Batalla de Ideas

30 octubre, 2017

Dentro del umbral económico de maniobrabilidad política

Por Pablo Wahren. La victoria de Cambiemos en las elecciones legislativas fue contundente. ¿Cómo a pesar del ajuste económico el gobierno logró semejante avance? ¿La política se impuso a la economía o el ajuste no fue tan brutal?

Por Pablo Wahren. La victoria de Cambiemos en las elecciones legislativas fue contundente: aumentó su caudal de votos en ocho puntos porcentuales desde la primera vuelta de 2015, pasó de ser la fuerza más votada en cinco provincias a ganar en 13 y, por primera vez desde el retorno a la democracia, un partido político ganó en los cinco distritos más importantes del país. Esta realidad amerita una profunda reflexión sobre las causas políticas y económicas que explican el triunfo.

¿Cómo a pesar del ajuste económico el gobierno logró semejante avance? ¿La política se impuso a la economía o el ajuste no fue tan brutal?

¿Política vs. Economía?

Jaime Durán Barba, el asesor estrella de Macri, destaca que “en muchos años el único gobierno que tomó medidas de ajuste sin sufrir una crisis de popularidad -como ocurrió con todos los gobiernos del continente- fue el de Mauricio Macri en 2016”. Efectivamente el año pasado fue el de los tarifazos, crecimiento del desempleo, aumento de la pobreza, caída de la actividad económica, entre otras cosas. Pero la popularidad del presidente apenas bajó.

El gobierno parece haber logrado instalar su interpretación de los problemas económicos atribuyéndolos al gobierno anterior y justificándolos sobre la base de un futuro prolífico. En ese marco centró nuevamente su campaña en la polarización con el kirchnerismo bajo la bandera de “la lucha contra la corrupción”.

Además, volvió a hacer gala del profundo conocimiento que han adquirido sobre la sociedad argentina, gracias al uso de técnicas modernas, que les permite expresar las aspiraciones racionales de muchos argentinos en un discurso político de nuevo tipo.

La triple alianza gobierno-medios de comunicación-poder judicial resultó fundamental para instalar y darle fuerza a estas ideas, pero lo esencial es que éstas parecen haber calado en buena parte de la sociedad. Sin embargo, difícilmente el accionar de la triple alianza hubiese sido tan contundente en un escenario de ajuste brutal. La hipótesis que rige esta nota es que la centralidad de la política es posible dentro de cierto umbral en las condiciones económicas. Por fuera de los límites del mismo, su margen de acción se reduce significativamente.

Dentro del umbral

Llegó el momento de ponerle algunos números a la cuestión económica para ubicar en qué punto del umbral nos ubicamos. El desempeño macroeconómico a mitad de mandato de Macri es pobre. Tras dos años el PBI no superó el nivel de 2015 y la inflación se encuentra en el mismo ratio que en noviembre de 2015. Todo esto en el marco de un profundo deterioro de las cuentas externas, financiado por un endeudamiento externo masivo, y de un mayor déficit fiscal.

Las variables del mercado laboral, que son las que más impactan en las condiciones de vida materiales de la mayoría de la población, no registran mejoría pero tampoco un deterioro importante. Los datos del Ministerio de Trabajo dan cuenta de la pérdida de 15 mil puestos de trabajo asalariados registrado que fue contrarrestado con la creación de 54 mil empleos en el sector público. Está estadística es parcial ya que no da cuenta de la pérdida de puestos de trabajo en el sector informal que, por la falta de regulaciones legales, tiende a superar al privado registrado en contextos de caída.

En cuanto a la composición del empleo privado se asistió a un cambio marcado por la elevada pérdida de puestos de trabajo en la industria (-60.443) y un crecimiento del empleo en servicios (+46.736). Los primeros se caracterizan por una mayor estabilidad y salarios que los segundos.

Por otro lado, los salarios reales (privado registrado) se encuentran por debajo del pico máximo de 2015 pero en torno a la media de ese año, no así el salario del sector público que se contrajo de manera sostenida.

En términos fiscales, el ajuste en obra pública de 2016 fue compensado con un fuerte incremento en 2017 y el gasto en prestaciones sociales se mantuvo estable durante los dos años de gobierno.

En líneas generales el gobierno tiene pocos logros en materia económica para mostrar y no son pocos los que sufrieron sus políticas económicas, especialmente los sectores más postergados ya que 600 mil argentinos se sumergieran por debajo de la línea de pobreza.

No obstante, si bien estamos en presencia de un deterioro socio-económico, a juzgar por los datos fiscales, de empleo y de ingresos no pareciera que estemos en presencia de un ajuste brutal como se hizo énfasis desde la oposición. Dentro de este umbral económico si la política se hace de manera inteligente alcanza (y sobra) para ganar elecciones.

El imperceptible largo plazo

Una consideración aparte merece el escenario económico de largo plazo que se está delineando. Preocupa, y mucho, el nivel de endeudamiento externo cuando la deuda no genera capacidad de repago sino que es utilizada para financiar una fuga de capitales creciente (tras la eliminación de regulaciones financieras) y un déficit comercial récord (por el abandono de instrumentos de protección comercial). Estas medidas fueron tomadas bajo el argumento de atraer inversiones pero lo cierto es que las empresas extranjeras remitieron en este periodo más dólares al exterior de los que ingresaron en concepto de inversión.

Intranquiliza el desfinanciamiento del Estado vía reducción o eliminación de impuestos a sectores concentrados (impuesto a los bienes personales y retenciones a la exportación) al mismo tiempo que crece el peso de los intereses en el gasto público. Inquieta la destrucción gradual del tejido industrial y el ahogo presupuestario a la ciencia y tecnología. Asusta el plan de reforma laboral en línea con lo que fue la reforma brasilera, la reforma del sistema de salud en curso que limita la prestaciones públicas, la reforma previsional de un sistema que en los últimos años había sido autosustentable y sumamente inclusivo.

También encienden las alarmas los acuerdos bilaterales y multilaterales que se están negociando a espaldas de la sociedad y esconden normas que van a limitar la soberanía de la política económica.

En cualquier caso estos no parecen ser factores con un efecto notorio en el corto plazo, y por el contrario vía endeudamiento Cambiemos parece tener margen para llevar adelante sus medidas sin perforar el límite inferior del umbral económico de maniobrabilidad política.

Mauricio Macri empezó su discurso tras la victoria legislativa diciendo que el cambio “es un largo camino donde nadie nos va a regalar nada” y “lo vamos a hacer porque aspiramos a vivir mejor”. Otra vez el juego entre un presente difícil y un futuro prometedor. Lo que está claro es que la disputa hay que darla en el presente porque el futuro puede ser demasiado tarde.

@p_wahren

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