16 agosto, 2017
Por presión del moyanismo y la Corriente Federal, la CGT ratificó la movilización
Este miércoles se reunió el Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) para definir si sostenía o no la convocatoria a la movilización para el próximo martes 22 de agosto. «Los gordos» y los «independientes» planteaban levantar la medida luego del resultado electoral del último domingo.

Este miércoles se reunió el Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) para definir si sostenía o no la convocatoria a la movilización para el próximo martes 22 de agosto. «Los gordos» y los «independientes» planteaban levantar la medida luego del resultado electoral del último domingo.
Sin embargo los sectores ligados al moyanismo, representados por Juan Carlos Schmid en el triunvirato, y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), sin presencia en el Consejo Directivo, presionaron para que la marcha se lleve a cabo tal como definió el plenario de secretarios generales del pasado 28 de julio en Ferro.
«El Gobierno puede pensar que las elecciones son un espaldarazo pero nosotros vamos a volver a imponer nuestra agenda frente al Ejecutivo, frente al empresariado y frente al Legislativo porque después de las seis de la tarde los problemas siguen estando», declaró Schmid tras la reunión.
El dirigente añadió: «Los temas nuestros no se resuelven con el momento electoral, los ciudadanos no sólo valen a la hora de los votos. Nuestros problemas siguen presentes y seguirán después de octubre».
Por su parte el secretario general del gremio de Canillitas, Omar Plaini, argumentó la necesidad de sostener el plan de acción ya que “hay pérdida del poder adquisitivo, caída del consumo, más pobreza. Hay compatriotas que no pueden esperar, como en el conurbano o el interior profundo”.
Asimismo analizó que “hay un tercio del país que apoya al Gobierno porque no tiene problemas” y también que «un tercio de la ciudadanía bonaerense le dio respaldo» a Cristina Fernández que «sigue siendo una actor más que importante de la política argentina”.
Previamente, y ante el anuncio de algunos dirigentes de que la protesta debía ser suspenida, la CFT había emitido un comunicado señalando que “las condiciones por las que la movilización fue decidida no variaron. La política económica del gobierno continúa empeorando la situación de los trabajadores». Además, desde ese espacio explicaron que «la decisión explícita de imponer una reforma laboral, previsional y tributaria regresiva sobre los derechos de trabajadores y sectores más vulnerables de la sociedad representa una amenaza insoslayable».
En el mismo documento exigieron mantener “la convocatoria al Comité Central Confederal (CCC) del 23 de agosto para determinar la fecha de una huelga nacional y un subsiguiente plan de acción en demanda de cambios en la estrategia económica».
Entre quienes se oponían a ratificar la movilización estaban Andrés Rodríguez, titular de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN); los hermanos Daer, Héctor, quien además es triunviro cegetista, y Rodolfo; Francisco “Barba” Gutiérrez de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM); Gerardo Martínez de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA); Víctor Santa María del sindicato de Porteros; y Armando Cavalieri del gremio de Comercio.
En sintonía con estos sectores se había expresado también el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien en el marco de una jornada en la Universidad Torcuato Di Tella afirmó que la movilización “se cae por sí misma” ya que los reclamos que realiza el sector sindical “no corresponden a lo que refleja la realidad”.
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