16 julio, 2017
Marcelo Falak: «Alguna vez Brasil irá a las urnas y ahí se jugará otro partido»
El editor de internacionales de Ámbito Financiero, Marcelo Falak, dialogó con «L’Ombelico del Mondo», programa de Radionauta FM 106.3, acerca de la condena contra Lula da Silva, la crisis institucional que vive Brasil y de la cual “aún no se ve la salida”.

El editor de internacionales de Ámbito Financiero, Marcelo Falak, dialogó con «L’Ombelico del Mondo», programa de Radionauta FM 106.3, acerca de la condena contra Lula da Silva, la crisis institucional que vive Brasil y de la cual “aún no se ve la salida”.
– ¿La condena a Lula es sorpresiva o se veía venir considerando el estado de la causa y su buena performance en las encuestas?
– Hay un sentimiento de sorpresa por más que era una noticia ampliamente esperada -se sabía que iba a haber un fallo condenatorio contra Lula por esta fecha-. No me animo, y prefiero escapar a la lógica de las tribunas, de si es inocente o culpable.
Es un fallo de 238 páginas que no pude terminar de leer en su totalidad. Si es cierto que hay mucho dicho de arrepentidos. Entonces hay que ver cuanto hay de pruebas materiales. Convengamos que es un delito difícil de probar. Si alguien te acusa de tener una propiedad mediante testaferros es muy difícil dar con una prueba documental de una escritura o un contradocumento. Eso es cierto que no apareció.
Pero insisto en que prefiero no hacer lecturas a partir de simpatías políticas. Si me cae bien es inocente o si me cae mal es culpable.
Me concentro en lo que puedo observar como consecuencias políticas de todo eso. Son muy fuertes. Lula es todavía favorito para las elecciones de octubre del año que viene por lo que hablamos de una crisis mucho más que política incluso. Es institucional y de enormes dimensiones a la que no se le alcanza a ver el final todavía.
– Y tampoco se le alcanzan a ver las alternativas porque por fuera de estos dirigentes no hay un movimiento con la fuerza de romper esa lógica.
– Totalmente. Tenemos a Dilma Rousseff destituida por cosas que no tienen que ver con la corrupción. Lo tenemos ahora a Michel Temer peleando para no ser suspendido por el Congreso y terminar también en un juicio ante el Supremo Tribunal Federal por corrupción.
Quién debería sustiuirlo en caso de que eso ocurriera, Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, tiene varias menciones de arrepentidos en la causa Lava Jato como un hombre que ha recibido también dinero negro. Y ahora Lula.
Es muy poco lo que está quedando en pie. Uno no ve sectores con posibilidades de ocupar el gobierno de un país tan importante que despunten al margen de todo este cataclismo institucional.
– ¿Qué futuro le podés llegar a ver a Michel Temer en el poder? ¿Creés que sus días están contados considerando que las principales medidas por las cuales se impulsó el golpe como la reforma laboral y la condena a Lula ya se hicieron efectivas?
– Hay sectores que le sueltan la mano incluso entre los medios de comunicación. El grupo O’Globo apuesta claramente a su caída.
Ahora hay otros grupos y sectores del poder que lo sostienen. Hay un gran temor al vacío que pueda quedar luego de una eventual salida de Temer. Después de eso ¿qué?
Los que le tienen que bajar el pulgar son los miembros de la Cámara de Diputados donde hay más de 40 que están en la mira de los fiscales de la causa de corrupción Lava Jato. Entonces después de Temer ¿qué? ¿hasta donde sigue la barrida?
Para muchos de ellos Temer es el último dique de contención antes del final absoluto de buena parte de la clase política brasileña tal como la conocemos. Por eso me resulta muy difícil hacer un pronóstico. Hay muchos intereses en juego tan sensibles como terminar presos o seguir en libertad.
– ¿Cuál es el papel que juegan para vos las élites económicas, puntualmente la agropecuaria, sobre todo en el marco del posible acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, tan fogoneado por Temer y también por el gobierno argentino?
– Como decía me resulta muy difícil responder a eso. Es cierto que el proyecto del tratado de libre comercio es muy sentido por los sectores más concentrados del capital en Brasil. Pero no por todos.
Cuando uno habla de la industria brasileña, piensa por ejemplo en la de Sao Paulo que tiene una escala y una potencia que le permiten ver con buenos ojos esa política. Ahora vos tenes industriales en otros Estados de Brasil que representan intereses y ven con cierta desconfianza eso porque al tener condiciones de competitividad menores temen ser arrasados por una política de libre comercio.
En términos generales es una política que incluye al grueso del establishment brasileño. Pero hasta que punto esto tiene que ver con el sostenimiento de Temer o no es difícil de explicar. No es tan mecánico: el establishment lo sostiene entonces Temer sigue. ¿Qué pasa con los intereses de los diputados y senadores que no quieren terminar presos?
No se si eso tiene que ver con el interés de clase. Hay cuestiones que tienen que ver con la política de día a día y la libertad personal de los tipos que tienen que bajar o subirle el pulgar al presidente.
– Publicaste en tu blog una nota que dice que la reforma laboral brasileña acelera el cambio de rumbo en Argentina. Lo que hemos visto en Brasil parece dar cuenta de un cambio en las correlaciones de fuerzas entre los sectores populares y las élites. Los gobiernos de Macri y Temer toman una postura clara a favor de estas últimas ¿esto puede tener consecuencias en el resto de América Latina?
– Lo que yo planteo en la nota es que si. Argentina adoptó, en base a la orientación de un gobierno votado por el pueblo, una política diferente a la que teníamos. Por lo menos en los enunciados, hay que esperar que se concrete totalmente, una política de apertura comercial, más pro mercado, de desregulación.
Si la Argentina se plantea ante el mundo que ahora quiere hacer pasar el eje de su dinámica económica por la inversión extranjera, hay muchos que están en la misma. Entonces hay que mirar la situación con los ojos del tipo que va a definir una inversión en un país o en otro.
Si una determinada empresa decide llevar sus operaciones a América del Sur va a ver que tanto Argentina como Brasil le ofrecen que se instale. Si Brasil a través de esa reforma laboral que es realmente radical está apuntando a una reducción muy fuente de sus costos laborales y la Argentina no toma una política similar, es muy factible que esa empresa termine poniendo su dinero en territorio brasileño.
Ese es el vaso comunicante para que una política de este tipo en un país con un volumen tan importante como Brasil termine acelerando los tiempos de decisiones que hacen a una línea estratégica que ya está tomada. No ha ido más rápido, según mi opinión, por las bases de sustentación del gobierno de Mauricio Macri.
¿Por qué avanzan en Brasil si la base de sustentación de Temer no existe? Porque hay una clase política que está absolutamente jugada y que gira en el vacío. Atrincherada en los órganos de gobierno y encuentra su única forma de permanecer haciendo una alianza con los sectores más poderosos del establishment.
Alguna vez Brasil irá a las urnas y ahí se jugará otro partido.
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