16 agosto, 2017
«Hay pruebas y testigos de que la Gendarmería golpeó a Santiago y se lo llevó»
El periodista Maximiliano Goldschmidt viajó a la comunidad Pu Lof en Resistencia Cushamen donde fue desaparecido Santiago Maldonado el pasado 1 de agosto. En diálogo con Radio Sur 88.3 contó sobre los testimonios que recogió y cuál es el clima que se vive en el lugar donde la Gendarmería aún está presente amedrentando a los mapuches.
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El periodista Maximiliano Goldschmidt viajó a la comunidad Pu Lof en Resistencia Cushamen donde fue desaparecido Santiago Maldonado el pasado 1 de agosto. En diálogo con «Con el pie izquierdo» (Radio Sur 88.3) contó sobre los testimonios que recogió y cuál es el clima que se vive en el lugar donde la Gendarmería aún está presente amedrentando a los mapuches.
– ¿Qué es lo que se está viviendo en la zona tras la represión y desaparición de Santiago Maldonado?
– Uno lo veía desde allá y acá se ve mucho más claro. La desaparición de Santiago es parte de algo que venía de antes que es la persecución y criminalización sistemática del Pueblo Mapuche. Y eso sigue.
La desaparición está lejos de representar un parate en esto. Hoy es la propia Gendarmería que lo hizo desaparecer la que está a cargo de la investigación, allanando en Mendoza, en la casa de Santiago, en una biblioteca popular. Ya hay pruebas y testigos de que la Gendarmería golpeó a Santiago y se lo llevó. Entonces es bastante angustiante ver la impunidad que hay acá.
– Te pudiste reunir con miembros de la comunidad, ¿qué es lo que te contaron?
– Describieron un poco como fue el operativo. Sin ningún tipo de orden judicial entaron a los tiros. Relataron que sentían que los estaban cazando, eran más de cien gendarmes. Intentaron resistir pero era imposible entonces empezaron a correr para el lado del río y ahí les siguieron disparando.
Hay testigos que vieron como los gendarmes le estaban pegando a Santiago que quedó a mitad del río. No llegó a la otra orilla, quizo volver y ahí lo agarraron. También relataron que vieron como lo subían a un camión, se cruzó una camioneta de Gendarmería, varios efectivos hicieron una pantalla y después ese vehículo salió rumbo a Esquel.
Hoy cuando uno llega a la comunidad sigue la Gendarmería a pocos metros. Teniendo en cuenta todo lo que pasó lo mínimo que podrían hacer es retirarlos pero la impunidad es flagrante.
– Los gendarmes son los principales sospechosos y siguen ahí custodiando a la comunidad.
– Sí, no se si custodiando. Pero esto es constante y viene de más arriba con las declaraciones de la ministra Patricia Bullrich diciendo que no hay indicios de que esto haya sido así. Es difícil de creer la manera como se está manejando todo acá.
– Los grandes medios de comunicación han lanzado una campaña diciendo que los mapuches están armados y que pretenden mediante acciones de lucha armada ocupar territorios, ¿vos cómo lo ves desde ahí? ¿Qué opinión tenés al respecto?
– Hubo una foto que fue famosa cuando le incautaron la supuestas armas que eran herramientas. Yo estoy acá y veo que no tienen recursos. Que por suerte hay un montón de gente que se solidariza y ayuda. El día que fuimos a la comunidad nos llevó un compañero que iba con el auto cargado de bolsas de ropa.
Es ridículo pensar que son un grupo armado. Eso es parte de una campaña. Benetton tiene un millón de hectáreas y hace lo que quiere, tiene mucho poder. Y es lo que pasa con un montón de reclamos a lo largo del país.
La desaparición de Santiago es lo más importante y se lleva puesto todo, pero esto empezó con un corte de ruta pidiendo la liberación de Facundo Jones Huala que está preso ilegalmente. La propia Corte Suprema rechazó una apelación de la Fiscalía y ya tendría que estar libre. El compañero está hace más de dos semanas en huelga de hambre.
Y también está hace tiempo en huelga de hambre -y muy jodido de salud- Agustín Santillán en Formosa donde todavía es mayor la invisibilidad. Porque incluso algunos organismos de Derechos Humanos a partir de lo que pasó con Santiago empezaron a movilizarse por acá.
– ¿Cómo se organiza ahora la comunidad para protegerse?
– La comunidad tiene gente haciendo guardias que cada vez están más adentro del territorio por el avance de la Gendarmería. Dicen que cuando se acercan los hostigan, les tiran balas de goma.
En teoría hay una orden para despejar la ruta pero no para entrar en el territorio y mucho menos para reprimir. Pero se ve que hay una orden más arriba por la cual la Gendarmería no fue desplazada. No hay ninguna intención del gobierno de ver que hacer con esto. Es todo el tiempo desvíar la atención y tratar de criminalizar.
En la comunidad nos contaban que Santiago la noche anterior les decía que a él le gustaba estar con los «terroristas de la verdura» porque justamente habían estado sembrando y cosechando. Es insólito que les quieran inventar vínculos con Inglaterra, con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
– ¿Cómo sigue la investigación?
– Acá es todo muy hermético, no hay información. Lo que trasciende es todo lejos de acá: la búsqueda en Entre Ríos, en Neuquén, en Mendoza.
Ahora iban a cotejar la sangre de Sergio, el hermano de Santiago, con un cuchillo de un puestero que el 20 de julio fue supuestamente atacado por cuatros encapuchados y para defenderse logró cortar a uno. Es insólito.
Se dice que la comunidad no dejó entrar a hacer las pericias y que no hubo testigos. Y es mentira, hay fotos de la Prefectura adentro de la comunidad haciendo las pericias.
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