4 diciembre, 2017
Córdoba: el juicio a Dahyana Gorosito y el machismo del Poder Judicial
El 27 de noviembre empezó en Córdoba el juicio que imputa injustamente a Dahyana Gorosito, acusada de no haber impedido la muerte de Selene, su hija recién nacida. También está imputada su ex pareja Luis Oroná. El movimiento de mujeres exige su absolución y reclama un abordaje con perspectiva de género por parte del fiscal, vocales y el jurado popular.

El 27 de noviembre empezó en Córdoba el juicio que imputa injustamente a Dahyana Gorosito, acusada de no haber impedido la muerte de Selene, su hija recién nacida. También está imputada su ex pareja Luis Oroná. El movimiento de mujeres exige su absolución y reclama un abordaje con perspectiva de género por parte del fiscal, vocales y el jurado popular.
Una breve genealogía de los hechos
Luego de una noche con trabajo de parto Dahyana Gorosito fue obligada por su ex pareja, Luis Oroná, a parir en un descampado de la localidad de Unquillo, con la primera luz del día del 19 de mayo de 2016. Oroná le arrebató a su hija Selene porque desconfiaba que él fuera el padre. Extorsionó a Dahyana y junto con la familia de él la sometieron a un peregrinaje mediático e institucional, engañada de que sólo así volvería a ver a su hija recién nacida.
A los pocos días Dahyana tuvo que ser hospitalizada por una grave infección posparto, y en esas condiciones se entera de que Selene estaba muerta, que habían encontrado el cuerpo en la casa de los Oroná (tras cuatro allanamientos), que la autopsia dijo que murió por hipotermia, y que la acusaban de esa muerte a ella y a Luis Oroná. Aún internada ya queda con custodia policial, y cuando mejora de salud la trasladan directamente a la cárcel de Bower.
En Unquillo algunas vecinas que siguieron la historia desde el primer día, comenzaron a organizarse y visibilizar la situación de Dahyana. Se formó así una Mesa de Trabajo compuesta por organizaciones sociales y políticas, por comunicadores/as con perspectiva de género, por un equipo de abogadas y abogados que supo abordar la causa judicial atendiendo a las múltiples y duraderas violencia que configuraron la vida de Dahyana desde su temprana edad.
Gracias a la lucha del movimiento de mujeres, Dahyana pudo salir de la cárcel un año después, en mayo de 2017 y esperar su juicio afuera.
El machismo en el Poder Judicial
Dahyana es una de las tantas mujeres que deben sentarse en el banquillo de las acusadas en situaciones similares. El Poder Judicial tiene una gran limitación para interpretar los hechos desde una mirada que contemple las vulneraciones de derechos y las violencias cotidianas y profundas que marcan las vidas de muchas mujeres. Lejos de esto, es habitual que las culpabilice y criminalice por no responder a mandatos sociales.
La imputación a Dahyana y su posible condena están basadas en estereotipos de género. Desde los inicios de su acusación hasta en las últimas audiencias lo que está discusión es si ella era una buena mujer y una buena madre. El fiscal de cámara y las y los vocales indagaron entonces en su vida sexual, si cuidaba bien a su otro hijito, si mostró emotividad o no al momento de hacer denuncias. Cabe aclarar que nada de eso está en la mira al momento de investigar a Luis Oroná.
Otro aspecto que limita la comprensión adecuada de los hechos es la interpretación de lo que vocales y el fiscal comprenden como violencia, reduciéndola a su manifestación meramente física.
El equipo de abogadas y abogados, la Mesa de Trabajo y el movimiento de mujeres insisten en que los hechos deben ser entendidos de manera integral, a la luz de las múltiples violencias y situación de vulnerabilidad que Dahyana vivió a lo largo de su embarazo, parto y posparto, como así también a lo largo de toda su vida.
Dahyana no salía sola, se encontraba sumamente aislada en la casa familiar de los Oroná (donde vivía desde los 17, luego de huir de su casa materna por violencias de parte de su padrastro), jamás pudo hacer denuncias sin estar “acompañada” por algún Oroná y fue coaccionada a actuar por la familia Oroná bajo amenaza de no volver a ver a Selene.
Esta joven ha atravesado desde pequeña situaciones sumamente difíciles: su madre presa, estadías por institutos estatales y por dependencias de asociaciones civiles, violencia y hostigamiento de su padrastro. Ahora vive la separación con su hijo Luisito (se avecina otro juicio por su tenencia), la injusta acusación de no haber impedido la muerte de su beba Selene, y el señalamiento de una sociedad machista.
En el 32° Encuentro Nacional de Mujeres (Resistencia- Chaco) la Mesa de Trabajo Absolución para Dahyana estuvo presentando su injusta imputación en el primer Juicio a la Justicia Patriarcal, junto con otros “casos ejemplares” como el de Berta Cáceres (la activista hondureña asesinada el año pasado). Marta Dillon, comunicadora y activista feminista, es parte del Tribunal Éticofeminista y Popular de dicho Juicio, expresó recientemente: “Que Dahyana sepa que no está sola, ella no es la primera con un caso similar y, aunque conocerlo no sea consuelo, ella debe saber que esto no es algo que hizo ella, esto es algo que hizo el patriarcado”.
Hacia su absolución
Cientos de organizaciones feministas y referentes como Silvia Federici (historiadora, activista feminista y teórica ítalo-estadounidense) y Nora Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo – Línea Fundadora), se han pronunciado dando su apoyo a Dahyana y exigiendo su absolución.
En la marcha de 25 de noviembre (Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres), la consigna cordobesa fue: “Sin presupuesto real y con justicia patriarcal no hay Ni Una Menos”. La bandera por la absolución de Dahyana tuvo un lugar primario y central en la movilización, y también en el escenario de cierre.
Lucía Reano, desde Córdoba.
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.