Europa

2 octubre, 2017

Y Cataluña votó

A pesar de la brutal represión del Estado español, más de 2 millones de personas lograron votar. Un 90% dice Sí a la independencia. El gobierno catalán podría declarar la República catalana esta misma semana.

Este domingo en Cataluña hubo un referéndum. Una consulta que el Gobierno español no considera vinculante, que no se desarrolló con las garantías necesarias, pero en la que los catalanes votaron. Y votaron por que se organizaron, se movilizaron y aguantaron la brutal represión de las fuerzas de seguridad enviadas desde el resto del Estado español.

Según, Jordi Turull, vocero del Generalitat (gobierno catalán), este domingo participaron 2.262.424 personas, lo que equivale a casi el 43% del padrón electoral. A favor de la independencia votó el 90%, unos 2.020.144 de votantes; en contra el 7,8%, lo mismo a 176.565; 2% en blanco, 45.586 y 0,87% nulos.

Además, Turull explicó que unos 770 mil personas no pudieron participar por la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que afectó a 440 locales electorales. Asimismo, comunicó que, como consecuencia de la represión, son más de 800 los heridos registrados.

Ahora queda ver si el Parlament de Catalunya continua con la hoja de ruta y proclama esta semana la República Catalana. “Los ciudadanos de Cataluña nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente”, dijo Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat. La Ley de Referéndum prevé que, ante una victoria del Sí, debe convocarse, en un plazo de dos días tras conocer el resultado, una sesión parlamentaria que declare la independencia.

A su vez, Puigdemont, se refirió a la represión policial: “El Estado español ha escrito una pagina vergonzosa en su historia con Cataluña. Tristemente no es la primera”. Sobre la Unión Europea dijo que “ya no puede mirar para otro lado, somos ciudadanos europeos los que sufrimos la vulneración de derechos y libertades”.

Desde Madrid, Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español, manifestó: “Hemos cumplido con nuestra obligación, hemos actuado con la Ley y se ha demostrado que nuestro Estado democrático tiene recursos para defenderse de un ataque tan serio como el que se intentó perpetrar con este referéndum ilegal».

Además de agradecer a los cuerpos de seguridad, Rajoy, señaló que ahora toca “empezar el restablecimiento de la normalidad institucional desde la unidad”. Está previsto que este lunes se reúna con Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista, y Albert Ribera, presidente de Ciudadanos.

Para este martes 3 de octubre el sindicato CGT de Catalunya y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) convocaron un paro general. “Llamamos a participar y apoyar una huelga general que paralice al país en protesta a la vulneración de todos los derechos democráticos y derechos humanos”, comunicó Quim Arrufat, portavoz de la CUP.

La resistencia pacífica que permitió votar

El domingo comenzó el viernes por la tarde cuando se ocuparon los centros de votación para evitar que fueran cerrados y precintados. Padres e hijos, grupos de estudiantes o vecinos durmieron las ultimas dos noches en los colegios electorales donde organizaron actividades que les permitieron mantener las puertas abiertas hasta el mismo día de la consulta.

Los Mossos d’Esquadra (policía catalana) tenían la orden de precintar todos los lugares habitados para votar. Por tanto, el primer momento de tensión se vivió entre las cinco y seis de la mañana cuando los votantes de cada colegio se agolparon en la puerta para evitar dicha acción.

Sin embargo, la ansiedad se diluyó cuando los presente veían llegar dos o tres policías que ante la multitud, y de forma muy pasiva, decidían que su objetivo no se podía cumplir y simplemente labraban un acta y se retiraban entre aplausos. “Votarem, votarem (votaremos)”, se arengaban unos a otros.

“Yo no era de las más convencidas sobre la independencia, pero he votado porque quería ejercer mi derecho. Me parecía increíble que no se pudiera votar, es lo más sano, democrático y que en ningún caso puede considerarse una ilegalidad”, dice Montse que se llevó una reposera para aguantar desde la madrugada.

Pero la jornada recién empezaba. “A no bajar la guardia”, se podía escuchar en varios sitios. El Ministerio del Interior había trasladado más de 10 mil efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil que la última semana se alojaron en barcos en el puerto de Barcelona.

A las nueve de la mañana la danza de camionetas de la Policía Nacional ya era evidente en toda la ciudad. Las redes sociales comenzaron a agitarse poco después con las primeras intervenciones que se fueron multiplicando por todo Cataluña.

Aun con el temor de ser visitados por los antidisturbios, las colas en los locales electorales no amainaron. Los votantes seguían llegando y una vez que ejercían lo que consideraban su derecho, se quedaban en la puerta para que otros puedan hacer lo mismo. Esa convicción fue más que cualquier miedo y ante movimientos extraños todos se agolpaban en los accesos para defender, pacíficamente, las urnas.

“Llevamos todo el día escuchando a compañeros que, desde otros lugares, nos dicen que han visto una patrulla por tal o cual calle. Por prevención intentamos juntar toda la gente delante del colegio”, dice Laia, una voluntaria que admite: “Tensas estamos todas pero estamos convencidas de lo que estamos haciendo y no nos vamos a mover”.

Con estos nervios la tarde se fue cayendo. Con la hora del cierre de mesas cerca la sensación de misión cumplida se palpaba. Pero el “a no bajar los brazos” volvía a sonar. “Lo importante es que al final del día las urnas no sean requisadas y que el voto de la gente haya valido para algo. Por lo que vamos a aguantar aquí  el tiempo que sea necesario”, dice David mientras esperaba para votar.

Para Laia, la solidaridad fue lo más destacable del día: “El referéndum no es importante en sí, sino la movilización que se ha generado, que ya es un éxito.” “Mañana todos querrán ser los salvadores de la situación y habrá toda la colaboración pero hay un antes y un después”, reflexiona Montse.

Sólo cuando el recuento terminó y las urnas se trasladaron la gente se dispersó al grito de “hem votat” («hemos votado»).

Luciano Coccio, desde Barcelona – @LuchismoD

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