América Latina

10 julio, 2017

Cuba: «Con Trump hay un cambio significativo hacia una retórica más agresiva»

Una entrevista con Leinier Espinosa Nodarse, secretario de prensa de la Embajada cubana en Argentina, que analiza el vínculo entre la isla y Estados Unidos desde la asunción de Donald Trump en la presidencia.

Casi seis meses pasaron desde la asunción de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos y aún está en debate qué tipo de gobierno llevará adelante en su mandato. Pero uno de los temas que se puede analizar respecto a su política internacional es el de la relación con Cuba. El programa “Quemar las Naves” (Radio Sur 88.3) entrevistó sobre este tema a Leinier Espinosa Nodarse, secretario de prensa de la Embajada cubana en Argentina.

– ¿Cómo se modificó la relación de la isla con el país del Norte desde la asunción de Trump?

– El pasado 16 de junio el actual presidente de los estados unidos, Donald Trump, realizó una alocución en Miami, Florida, en un teatro llamado Manuel Altime. No es cualquier teatro, lleva el nombre del jefe civil de la invasión mercenaria derrotada en Playa Girón.

Para la misma se rodeó de antiguos miembros de la última dictadura militar que hubo en Cuba, Fulgencio Batista, y familiares de antiguos terroristas que realizaron acciones contra la revolución. Además estuvo una representación de la nueva mafia que intenta construir en Cuba agentes pagados por ellos para intentar subvertir el sistema político y constitucional cubano.

En esa alocución el presidente norteamericano anunció un viraje en la política que venía asumiendo la administración norteamericana con respecto a Cuba bajo la dirección del presidente Barack Obama. Como resultado de eso anunció que se suspendían -o sea, se prohibían- las transacciones financieras, económicas y comerciales entre empresas norteamericanas y las cubanas que tuvieran alguna conexión con las fuerzas armadas revolucionarias y con el Ministerio del Interior.

Además, prohibió nuevamente la posibilidad de que los norteamericanos viajaran de manera individual a Cuba bajo el denominado intercambio “pueblo a pueblo”, porque los norteamericanos no pueden hacer turismo en Cuba, es el único país al que tienen prohibido el turismo individual. Pueden ir a Corea del Norte, a Siria, a Irak, menos a Cuba a cualquier otro país. Bajo esta modalidad los norteamericanos tienen que viajar necesariamente en grupo, tienen que contratar una agente o guía, justificar su viaje.

Por otro lado, derogó una directiva presidencial, que había sido emitida por Obama en octubre de 2016, donde esta directiva -más allá de que fuera injerencista, porque nunca lo dejó de ser, y buscaba subvertir y derrotar a la revolución- al menos reconocía al gobierno revolucionario del presidente Raúl Castro como interlocutor válido y reconocía la soberanía y la autodeterminación de nuestro país.

Eso eran elementos novedosos dentro de esa directiva, además de que reconocía que el bloqueo era una política fracasada, discontinuada y que hacía falta cambiarla. El presidente Trump se encargó de derogarla. Ahora las agencias de gobierno norteamericano tienen que emitir una aclaración de cómo piensan ellos implementar esto. El cambio significativo fue en la retórica, una retórica agresiva, injerencista, que en los últimos dos años de la administración Obama, había disminuido mucho.

– ¿Creés que está avanzada puede profundizarse?

– Realmente el presidente Trump tiene muchos problemas sobre todo en el ámbito interno, que por supuesto debe atender. No creo que Cuba sea el centro del sus prioridades, aunque nunca dejó de serlo por simbología, por lo que representa en el hemisferio y en el mundo, por lo que significó la Revolución Cubana y el ejemplo que hemos dado a lo largo de estos años.

Además porque en términos de política interna, ellos tienen una comunidad que en los últimos años ha ido cambiando su criterio y su composición. Ya la generación que huyó de la revolución a principios de los años 60 y que se instaló en Miami no es absoluta ni mayoría. La migración cubana allí ha cambiado su composición y ven a la Revolución Cubana de una manera distinta. La mayoría de los que hoy viven en Miami apoyan el acercamiento con Cuba y la población norteamericana también, más del 60%, diferentes encuestas lo han demostrado.

Lo que cambió por ahora fue la retórica y estamos esperando a ver qué sucede sobre la práctica.

– ¿Qué actitud tomó el gobierno cubano ante este cambio de retórica?

– Emitimos una declaración del gobierno revolucionario donde dejamos bien claro que no iba a ser una directiva de los Estados Unidos la que iba a cambiar el sistema interno cubano, lo haremos nosotros según creamos que sea mejor para el país, al tiempo y al paso que consideremos. Para eso Cuba es Nuestra, somos un país soberano.

Igualmente dejamos claro que lamentábamos que asumiera esta posición, que reiteramos la disposición de Cuba a mantener el diálogo respetuoso, sin violar nuestra autodeterminación y nuestra independencia. Estamos dispuestos a tratar todos los temas, incluidos los que tengamos mayores diferencias, pero siempre sobre la base del respeto.

Luego, el canciller cubano hizo una Conferencia de Prensa desde Austria, donde dejó claro la posición de Cuba e incluso emplazó al presidente norteamericano a desmentir que se rodeó de terroristas para realizar esa alocución en contra de Cuba. Hasta ahora no ha habido respuestas.

– ¿Qué se espera para la próxima Asamblea General de la ONU respecto a la votación de la resolución presentada por Cuba?

– La resolución que presentamos año a año condenando y exigiendo la condena del bloqueo norteamericano contra Cuba y el levantamiento de esa política hostil es la resolución que más votos favorables históricamente ha reunido. En la última votación no hubo voto en contra, hubo una mayoría abrumadora de votos a favor y se abstuvieron Estados Unidos e Israel por primera vez en la historia.

No olvidemos que voto respondía el interés del Presidente Obama de cambiar la política hacia Cuba, incluida la política del bloque, que es considerada obsoleta, desfasada.

En estos momentos Donald Trump da un cambio en esa posición y se espera que este año Estados Unidos nuevamente vote en contra. Habrá que ver como votan sus tradicionales aliados

– ¿Cómo cambió Cuba con respecto a la partida física de Fidel Castro?

– El comandante Fidel Castro llevaba más de 10 años fuera del activismo político, aunque seguía siendo nuestro referente más importante, por su estado de salud y edad avanzada. Fidel murió con 90 años.

Nosotros nos encontramos hoy bajo un proceso profundo de transformación en el ámbito económico, social. El interés es perfeccionar el sistema que hemos venido construyendo los últimos 57 años que necesita ser modernizado. Está claro que tenemos muchos temas pendientes en el ámbito económico: necesitamos producir más y ser autosustentables en el tema alimentación. Estamos abocados a eso. Tenemos que resolver temas de vivienda, de construcción.

En el plano político estamos esperando que nuestra Asamblea emita una nueva ley electoral, que debe salir el año que viene. El año que viene hay elecciones en Cuba, parlamentarias y presidenciales. Es la última ocasión en que Raúl Castro va a dirigirse a la Asamblea como Presidente. Debe asumir la dirigencia una nueva generación, que no estuvo en la Sierra.

La Isla sigue siendo la misma isla, gente trabajadora y revolucionaria, gente apegada a los principios que nos enseñó Fidel, y una isla solidaria con los países de la región.

– ¿Qué temas se están debatiendo en estas modificaciones?

– Nuestro sistema político tiene sus particularidades. Se está elaborando un proyecto de ley que será puesto a discusión con la población como la mayoría de las decisiones que tomamos en el país. Habría que ver qué cambios se implementan.

Recuerden que nuestro sistema político es muy particular. La Asamblea se compone por diferentes sectores sociales: estudiantes, científicos, campesinos, trabajadores que son electos a mano alzada en diferentes niveles de la sociedad, pero no son profesionales porque se dedican a su trabajo. Nuestra Asamblea funciona solamente dos veces al año para revisar las leyes que trabajaron las comisiones para aprobarlas.

Quizás se modifique este modelo. Hace unos meses se anunció pero aún no ha circulado el primer proyecto de propuesta de reforma política en la ley.

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