14 noviembre, 2017
«Si no fuera por el Estado los medios privados no serían sustentables»
Santiago Marino, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y especialista en medios de comunicación dialogó con el programa «Quemar las Naves» de Radio Sur 88.3 acerca de la crisis del modelo de empresas periodísticas en la Argentina que ha llevado a que la cadena se rompa por el eslabón más débil: las y los trabajadores.

Santiago Marino, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y especialista en medios de comunicación dialogó con el programa «Quemar las Naves» de Radio Sur 88.3 acerca de la crisis del modelo de empresas periodísticas en la Argentina que ha llevado a que la cadena se rompa por el eslabón más débil: las y los trabajadores.
– En el último tiempo casi que todas las semanas nos enteramos de algún medio de comunicación con problemas financieros, donde hay despidos, atraso en el pago de sueldos o directamente el cierre, ¿qué denominador común encontrás en todo esto?
– Me parece que el denominador común de la situación que atraviesan los medios de comunicación es quién paga esa crisis.
Los medios a nivel nacional, pero también a nivel global, se encuentran en una etapa de crisis económica, tecnológica, político-regulatoria y socio-cultural. El modo en que se tiende a resolver es que el factor más débil, que son los trabajadores, lo paguen.
Martín Becerra decía hace poco que las empresas ponen de relieve que no tienen un Plan B ante el plan que tuvieron siempre que es mamar de la teta del Estado. Entonces ante cualquier situación le reclaman al Estado ayuda y mientras eso no llegue porque hay una decisión de no hacerlo más o de hacerlo selectivamente como sucede ahora, asistimos a esta situación donde según el indicador más tímido, que es el de FOPEA, se puede hablar de dos mil periodistas que han perdido su trabajo.
Ahora, este no es un proceso que comenzó recién. Tiene que ver con cambios tecnológicos que hace que los modelos de negocios entren en crisis, que se muden las audiencias, que la pregunta de cómo financiarse no se pueda responder de modo conciso.
Eso se ha acentuado con el proceso político reciente en nuestro país. Con sólo estar atento a las afirmaciones del ministro Hernán Lombardi lo que uno entiende es que el gobierno está dispuesto a hacer poco y nada en relación a esta situación de pérdida de puestos de trabajo.
– ¿Es novedoso que se sumen a esta crisis que estás describiendo medios que no tienen que ver con los grupos mediáticos que crecieron con el gobierno anterior como por ejemplo Radio Rivadavia o la Agencia DyN?
– Lo que muestra esta situación -donde no sólo caen los medios que crecieron al calor de la piñata de la publicidad oficial del gobierno anterior- es que la crisis es multicausal. El problema que tenemos en Argentina es que estamos acostumbrados a explicaciones binarias como kirchnerismo-antikirchnerismo. Y también explicaciones simplistas que buscan una sola causa que evita la posibilidad de pensar profundamente la situación.
Los grupos que crecieron con la pauta oficial solo tenían esa intención, porque de hecho ni siquiera crearon medios robustos en términos de audiencia y claramente cayeron cuando perdió el kirchnerismo como el Grupo 23.
Pero enseguida en esos casos tenemos una desmentida respecto a que esos proyectos eran inviables como suele plantearse desde el mercado. Porque Tiempo Argentino es un diario gestionado desde hace más de un año por un colectivo de trabajadores y muestra que puede funcionar.
Después tenés medios que efectivamente entran en crisis por los cambios en las audiencias. La radio es la que más sufre eso o la prensa gráfica que acomoda todo al entorno digital. Pero también la televisión.
Y ahí la explicación no es sólo de la pauta oficial. Si uno analiza con los datos concretos, el medio que más depende de eso es la radio que tiene más o menos el 14% de sus ingresos totales atado a esa cuestión. Pero ninguno de los otros medios supera el 10%. Con lo cual es un problema combinado.
El otro elemento que me gusta agregar al análisis es que en Argentina estamos acostumbrados a que el mercado -irresponsablemente- plantee el reclamo de proyectos serios y de largo plazo para los sectores sin fines de lucro. Entonces la crítica que se le hacía a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual era que si reconocía ese tipo de medios debían ser proyectos bien planificados, sólidos.
Ahora, cuando uno mira como funcionan los medios privados comerciales encuentra que si no fuera por el Estado no serían sustentables. Los únicos medios que reflexionan en torno a sus necesidades de establecer condiciones de financiamiento duraderas son los sin fines de lucro.
– Si bien vos explicabas que la crisis no se puede explicar por la pauta oficial, tanto en gobiernos anteriores como en el actual queda pendiente una discusión seria acerca de la democratización de esos recursos que no son menores. Sobre todo si miramos hacia el sector que menos ha accedido como es el sin fines de lucro. ¿Cómo ves ese escenario respecto a la posibilidad de regular esta distribución de dinero?
– Pienso en dos planos. Uno menos simpático para el sector sin fines de lucro con el que coincido que es el que más sufre la discriminación en materia de pauta oficial. Tanto este, como el gobierno anterior, aplicaron y aplican la lógica amigo-enemigo y a los que seguro nunca le ponen es a los sin fines de lucro.
Ahora creo que la publicidad oficial demandaría una discusión integral y específica en torno a su necesidad, desarrollo, lógica. Porque si la pensamos solamente como un elemento que facilite la existencia de pluralismo y diversidad nos hacemos una trampa.
Hay que pensarla desde la lógica del Estado ¿Qué es la publicidad oficial? Es la instancia a partir de la cual el Estado debe comunicarle a la ciudadanía, con un manejo cristalino, cuestiones centrales. Pueden tener que ver con informar sobre la situación del país o una campaña de salud, etc.
En esa línea pienso que es cierto que se podría plantear que se destine una parte para financiar a los medios sin fines de lucro para que estos no sean discriminados. Pero creo que hay que pensar integralmente cómo el Estado puede ayudar al pluralismo y la diversidad con otros mecanismos parecidos a los que le da al sector privado.
Me refiero a exenciones impositivas por ejemplo; fondos de fomento específicos; o bien otro tipo de financiamiento. ¿Por qué se puede hacer cine con dinero de la televisión y no televisión con dinero de la televisión?
Ahí aparece por ejemplo el modelo francés que no sólo apoya a los sin fines de lucro sino también a la prensa gráfica, que si fuera por lo que recauda por venta de ejemplares, desaparecería. En ese sentido creo que es más integral la discusión.
No tengo ninguna esperanza de que eso pase, mucho menos con este gobierno que planteó una resolución para establecer el modo en que destina fondos pero ni siquiera la cumple y son criterios absolutamente discutibles.
– ¿Creés que estamos en una transición respecto a como se configura el modelo de medios en el país impulsado por el gobierno de Mauricio Macri o ya estamos en ese modelo que busca Cambiemos?
– Creo que ya estamos en una instancia de consolidación. Han pasado dos años de la elección y lo que se ha configurado es básicamente lo que esperábamos: flexibilización de los niveles de concentración de la propiedad y un proceso que acompaña y contribuye al desarrollo que el mismo mercado lleva adelante.
Es una concentración que en algunos sectores se vuelve mucho más marcada que en otros. Pensemos en internet donde Facebook y Google se quedan con el 70% de la pauta que el gobierno asigna a toda la web. Clarín con el grupo todo sumado se queda con el 25%. Hay una diferencia central respecto a la relevancia de uno y otro.
Por eso pienso que estamos en un modelo consolidado que favorece la concentración que ya de por sí tiene el mercado.
Además está consolidado no sólo el contenido de las decisiones gubernamentales sino el modo: decretos de necesidad de urgencia que establecen una regulación deficiente del sistema comunicacional. No va a prohibir la existencia de medios sin fines de lucro pero no va a hacer nada para permitir que se vuelvan robustos sus proyectos.
Foto: @diegopietrafesa
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