24 julio, 2017
Cebollazo: los reclamos de una región en crisis
El pasado fin de semana el sur de la Provincia de Buenos Aires fue escenario del primer “Cebollazo”, una intervención que reunió a productores y productoras cebolleros con el fin visibilizar la crisis que atraviesa el sector.

El pasado fin de semana el sur de la Provincia de Buenos Aires fue escenario del primer “Cebollazo”, una intervención que reunió a productores y productoras cebolleros con el fin visibilizar la crisis que atraviesa el sector.
Las localidades de Mayor Buratovich, Hilario Ascasubi, Pedro Luro, Juan A Pradere, Villaloga, San Javier, General Conesa, entre otras, se movilizaron de forma pacífica para reclamar por derechos básicos y exigir al gobierno provincial y nacional soluciones inmediatas para paliar la crisis económica que transitan.
Hoy las ciudades que dependen de la cebolla como motor productivo regional se enfrentan a una crisis transversal, donde al productor le pagan 8 pesos los 20 kilogramos de cebolla y el costo de producción ronda los 50 pesos cada 20 kilogramos. Es decir, no llegan a cubrir el 10% del costo de producto. Eso se suma a que el 50% de la ganancia de la producción se va en impuestos.
En una región del interior donde la principal fuente laboral está paralizada, se desata un problema en cadena trasladando la crisis de un sector particular a la comunidad en su conjunto y poniendo en riesgo la estabilidad económica de la población.
La sobreproducción y la falta de inserción en el mercado externo están generando que los campos no puedan ser cosechados, echándose a perder miles de kilos de cebolla y afectando directamente a la posibilidad de pensar en volver a sembrar. Gran cantidad de trabajadores y trabajadoras de la tierra están perdiendo su fuente laboral como así también toda su producción.
La cebolla tiene la particularidad de ser un artículo de monocultivo, es decir, la tierra se prepara en función de un solo producto y la siembra es una vez al año, por ende la ganancia es anual. Esta característica es una de las diferencias con el cordón hortícola de La Plata, por ejemplo, en el que se trabaja sobre diversos tipos de hortalizas según la época del año.
Es importante mencionar que el 70% de la producción nacional de cebolla es exportada a Brasil, siendo este el principal comprador. En la actualidad las negociaciones con el país carioca están paralizadas, lo que genera un sobreproducción en relación al consumo, es decir, el mercado interno está desbordado de cebolla. A esto se le suma que Argentina está importando este vegetal desde Holanda y España, dejando así totalmente excluida la producción nacional.
Cebollazo, un primer paso
El “Cebollazo” fue una medida de lucha organizada por productores y productoras cebolleras que consto de dos jornadas de concentración y diálogo con la comunidad a fines de dar a conocer su problemática y las consecuencias que estas podrían generar a la vida económica de la región. A su vez se regalaron 30mil kilogramos de cebolla.
Durante el sábado 22 de julio se llevaron adelante convocatorias en la entrada de los pueblos próximos a Bahía Blanca, donde se repartieron volantes y cebollas dando a conocer la situación.
La intervención finalizo el domingo 23 cuando las y los productores se movilizaron a Pedro Luro para unir el reclamo y realizar un acto para exigir respuestas y soluciones a las autoridades correspondientes.
Exigen, entre otras cosas, la implementación de una Ley de acceso a la tierra, créditos blandos para pequeños productores/as y precios justos para la producción. Además, reclaman por la aplicación de la Ley de Emergencia Social con ampliación del Salario Social Complementario, un kit de insumos productivos para poder iniciar la próxima siembra, y la construcción de centros de acopio para los pequeños productores y productoras.
También suman la demanda por la protección del mercado interno y frenos a la importación de Holanda y España, la creación de guarderías de jornada extendida, y la apertura de fábricas para agregar valor agregado al cultivo de la cebolla. Por último plantean también el fin de la discriminación a las comunidades migrantes.
La crisis en el sur de la provincia es una demostración más de la situación de precariedad que atraviesas las economías regionales, donde en el mercado nacional tienen prioridad productos extranjeros y donde los artículos nacionales no tienen inserción en el mercado externo.
La situación de los trabajadores informales o de la economía popular exige una respuesta y solución inmediata, siendo estos un eslabón fundamental en la producción de alimentos que consume la población argentina.
Aymar Pérez Grant – @Aymar_PG
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