27 julio, 2017
Una bienvenida a Copi por partida doble
Dos obras de Raúl Damonte Botana Copi (tres con «El día de una soñadora» que protagoniza Marilú Marini los lunes) han desembarcado en el Teatro Nacional Cervantes que dirige Alejandro Tantanian. Se trata de «El homosexual o la dificultad de expresarse» y «Eva Perón».

Dos obras de Raúl Damonte Botana Copi (tres con El día de una soñadora que protagoniza Marilú Marini los lunes) han desembarcado en el Teatro Nacional Cervantes que dirige Alejandro Tantanian.
Este acercamiento a uno de los autores argentinos menos conocidos en su tierra -donde nació en 1939- pero aclamado en Francia -donde muere en 1987- intensifica en el hoy esa labor constante que Cesar Aria llevó adelante desde el retorno de la democracia para difundir su obra.
La obra de Copi conoció en nuestro país algunas versiones de Una visita inoportuna, Cachafáz, Las viejas putas, El homosexual o la dificultad de expresarse, o Eva Perón, entre otras. Estas dos últimas suben a escena dirigidas por Marcial Di Fonzo Bo, con vestuario de Renata Schussheim y escenografía de Oria Puppo.
El elenco está integrado por Carlos Defeo, Rodolfo de Souza, Hernán Franco, Juan Gil Navarro, Gustavo Liza, Rosario Varela, y Benjamín Vicuña que encarna a Evita (el mismo papel que hiciera Facundo Bo en su estreno a comienzos de 1970 en el teatro L’Epée de Bois que dirigió Alfredo Arias y que causó gran revuelo político). El traductor de la obra Eva Perón, Jorge Monteleone, en una entrevista con Leni González, lo explica así: “El diario Crónica dio la noticia: ‘Inaudito: un actor hará de Eva Perón’ y el copete: ‘Autor irrespetuoso en un teatro de París’. Hubo amenazas, boicots con anuncios de bomba y pintadas en el teatro que decían ‘Vive le justicialisme’. La obra padeció una especie de malditismo y creó una animadversión hacia Copi y, en particular, a esa pieza que cuestiona la mitologización de Eva. A tal punto que treinta años después la obra no estaba traducida en la Argentina y sólo fue representada en alguna función aislada”.
Casi 50 años después, muerta Eva, muerto Perón (tan lejanos son esos años que Copi asevera en una entrevista que ocupa parte del entreacto que Perón luego de irse al exilio a España en 1955 «nunca más volverá a la Argentina») sin Montoneros ni Triple A (o al menos sin ellos en su vieja versión), la CGT y Pablo Moyano reavivan en un tiempo 2.0 otras nuevas amenazas y otra especie de «malditismo» que por suerte no es más que un coletazo del purismo ideológico de algún burócrata sindical con mucho poder con más interés en el dinero de las Obras Sociales que en construir una bomba y plantarla en un teatro de la Avenida Corrientes, o en este caso, de la calle Libertad.
Si bien todo es político, y estas obras también lo son. Ni en El homosexual o la dificultad de expresarse, ni en Eva Perón existe algún sentimiento antiperonista más allá de alguna exageración en mostrar a Eva un poco maltratadora (si es que eso se puede calificar de antiperonismo). Algo que probablemente haya sido opinión de Copi que lo deja claro en otra parte de esa entrevista del entreacto donde la describe como una mezcla entre una dictadora y una femme fatal, y la compara con Stalin. Una valoración personal que poco tiene que ver con la realidad de Eva Perón.
Copi habrá sido muy antiperonista, como muchas personas que hoy quizás ya no lo sean, pero hablamos de la década del 60 y el 70 y es necesario que miremos con indulgencia al pasado, porque con el diario del lunes todas la tenemos muy clara. Si no, difícil entender ciertas alianzas políticas que se sucedieron con los diferentes gobiernos desde 1983 hasta el hoy, con realineamientos, contradicciones y oportunismos. Todo, esencia de los seres humanos. Y casi una marca de algunos de nuestros políticos.
Pero volvamos al teatro que es lo que nos ocupa.
En el Cervantes todo se luce (sonido, ambiente, luces, etcetera) menos las butacas de platea que uno se pregunta cuándo les llegará el cambio en tema tapizado.
En cuanto al elenco, la solidez es una distinción grupal. Sobresale Carlos Defeo (tremendo actor) Hernán Franco y Juan Gil Navarro. Rodolfo de Souza emociona como Perón con su silencioso dolor que le hubo de recorrer (quiero imaginar) mientras agonizaba el amor de su vida.
Benjamín Vicuña pasó como un actor más. Ni modelito, ni mediático, ni demasiado guapo (lo muestran en calzones pero sin demasiada exposición), ni demasiado Benjamín Vicuña. Está bien, a la altura del elenco. Se agradece que el punto de atención en él no durara más de un ratito.
El homosexual o la dificultad de expresarse es humor, delirio, y lo más parecido a una especie de comedia donde la farsa se mezcla con el drama y el interlineado de lo sexo genérico es todo el tiempo una cachetada a las conciencias profundísimas. Lo queer aplastado como una colilla de cigarrillo. Pre Butler, pre Preciado, pre certezas, Copi imagina una universalidad transexual sin conocer la palabra identidad de género. Es que, como en todo, nadie inventó nada, y lo «novedoso» -previo pago (se aceptan tarjetas de crédito)- aparece en los catálogos de las editoriales o en la currícula de ese otro curso de género y sexualidad de esa otra universidad dictado por ese otro avezado académico.
El entreacto a cargo del actor Gustavo Liza ha sido cuestionado por un par de comunicadores, entre ellos Daniel Link al que me gusta leer habitualmente. Pero no coincido con las apreciaciones que hace sobre Liza en su nota en la Revista Anfibia donde habla de «una performance bastante siniestra (…) innecesaria, mal desempeñada y que perturba la comprensión de un universo que, si no se explicara por sí solo, menos lo haría a través del conjunto de indicaciones pedagógicas que decidieron incluirse en un montaje que no las necesitaba».
Más allá de que Gustavo es un amigo, lo considero uno de los más talentosos actores transformistas (tiene casi 40 años de carrera) junto a Eduardo Solá, el fallecido Jean Francoise Casanovas, Walter Soarez, Daniel Durán o Mario Filgueiras. El sexteto del arte transformista que ocupo las noches del ocio (gay sobre todo) de los bares y discos del colectivo LGTBI durante varias décadas que fueron cerrando con la crisis económica que el menemismo implantó en la Argentina. Noches de shows, que casi siempre eran mal pagas, regadas por razzias policiales, comisarías y calabozos. Este arte y estos actores marcaron una época casi como hizo Copi con sus obras, y si somos indulgentes y veneramos a uno, podríamos hacer lo mismo con los otros.
Es cierto, sí, que el texto que tiene que interpretar Gustavo es un texto antiguo (años 60), machista y como a contramarcha de los avances sociales e ideológicos en relación a la orientación sexual, identidad de género o el feminismo que 50 años después «manejamos». Un texto de Copi que lo único que hace es demonizar -para humanizarlo- a Copi (como diciendo no lo glorifiquen que era real).
Quiero creer que el director piensa ese entreacto como una sesión de espiritismo donde Copi habla, dice (a través de la espiritista Liza) y dibuja. Apareciendo más allá del legado del «gran intelectual» con sus contradicciones y sus opiniones. Ojalá pueda preguntárselo algún día a Marcial Di Fonzo Bo.
Así como El homosexual o la dificultad de expresarse, es energética y delirante (temí varias veces por la integridad del elenco en esa escenografía lunar y empinada) en Eva Perón hay sosiego dentro del caos en el que no pude dejar de ponerme en el lugar de Eva. Eva poderosa pero derrumbada, hermosa pero ya casi sin pelo, vital pero desesperada. ¿Un poco violenta? ¿Nerviosa?. ¡Y claro! ¿Qué esperaban? Al borde la muerte, joven, poderosa, talentosa y hermosa, todo para tener un futuro brillante, y un cáncer que te corroe por dentro.
Me produjo abrazarla, peinarla, escucharla un poco en sus últimas horas.
Emocionante final para esta magnífica excusa que es ir al teatro. Vayan. Tiene varios estímulos: ver una obra de Copi, conocer el Cervantes, e incluso saber que aún se puede pagar una entrada a precio bien accesible para disfrutar de un grandísimo espectáculo.
Gustavo Pecoraro – @gustavopecoraro
Fotos: Mauricio Cáceres
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.