a quién le creen los televidentes. En los mismos canales hoy se habla de las mismas cosas: ‘Es una pendeja, se confundió, quiere fama, es complicada, se quiere colgar de lo que pasa en Hollywood’. Portales de entretenimiento sacan notas diciendo ‘Perdió campañas, hace ferias y escucha ofertas’… Me pregunto: ¿cuántas cosas más me quedan por leer y escuchar aún?” cuestionó Calu Rivero.
Otro elemento a tener en cuenta es el costo que tuvo para los acusados este tipo de denuncias. En la mayoría de los casos de Hollywood, los actores, productores y directores de cine han sido despedidos de sus respectivas empresas, o se le han cancelado películas o series a punto de estrenarse. Tales fueron los casos de Kevin Spacey con Netflix, el del comediante Louis C.K o Bret Ranner, director y productor de X-Men, a quien le costó un contrato de 450 millones de dólares con Warner Bros. Sin embargo, a Darthés la denuncia de Rivero no parece haberlo afectado gravemente. Pol-Ka anunció que en 2018 el actor será el protagonista de Simona, una novela-musical junto a Ángela Torres y Romina Gaetani.
En nuestro país, el movimiento que nació bajo la consigna #NiUnaMenos en 2015 alcanzó altos niveles de movilización, reivindicación de consignas y amplios niveles de unidad de las organizaciones de mujeres y feministas. Sin embargo, el tratamiento público y mediático de la violencia de género -en todas sus expresiones- insiste con discursos banales que revictimizan a las mujeres y desacreditan sus denuncias. Una muestra clara de ello, fue la invitación de Mirtha el pasado domingo a Darthés para que pudiera hacer su descargo en uno de los programas más vistos del país.
Lejos de quedar en soledad, fueron muchas las actrices y periodistas que se solidarizaron con Calu Rivero. En sus cuentas de Twitter, Dolores Fonzi, Griselda Siciliani, Carla Peterson, Jimena Barón, Kevin Johansen, Ludovico Di Santo compartieron la carta y expresaron de forma contundente la consigna #NOesNO y respaldaron el testimonio de la actriz.
¿Por qué las mujeres tardan tanto en dar a conocer lo que les ocurrió? La respuesta puede ser analizada desde múltiples ángulos. Las presiones de las productoras, lo que dirán después los medios, el miedo a no conseguir futuros papeles y, sobre todo, dimensionar cuáles son las situaciones que pueden catalogarse como abuso o acoso sexual.
En numerosos relatos, hay un elemento en común que es la sensación de vergüenza frente a esas situaciones y la sensación de haber tenido cierta culpa o responsabilidad por lo sucedido. Lo que ha quedado claro es que esto no se trata de una moda como muchos prefieren pensar, sino un claro signo de empoderamiento que el feminismo -a nivel internacional- ha habilitado.
Dos actrices, en hemisferios totalmente opuestos coinciden en un elemento común: “Estoy más fuerte y más consciente que nunca. Hoy puedo pararme distinto frente a mi vida. Pienso en tener hijos y que ellos puedan ver cómo actué ante esta situación (…) La verdad es poderosa porque sana. La verdad aparece solo si nos atrevemos a decirla. Ya lo hice. Ya no me callo más”, sentenció Rivero. Por su parte, Salma Hayek en el último apartado de su escrito fue contundente: “Los hombres acosan sexualmente porque pueden. Y las mujeres estamos hablando porque, en esta nueva era, por fin podemos hacerlo”.
Jorgelina Tomasin – @jorgelinaa_t
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.