24 octubre, 2017
Reinaldo Iturriza: “En la oposición venezolana hay una deriva estratégica”
Entrevista con Reinaldo Iturriza, ex ministro del Poder Popular para las Comunas de Venezuela. Un intelectual comprometido con la revolución bolivariana que sin embargo no duda en puntualizar críticas y desafíos que marcan a este movimiento por dentro y por fuera, como tampoco en dejar ciertas preguntas para los días que vendrán.

La contundente victoria del chavismo en las urnas pareció sorprender a propios y ajenos. Parte de su explicación requiere ahondar el entendimiento de qué es eso que se da en llamar chavismo.
Para eso entrevistamos a Reinaldo Iturriza, ex ministro del Poder Popular para las Comunas. Intelectual comprometido con la revolución bolivariana que sin embargo no duda en puntualizar críticas y desafíos que marcan a este movimiento por dentro y por fuera, como tampoco en dejar ciertas preguntas para los días que vendrán.
– En casi todas las coberturas que se han hecho de Venezuela en el exterior, el chavismo venía siendo representado como un cadáver político solo sustentado por el uso de la fuerza, ¿cómo explicar entonces su recomposición electoral en el contexto tan especial que marca al país?
– Esa es la gran pregunta. Para el antichavismo eso reviste el carácter de un dilema existencial. Es la fuerza que principalmente debería estar haciéndose esa pregunta y creo que es quien menos se la hace. En esta oposición hay mucho de desconocer, desmerecer al otro sin la más mínima capacidad de reconocer las virtudes del adversario. Y al no superar eso, el antichavismo no ha logrado hacer una política que no pase por el menosprecio radical del otro. Esa incomprensión la lleva a cometer sucesivos errores.
Mi hipótesis es que cuando ellos apostaron a otra manera de hacer política ha coincidido con cuando comprendían de qué se trataba eso del chavismo. Esto tuvo su momento culminante en el 2012, el momento cumbre de Capriles, quien hizo una muy buena campaña pese a no haber ganado. A partir de ese momento, en la oposición ocurre una deriva estratégica cuya expresión fue la violencia de 2014 y 2017. Que aparte de muertes y de pérdidas materiales implica una degradación de la vida política. Una rabia mal canalizada que podíamos pagar nosotros y lo vimos tal cual. Ese autoexamen es muy difícil para ellos.
– La deriva hacia la anti política, se podría decir.
– Sí, son expresiones muy cercanas a la anti política pero son también maneras cómo se expresa la disputa a lo interno del antichavismo. Hemos tenido cinco años de una lucha encarnizada a su interior por ver quién se hace con el liderazgo de ese movimiento. Pero tras asumir la Asamblea Nacional lo que hace su clase política es desperdiciar un capital político como no lo habían acumulado en 18 años. Si ves esta incomprensión radical de origen de lo que es el chavismo que ellos tienen y a esta clase política que está atravesada por tensiones internas muy agudas no es muy complicado entender por qué es derrotada la oposición. Y aún no hemos hablado de las virtudes y errores del chavismo.
– ¿Y si tuvieras que hablar del chavismo?
– Hay una disputa casi tan aguda en el chavismo, sobre todo en el último par de años. Antes podíamos posponer esa discusión pero ahora es imposible no hablar de cómo se expresa la lucha de clases al interior del chavismo. El gran dilema del chavismo como movimiento político es que haya una conducción clara de la economía, que haya un liderazgo político sobre la económica, que me parece evidente que no lo hay. Esto sobrepasa por mucho al presidente.
Seguir haciendo análisis que partan sobre si Maduro es capaz o no es extremadamente superficial. Es un mérito del chavismo que aun pese a estas condiciones, el presidente haya logrado preservar la unidad y conducir al chavismo.
– ¿Lo reconoces como un mérito de Maduro?
– Sí. Sin la intención de salvarlo de los errores que pueda haber cometido, creo se ha sido extremadamente severo con la figura de Maduro. Tiene mucho más mérito del que le reconocemos.
– Si tuvieras que graficar los elementos centrales de esta interna…
– El chavismo desde el origen fue un movimiento aluvional. Hay una tradición de izquierda que se reconoce en el chavismo, que lo alimenta, pero el chavismo es mucho más que eso. Aunque haya una derecha chavista, de un nacionalismo más conservador, ella nunca fue hegemónica. Parte del liderazgo de Chávez, ese tema medio mítico y tabú que todo el mundo reconoce pero no nos hemos detenido en explicar, tiene que ver con su capacidad de mediar entre las distintas tendencias, de aglutinar en torno a su figura a todos los chavismos. Chávez construye ese liderazgo conforme avanzan los años, ejerciéndolo y venciendo batallas, garantizando el protagonismo popular. Y el sujeto popular va construyendo con Chávez y dándole forma a esa figura de los comunes, medio poética y romántica, que aún tenemos que terminar de comprender mejor.
Hay un chavismo de impronta conservadora que tiene una profunda desconfianza en la potencia popular, que ha estado siempre pero que Chávez lo mantuvo a raya en sentido positivo, poniéndolo al servicio del conjunto revolucionario. Esas líneas de fuerza conservadora adquieren un protagonismo que no tenían hasta entonces. Una clase política muy burocratizada, clientelar, en línea de continuidad con la clase política tradicional en cuanto a sus métodos políticos.
El chavismo supuso una ruptura con esas formas de hacer política pero eso no quita que haya líneas que le apuestan a esa manera. Lo que el presidente Maduro llamó “la nueva clase”, un fenómeno que sucede en todos los procesos revolucionarios. Esa tensión atraviesa al proceso bolivariano desde sus inicios y se ha ido agudizando con la crisis económica.
– El chavismo “salvaje” que has mencionado en algunos de tus escritos.
– Es un sujeto concreto que copa ese espacio que son los consejos comunales y las comunas. Es un sujeto inmensamente mayoritario que jamás milito en partido político alguno y se politizó con Chávez durante la revolución bolivariana. Que bebe mucho de la tradición de izquierda pero la excede y que se reencuentra con la historia nacional en un proceso de subjetivación fascinante. La creación del PSUV supone el intento de darle continuidad a ese proceso aunque a mi juicio lo que hace es encorsetarlo.
El chavismo nunca dejó de ser un sujeto diverso y cuando desaparece el comandante Chávez nadie tiene la capacidad de aglutinar a las tendencias como antes. Por eso es tan meritorio el hecho de que Nicolás haya logrado garantizar la cohesión del movimiento a pesar de que las tensiones se agudizan conforme se agudiza la situación económica, donde las tendencias conservadoras van agarrando fuerza. De allí uno de los desafíos fundamentales es el control de la economía.
Julián Aguirre, desde Caracas – @julianlomje
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