17 noviembre, 2017
Presidenciales en Chile, ¿se confirma el giro a la derecha del cono sur?
Por José Robredo, desde Santiago. A casi cuatro años del retorno de Michelle Bachelet a La Moneda, Chile se encuentra a las puertas de una elección presidencial con un escenario político virado en 360 grados. Los comicios de este domingo podrían cimentar la elección del empresario y ex presidente Sebastián Piñera, lo que pone freno a un proceso de reformas que tímidamente asomaron durante la actual administración.

Por José Robredo, desde Santiago. A casi cuatro años del retorno de Michelle Bachelet al palacio presidencial de La Moneda, Chile se encuentra a las puertas de una nueva elección presidencial con un escenario político virado en 180 grados. Los comicios de este domingo podrían cimentar la elección del empresario y ex presidente Sebastián Piñera, lo que pone freno a un proceso de reformas que tímidamente asomaron durante la actual administración.
Tras la anterior gestión de Piñera en el gobierno, que estuvo marcada por la permanente movilización social contra el modelo construido en la dictadura de Pinochet y profundizado desde 1990 en una transición que no termina de acabar, el país trasandino se debate entre el regreso a las lógicas neoliberales, la mantención del proceso de reformas iniciadas por Bachelet o la profundización de éstas.
De los ocho candidatos inscritos en la papeleta de votación, son tres los que disputarán este domingo 19 de noviembre el paso a la segunda vuelta que definirá al nuevo presidente o presidenta de Chile: Sebastián Piñera, quien encabeza la coalición de derecha Chile Vamos; Alejandro Guillier, periodista y senador que representa a la dividida coalición oficialista de centroizquierda –que ya no cuenta con la Democracia Cristiana (DC) en sus filas-; y Beatriz Sánchez, también periodista, que lidera el Frente Amplio, coalición de partidos y movimientos de izquierda, socialdemócratas y ecologistas.
Según las últimas encuestas dadas a conocer, Piñera encabeza el listado con cerca del 42% de las preferencias, le sigue Guillier rondando el 20%, mientras que Sánchez alcanza cerca del 12% de las adhesiones. El resto de los candidatos no superan el 10% dispersando el voto en favor de las opciones del candidato de la derecha chilena. Los números previos parecieran sentenciar el futuro de las elecciones en Chile.
***
El escenario político en Chile se encuentra removido. Si en los últimos diez o quince años se viene desarrollando un proceso de desencanto y quiebre con la política por parte de la ciudadanía, esto se profundizó con la serie de casos de corrupción protagonizados tanto por actores de derecha o de la socialdemocracia chilena.
A ello se debe sumar una movilización permanente en demanda de garantizar derechos básicos: educación pública, salud, pensiones y derechos laborales, las cuales no han sido escuchadas por una clase política que actúa como tal y que pareciera que aún vive bajo las lógicas de la transición.
Según el politólogo y académico de la Universidad de Santiago, Ernesto Águila, “el gobierno de Bachelet llega con un programa que viene a responder a las demandas sociales y en ese intento reformista no logra concretar su voluntad transformadora”.
Junto con eso se debe considerar los crecientes niveles de abstención electoral, que progresivamente ha ido al alza. En las municipales de 2012 la participación alcanzó el 40%, en las presidenciales de 2013 llegó a poco más del 50% y en las últimas municipales de 2016 bajó del 40%. Actualmente son casi 14 millones las chilenas y chilenos habilitados para votar, de los que se espera que 5 y medio millones sean los que se acerquen a los locales de votación.
Esto, en palabras de Águila, puede convertirse en factor a la hora del escrutinio el domingo a la noche: “Si la votación gira en torno a los 5 millones, con un electorado de derecha más movilizado, beneficia claramente a Piñera. De lo contrario, si se acerca o supera los 7 millones abre posibilidades tanto a Guillier como a Sánchez”.
La “segunda transición” de Piñera
La campaña del líder de la derecha chilena, el multimillonario Sebastián Piñera, ha estado centrada en la crítica a las reformas propuestas por el gobierno de Bachelet, las que según él son causa de los niveles de desempleo (que se encuentran en torno al 5%), el bajo crecimiento (1,5% para este año) y los altos niveles de delincuencia. Libreto similar al usado por Mauricio Macri o el brasileño Michel Temer en sus respectivas experiencias.
Así ha proclamado, en todos los tonos y formas, la necesidad de llevar adelante una “segunda transición”, ya no hacia la democracia sino hacia el desarrollo. Propuesta que a las claras es más un llamado a volver al modelo de finales de los noventa que al camino que se ha iniciado, tibiamente, durante la actual administración. Y, en términos políticos, es un proyecto que aspira, al menos, a extenderse por 12 años.
“En el primer gobierno de Piñera se ve un programa más moderado que busca legitimar a la derecha como una fuerza capaz de gobernar en democracia. Pero este segundo Piñera tiene una lógica restauradora del modelo conservador neoliberal”, sostiene Águila respecto de la actual propuesta del ex presidente.
El académico de la Universidad Diego Portales, Fernando García, disiente. Él cree que no hay condiciones sociales para tal regresión ya que “la crítica al neoliberalismo ha calado fuerte en la socialdemocracia o en los sectores de izquierda y también en la misma derecha”.
Ahora la derechización de Piñera tiene dos factores: uno, la candidatura democratacristiana, encarnada en Carolina Goic, que apunta al votante de centro, y la reaparición de la extrema derecha chilena a través de la postulación presidencial del actual diputado José Antonio Kast, que ha forzado al empresario a derechizar su discurso.
“El caso de Kast es novedoso porque veremos que tanto pesa el pinochetismo en Chile”, sostiene García, el que además proyecta que “se distinguirá una derecha liberal de una que es amante de las dictaduras, lo que será un desafío a la democracia chilena”.
Sin embargo, Águila no cree que la aparición de Kast afecte los resultados electorales de Piñera y es enfático en señalar que “un triunfo suyo vendría a cerrar temporalmente un ciclo que críticas al modelo neoliberal”.
Las opciones del Frente Amplio chileno
Conformado a principios de este año, el conglomerado que reúne a 13 fuerzas políticas de izquierdas y socialdemócratas vino a remover el tablero político trasandino, aunque con el pasar de los meses fue perdiendo fuerza.
Su candidata, la periodista Beatriz Sánchez, por momentos alcanzó el 20% de las preferencias pero actualmente aparece marcando entre el 12 y 15% de las preferencias, lo que la deja en el tercer lugar y fuera de la segunda vuelta. Además lograría subir de tres a diez su representación en el Parlamento.
En este sentido, Ernesto Águila sostiene que el novel conglomerado tendrá dos pruebas post 19 de noviembre: “Mantenerse unido y definir si pactará con la Nueva Mayoría o dará libertad de acción a sus militantes”.
En tanto, Fernando García apunta que la baja en las encuestas se debe por la actuación de “los liderazgos y las rivalidades internas”, sumado a que el liderazgo de Sánchez no se consolidó y que “incluso fue abandonado”.
Con todo, el proceso electoral chileno abre un nuevo escenario donde, de seguro, la presión social por concretar transformaciones y acabar con los resabios dictatoriales irán en aumento.
@joserobredo
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.