América Latina

16 octubre, 2017

Claves del triunfo chavista en Venezuela

Por Julián Aguirre, desde Caracas. En un año que ha presentado grandes desafíos a nivel económico, internacional y político para el país, el chavismo se anotó una contundente victoria en las elecciones regionales del domingo 15, ganando 17 de 23 gobernaciones. Por el momento, la dirección opositora se ha negado a reconocer los resultados.

Por Julián Aguirre, desde Caracas. En los días anteriores a la votación, la coalición opositora -Mesa de la Unidad Democrática (MUD)- se aprestaba para dar un golpe contundente al gobierno del PSUV en las urnas. Este optimismo se apoyaba en la idea de que los últimos meses habrían quebrado el arraigo e identificación que el chavismo aún genera en buena parte de la sociedad. No obstante, este acabó mostrando los costos de subestimarlo.

Urnas y trincheras

La contundente victoria del chavismo sobrevino como un duro golpe de realidad a las expectativas de la derecha venezolana. En un país donde el voto no es obligatorio, los índices de participación son la primera señal política. Con 61,14% del padrón yendo a votar -siete puntos más que las elecciones de 2012-, el gobierno ha descartado los riesgos que hubiera supuesto un alto nivel de abstención para la legitimidad del proceso electoral.

El chavismo superó incluso a los pronósticos más optimistas, ganando 17 gobernaciones de 23 mientras aún se espera el anuncio de los resultados para el Estado Bolívar. Además el 54% del total votos emitidos a nivel nacional, serán un empujón moral considerable en medio de una coyuntura marcada por la incertidumbre y la crisis. Desde el comando de campaña opositor se han negado a reconocer los resultados, insistiendo en las denuncias de fraude y maniobras espurias durante la realización de los comicios. Pero el resultado le dará al gobierno una posición de fuerza favorable en cuanto se reasuma la mesa de diálogo nacional.

En el discurso que dio tras el anuncio de los resultados oficiales, el presidente Nicolás Maduro informó que pedirá realizar una auditoría completa de la votación a la Asamblea Nacional Constituyente.

No solo expresan un balance de las gestiones locales, las regionales son vistas como la antesala para las presidenciales de 2018 y de la fuerza con la que cada bloque contará para entonces. El escenario terminará de definirse con las elecciones de alcaldías programadas para diciembre de este año.

La elección permitió al gobierno alcanzar un primer objetivo: canalizar la profunda polarización social y por vías políticas reconstruir la legitimidad de las instituciones. En ese sentido, certificó el rumbo dispuesto tras la Constituyente del 30 de julio, donde el chavismo logró reasumir la iniciativa y desactivar la agenda insurreccional que la oposición desarrolló a mediados de este año. El discurso de la paz caló hondo en la población.

Si la violencia incitada por la dirigencia opositora entre abril y julio acabó alienando a los sectores más indecisos y quemando buena parte del capital político de la MUD, la derrota electoral traerá nuevas preguntas acerca del rumbo que tomará la oposición de ahora en más. Puede que los sectores más radicales vean ratificada su postura, tensando aún más la interna con los sectores “democráticos”.

El camino a las elecciones vio a la MUD envuelta en polémicas públicas y acusaciones cruzadas. El mayor grado de cohesión del chavismo durante la campaña fue sin duda un factor de peso en el resultado final.

El sol se posa sobre la Media Luna

¿Qué cambios de importancia trajeron los comicios del domingo para el mapa político nacional? Primero, la victoria numérica del chavismo se vio acompañada por el hecho de que los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) desplazaron a la oposición de los tres distritos que gobernaba hasta entonces: Miranda, Lara y Amazonas. Las gestiones opositoras no son una realidad aparte inmune a la insatisfacción popular.

Miranda fue el bastión de Henrique Capriles Radonski, dos veces candidato a presidente de la MUD y dirigente de Primero Justicia, uno de los principales partidos opositores. Con la victoria de Héctor Rodríguez, el oficialismo reasume el control sobre toda la Gran Caracas. Por su parte, Lara era el feudo de Henri Falcón, dirigente de Avanzada Progresista. Electo gobernador en 2008 y nuevamente en 2012 -año en que se apartó del chavismo-, Falcón a menudo es señalado entre los posibles presidenciables por la oposición.

El segundo elemento que reclama atención está en tres de los distritos ganados por la oposición y su valor económico y estratégico: Zulia, Táchira y Mérida, parte de la llamada Media Luna situada sobre la frontera con Colombia.

Zulia es una importante región energética con vastas reservas de petróleo y gas, y el distrito más poblado del país. Táchira y Mérida son importantes por su producción ganadera y su ubicación como nexo en la ruta comercial terrestre que conecta Venezuela y Colombia. También se caracteriza por la intensa actividad del paramilitarismo colombiano y el contrabando de bienes, alimentos, combustible y divisas, fuertemente asociados a los intereses latifundistas locales.

La victoria opositora puede explicarse en parte por los límites y deficiencias de las gestiones locales para elaborar una estrategia que estabilice la región. Lo cierto es que la Media Luna constituye una zona de fractura de importancia vital para desestabilizar al país, y uno de los principales focos de violencia política. Significará un reto enorme para el gobierno ahora que deberá contar con una oposición consolidada en la zona.

Días atrás, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, presidió un acto en Washington en el que la oposición venezolana dio forma a su propio Tribunal Supremo de Justicia. Aunque es un acto anticonstitucional sin poderes reales, puede señalar que la idea de dar forma a una estructura de gobierno paralela no esté del todo enterrada. Hasta ahora esta línea de acción carecía fundamentalmente de un territorio donde desarrollarse.

Este lunes, la Unión Europea discutirá la posibilidad de implementar un paquete de sanciones contra el país, mientras que es posible que los EE.UU. endurezcan su postura en apoyo de las denuncias opositoras. Sin duda, el frente diplomático adquirirá -junto a la estabilización económica- nueva importancia si el gobierno quiere terminar de consolidar su victoria.

@julianlomje

Foto: Agencia Venezolana de Noticias

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