20 noviembre, 2017
Mugabe renunció a la presidencia de Zimbabwe luego de 37 años
Tras la toma del poder por parte de las fuerzas armadas el pasado miércoles 15 de noviembre en Zimbabwe, los hechos se habían sucedido de manera poco convencional. Hasta este martes el presidente Robert Mugabe se mantenía en su puesto, lugar que abandonó ante el inicio de un impeachment por parte del Parlamento.

Tras la toma del poder por parte de las fuerzas armadas el pasado miércoles 15 de noviembre en Zimbabwe, los hechos se habían sucedido de manera poco convencional. Hasta este martes el presidente Robert Mugabe se mantenía en su puesto, lugar que abandonó ante el inicio de un impeachment por parte del Parlamento.
A pesar de haberlo arrestado ocupado el Palacio Presidencial, la televisión pública y la sede del partido de gobierno, los militares aseguraron en su momento no estar dando un golpe de Estado.
Incluso al día siguiente se difundieron imágenes de Mugabe reunido con funcionarios sudafricanos, el comandante General de las Fuerzas Armadas, Constantino Chiwenga; el reverendo Fidelis Mukonori, el ministro de Defensa, Sydney Sekeramayi; y el titular de Seguridad del Estado, Kembo Mohadi. El objetivo de la reunión era buscar una salida negociada al conflicto.
A esto se sumó la presencia del propio jefe de Estado, el día viernes, en un acto de graduación en la Universidad de Harare, la capital. Y, finalmente, una alocución televisiva el sábado a la noche en la que pareció no dar cuenta de su situación.
Finalmente este martes, luego de que su propio partido diera inicio a un proceso de destitución, el mandatario decidió presentar su renuncia dejando el cargo luego de 37 años.
La semana pasada la troika de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), formada por Angola, Tanzania y Zambia -a la cual se sumó Sudáfrica por ser la presidencia temporal del ente supranacional- recomendó hacer una reunión de todo el organismo para abordar la situación. Asimismo llamó, al igual que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a buscar una solución pacífica y negociada.
Mientras tanto en el país se desconoce el paradero de la primera dama, Grace Mugabe, una de las personas sindicadas por los militares como responsable de la crisis política y la destitución del vicepresidente Emmerson Mnangagwa el 7 de noviembre. Grace lidera un sector del partido de gobierno que representa una nueva generación, enfrentada con los combatientes de la independencia, entre los que se cuenta Mnangagwa y el propio Mugabe.
En ese contexto el presidente de la Asociación de Veteranos de la Guerra de Liberación de Zimbabwe, Chris Mutsvangwa, convocó a una manifestación de solidaridad con las Fuerzas Armadas que se llevó a cabo el sábado y el propio ejército debió impedir que llegue hasta la residencia presidencial.
La purga del partido
El sábado se reunió el Comité Central de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), el partido gobernante, y allí resolvió destituir a Mugabe como su secretario general. En su lugar fue nombrado el ex vicepresidente Mnangagwa a quien diferentes sectores postulan como posible jefe de Estado interino del país.
En esa misma reunión el ZANU-PF expulsó de por vida a otros 40 militantes incluida Grace Mugabe quien, hasta ahora, se desempeñaba como presidenta de la rama femenina. Además se exhortó al actual mandatario a renunciar a su cargo en el gobierno, dándole como plazo máximo el lunes al mediodía. De lo contrario la organización presentaría una moción de censura en el parlamento para llevar a cabo el proceso de ‘impeachment’.
Ese mismo día por la noche Mugabe dio un discurso por televisión donde se esperaba que anunciara su paso al costado, cosa que finalmente no ocurrió. «No podemos estar guiados por resentimientos y venganzas, debemos aprender a perdonar y solucionar las contradicciones, reales o percibidas», dijo.
Asimismo aseguró estar «al tanto de los muchos acontecimientos ocurridos en el Partido debido a fracasos del pasado y la irritación que ha provocado en algunos sectores». En ese sentido asumió el error de haber desplazado a varios ex héroes de la independencia y convocó a reconocer «la participación de los veteranos en la guerra» y enfatizó que «la tradición de resistencia» es un «legado colectivo».
No obstante esto no conformó a sus partidarios que, este lunes, dieron curso al pedido de renuncia por vía parlamentaria y fue votada el martes, dando a Mugabe 24 horas para presentar su dimisión. Finalmente el jefe de Estado hizo llegar una misiva leída por el vocero del Congreso ante los diputados donde anunciaba su renuncia. Inmediatamente las calles de Harare, la capital, se llenaron de manifestantes que celebraron la decisión que marca el fin de una era en el país del África austral.
Santiago Mayor – @SantiMayor
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