9 agosto, 2017
Arsat 3: «Cuando le das la mano a los capitales extranjeros te toman hasta el codo»
El investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y becario del CONICET, Agustín Espada, analizó el futuro de la empresa satelital nacional en el marco de la gestión del presidente Mauricio Macri. Sobre todo hizo hincapié en el anuncio de un posible acuerdo con una empresa estadounidense para fabricar el satélite Arsat 3.

El investigador de la Universidad Nacional de Quilmes y becario del CONICET, Agustín Espada, analizó el futuro de la empresa satelital nacional en el marco de la gestión del presidente Mauricio Macri. Sobre todo hizo hincapié en el anuncio de un posible acuerdo con una empresa estadounidense para fabricar el satélite Arsat 3.
En diálogo con «Con el pie izquierdo» (Radio Sur 88.3), el también licenciado en Comunicación Social y divulgador científico, explicó cómo la potencial privatización del tercer satélite argentino puede perjudicar, sobre todo, a las poblaciones más marginadas.
– ¿Cuál es la situación hoy de Arsat y del desarrollo satelital argentino?
– Lo último que se supo de políticas públicas en materia satelital tiene que ver con un informe que dio a conocer el periodista Darío Gannio en C5N donde se hacía pública una carta de intención del gobierno argentino con una empresa estadounidense llamada Hughes. El acuerdo tenía que ver con la construcción, desarrollo y comercialización del tercer satélite nacional, el Arsat 3.
Esta carta de intención no establecía un acuerdo final sino un paso previo donde se plantean los términos en los cuales en un tiempo determinado se va a aceptar o no.
A grandes rasgos lo que se señalaba es que la empresa estadounidense se comprometía a poner el 51% de los fondos necesarios para el desarrollo del satélite a cambio del 51% de las acciones de Arsat 3. Por lo tanto a través de esta inversión la compañía extranjera quedaba con capacidad total de decisión y gestión sobre el satélite.
Además de ceder a capitales privados y extranjeros la gestión y ejecución de una política que debería ser guíada por los principios de interes público, la polémica también está dada porque el Estado argentino no sólo pone el 49% de los fondos necesarios sino que además pone a disposición un espacio en la órbita geoestacionaria que es soberana.
Se trata de un recurso súper valioso y escaso. Uno puede construir un satélite pero sin una órbita geoestacionaria no lo puede usar.
– Cuando te referís a una órbita geoestacionaria imagino una ruta por la que transitan los satélites alrededor de la tierra y una de ellas pertenece a la Argentina, ¿es así?
– Si, es una descripción gráfica muy útil para explicar esto. Se trata de un espacio donde se va a montar este satélite y dónde están montados el Arsat 1 y 2. Desde allí operan.
El organismo encargado de dividir y distribuir esto a nivel mundial es la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Hace muchos años le dio a nuestro país la potestad de explotar estas órbitas geoestacionarias que el gobierno anterior recuperó a través del relanzamiento de las políticas satelitales.
– ¿Cómo afectaría a la población la cesión del Arsat 3 a capitales extranjeros?
– Básicamente por la decisión de para qué se va a utilizar ese satélite. El Arsat 3 que todavía no está construido va a operar sobre la banda K de estas órbitas geoestacionarias que es muy útil para brindar internet satelital. Este tipo de servicio es el que se brinda en aquellos sitios donde el cableado tradicional de fibra óptica no es rentable.
Es decir, los Estados lo pueden utilizar para llevar internet -que podemos discutir si debe ser un servicio público o sólo comercial- a poblaciones más alejadas.
Que el Arsat 3 quede en manos de capitales privados puede hacer que no sea la prioridad llegar a esos sectores marginados por el mercado, sino competir en zonas con mayor densidad poblacional y por lo tanto más rentables comercialmente.
– En esta órbita sobre la que tiene soberanía y puede operar la Argentina, ¿hay otros satélites además de los Arsat?
– En nuestro país a partir del cambio de gobierno se ha adoptado una política de abrir los cielos para permitir la operación de satélites privados cuando hasta diciembre de 2015 únicamente operaban los satélites nacionales.
Esto tiene que ver, desde el punto de vista del gobierno, con fomentar la competencia entre los servicios que se brindan. Pero por otro lado también afecta el nivel de comercialización que tienen los Arsat 1 y 2.
Ese nivel de comercialización es cuántas empresas contratan los servicios de los satélites nacionales y por lo tanto cuánto recaudan para seguir desarrollando -por ejemplo- el Arsat 3.
En palabras de Rodrigo de Loredo, que es el presidente de la empresa, con lo recaudado en el Arsat 1 y 2 se podría haber hecho el 3. Pero el direccionamiento de la política prefirió destinar esos fondos a la extensión de la red de fibra óptica federal. Son elecciones de la política pública que, desde mi punto de vista, tienden a favorecer a los capitales privados y en este caso extranjeros.
– ¿Pero sí o sí tenían que optar? ¿No había opción de hacer ambas cosas?
– Es que ahora la política de la empresa Arsat es no pedirle crédito a bancos nacionales o extranjeros y no tomar préstamos del Tesoro Nacional para desarrollarse. Sí lo hacía durante la anterior gestión.
– La fibra óptica y los satélites, ambas son inversiones rentables.
– Sí, la red de fibra óptica federal tiene una extensón inédita para una infraestructura de ese tipo en nuestro país y está comenzando a ser comercializada. Por eso digo que es una decisión de De Loredo. Prefirió no tomar créditos y en cambio le dio lugar a inversores privados a los cuales además les cede el control sobre estos desarrollos.
– ¿Por qué creés que se optó por esta política en vez de otra?
– Me parece que tiene que ver con una cuestión de austeridad, de control del gasto y también con que no es prioridad para este gobierno el desarrollo de este sector.
La obra del Arsat 3 está frenada desde el cambio de gobierno. Por lo tanto, no quiero defender a De Loredo, pero cuando se dio cuenta que no iba a contar con fondos públicos optó por la vía de buscar capitales extranjeros que cuando les das la mano te toman hasta el codo. Y De Loredo se dejó agarrar el codo.
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