30 noviembre, 2017
Megacausa Unificada ESMA III: perpetuas para los vuelos de la muerte
En la ciudad de Buenos Aires terminó el tercer juicio a genocidas por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA con 29 perpetuas. Al día de hoy en la Argentina hay 449 genocidas presos y 553 en prisión domiciliaria. Quedan otros 420 procesos en marcha.

En la ciudad de Buenos Aires terminó el tercer juicio a genocidas por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA. Con esta sentencia, al día de hoy en la Argentina hay 449 genocidas presos y 553 en prisión domiciliaria, mientras quedan otros 420 procesos en marcha.
Para las 789 víctimas las 29 condenas a cadena perpetua y 19 de 8 a 25 años fueron un aire fresco dentro y fuera del recinto, a pesar de las seis absoluciones.
La privación de la libertad con violencia, los homicidios agravados por alevosía, la ocultación de identidad y sustracciòn de niños, la premeditación, los tormentos en los cuerpos de militantes políticos tuvieron una primera cicatrización. El Tribunal Oral Federal 5 (TOF5) de la ciudad dictó que Jorge «El Tigre» Acosta, Alfredo Astiz, Jorge Antonio Azic, Randolfo Agusti Scacchi, Ricardo Miguel Cavallo, Rodolfo Cionchi, Alejandro Domingo D Agostino, Hugo Enrique Damario, Francisco Di Paola, Adolfo Miguel Donda, Miguel Angel García Velasco, Pablo Eduardo García Velasco, Alberto E. Gonzalez, Orlando Gonzalez, Rogelio José Martínez Pizarro, Luis Ambrosio Navarro, Antonio Pernías, Claudio Orlando Pittana, Francisco Lucio Rioja, Juan Carlos Rolón, Omar Savio, Hugo Sifredi, Carlos Guillermo Suarez Mason, Gonzalo Torres de Tolosa, Eugenio Vilardo y Ernesto F. Weber recibieran la penas de prisión perpetua.
A su vez, la práctica conocida como «los vuelos de la muerte» denunciada por los sobrevivientes y confesada por los asesinos, quedó probada por la justicia. Mario Daniel Arru, Alejandro Domingo D’Agostino, Francisco Armando Di Paola y Gonzalo Torres de Tolosa, fueron condenados a cadena perpetua por su responsabilidad material en los vuelos. En tanto Julio Poch y Ricardo Ormello quedaron absueltos, aun cuando trabajando para la Aerolínea TKM el primero y Argentina Argentinas el segundo, contaron sobre sus ‘hazañas’ en la ejecución de estos asesinatos.
Otro sin sabor es el que dejaron las magras condenas para quienes fueron los jefes de maternidad clandestina que funcionó en el predio. El médico genocida, Jorge Luis Magnacco, fue condenado a 14 años de prisión unificada en 24 años, mientras de Carlos Antonio Capdevilla recibió solo 15 años de condena.
Magnacco, ginecólogo en el Hospital Naval, actuó como autoridad médica en la maternidad clandestina que funcionó en la ESMA, donde la “pieza de las embarazadas” era llamada “la pequeña Sardá” por los represores. Por su parte, Capdevilla lo fue como partero y estuvo cuando dio a luz Susana Pegoraro, secuestrada en julio de 1977 con cinco meses de embarazo y cuando lo hizo Silvia Dameri, secuestrada en julio 1980 tambien embarazada. Las dos mujeres continúan desaparecidas y recién en 2008 recuperaron su identidad Evelyn Bauer Pegoraro y Laura Ruiz Dameri, sus hijas nacidas en cautiverio.
Una ultima sombra fue la absolución de Juan Alemann, único civil sentado en el banquillo de los acusados. El ex secretario de Hacienda de la dictadura fue imputado tras las denuncias de los sobrevivientes Víctor Basterra y Carlos Lordkipanidse, quienes contaron que vieron a Alemann dentro del centro clandestino y que el mismo dirigió los interrogatorios a Orlando Antonio Ruiz.
Este último y su esposa Silvia Beatriz Dameri, ambos militantes montoneros, salieron del país un año después del golpe. Junto a ellos viajaba Marcelo, el primero de sus hijos. En 1978, ya en Suiza, nació María de las Victorias. En 1979 decidieron volver al país, cuando los cuatro fueron capturados y llevados a la ESMA. El siguiente embarazo de Silvia también sería una nena, Laura. Orlando Antonio Ruiz también continúa desaparecido.
Victoria Silber – @vicsilber y Héctor Barbero – @barbasmdq
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