Fútbol

6 septiembre, 2017

Siria a dos rivales de Rusia 2018: Australia y ¿EE.UU.?

El martes se jugó la última fecha de la zona de grupos de las eliminatorias de Asia para el Mundial de fútbol Rusia 2018. Irán, Japón, Corea del Sur y Arabia Saudita se aseguraron su plaza en la Copa del Mundo mientras que Siria y Australia deberán disputarse el puesto en el repechaje para jugar contra el cuarto de la Concacaf.

El martes se jugó la última fecha de la zona de grupos de las eliminatorias de Asia para el Mundial de fútbol Rusia 2018. Irán, Japón, Corea del Sur y Arabia Saudita se aseguraron su plaza en la Copa del Mundo mientras que Siria y Australia deberán disputarse el puesto en el repechaje para jugar contra el cuarto de la Concacaf.

A pesar de la guerra -que ya lleva más de seis años- el seleccionado sirio se ha sobrepuesto a la grave situación de su país y, aún habiendo sufrido la pérdida de jugadores que fueron muertos o exiliados durante el conflicto (solo tres futbolistas del plantel residen en Siria), ha logrado hacer una eliminatoria histórica. Nunca ha jugado un mundial y hoy está muy cerca de participar en Rusia el año que viene.

Con un empate 2 a 2 sobre la hora frente a Irán (el primero del grupo A) y gracias a que Corea del Sur y Uzbekistán también igualaron, se aseguró el tercer puesto de la zona. Ahora deberá enfrentar en un ida y vuelta a los australianos que ocuparon el mismo lugar en el grupo B. Los partidos serán el 5 y 10 de octubre.

En caso de ganar, llegará finalmente al repechaje contra el país que ocupe el cuarto puesto en la eliminatoria de Centro y Norte América. Si eso sucediera el día de hoy se disputaría un encuentro muy particular ya que el rival sería nada más y nada menos que EE.UU. que hoy suma 9 puntos, igual que Honduras pero con mejor diferencia de gol y apenas uno por debajo de Panamá. Más lejos quedaron Costa Rica con 15 y México (ya clasificado) con 18.

Todavía restan dos fechas con lo cual el escenario puede cambiar, pero la potencia norteamericana viene haciendo una floja competencia por lo que no se puede descartar la posibilidad. En ese caso se jugarían también dos encuentros, ida y vuelta.

Un partido histórico

El encuentro disputado con Irán en Teherán fue vivido en territorio sirio como una final. Es que si se daban una serie de resultados hasta podrían haber obtenido la clasificación directa ocupando el segundo puesto.

Aunque no se pudo, eso no aplacó a sus hinchas. En las principales plazas y avenidas de Damasco, la capital, fueron establecidas seis pantallas gigantes de un total de 30 que se distribuyeron en todo el país en lo que sin dudas era un evento de interés nacional.

En el minuto 13, Mohamad Tamer Haj marcó el 1 a 0 para las «Águilas de Qasiun», como se conoce popularmente al equipo nacional sirio y por unos minutos lo puso en Rusia 2018. Con el 0 a 0 entre coreanos y uzbecos era el resultado era perfecto para los visitantes.

Sin embargo Sardar Azmoun empató en el último minuto de la primera parte y volvió a convertir a los 64. En apenas unos minutos Siria había pasado de estar clasificada de manera directa a quedar completamente afuera de la Copa del Mundo.

Pero la euforia estalló cuando en el último minuto de los tres que había añadido el árbitro, Omar Al Somah -el «Zlatan árabe»- recibió entrando al área por la derecha y con un remate cruzado que pasó entre las piernas del arquero puso el 2 a 2 definitivo.

Un camino difícil

El fútbol sirio no ha tenido grandes logros en su historia. Además de no haber llegado a ningún mundial, nunca han logrado superar la primera fase de la Copa de Asia.

Con esos antecedentes y el conflicto bélico que atraviesa el país, su devenir en las eliminatorias parecía poco auspicioso. A eso se sumó la negativa de varios jugadores a ser parte del combinado nacional y el hecho de que la FIFA le prohibiera jugar en su propio territorio y congelara sus fondos de financiamiento.

El recorrido de las Águilas no ha sido nada sencillo. La segunda fase (a la que ingresaron directamente por la clasificación general en el continente) debieron jugarla en Omán, donde utilizaron dos sedes distintas. Para la tercera fase que acaba de concluir la situación fue más difícil.

La primera propuesta fue Qatar, luego El Líbano y hasta en Macao (la ex colonia portuguesa al sur de China). Pero tras sucesivos rechazos finalmente lograron encontrar sede en Malasia donde también debieron jugar en dos estadios diferentes.

Casi sin público y a miles de kilómetros de su país lograron mantener el invicto «de local». El entusiasmo generado produjo el regreso de algunos futbolistas como el propio Al Somah y el caso más resonante: el de Firas al-Khatib, delantero que juega en la liga kuwaití y ha sido reconocido como el mejor futbolista de su país.

Al-Khatib había declarado en 2012 que no volvería a vestir la camiseta de su selección mientras hubiese un arma dispuesta a ser disparada en Siria. Si bien su regreso en marzo de este año (con la capitanía incluida) fue visto como un aval político al gobierno, él se ha encargado de desmentirlo y asegurar que solo busca lograr el objetivo deportivo.

De una u otra forma la epopeya de las Águilas ya ha llegado muy lejos. No serán sencillos los partidos por delante, pero nadie le quita la ilusión a todo un pueblo que busca una alegría en medio de la guerra.

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