22 junio, 2017
Expectativas ante un cierre de listas decisivo
Por Federico Dalponte. Este sábado vence el plazo para inscribir candidaturas y quedan incógnitas por develar. Cristina Fernández de Kirchner tiene un pie en la batalla por el Senado, aunque no hay anuncio formal. El peronismo se federaliza y cada provincia es un mundo. En Cambiemos, reina la unidad impuesta.

Por Federico Dalponte. Todo partido de gobierno tiene despliegue territorial y arma listas para 24 distritos. No hay excepciones. El macrismo planea la composición del Congreso compitiendo en todas las provincias, buscando ganar en buena parte de ellas.
Donde hubo fricciones internas, el presidente fue el factor ordenador. La lapicera continúa siendo parte de los atributos de mando. Quedan por resolverse cuestiones de nombres, pero no hubo hemorragia todavía.
Con la confirmación de que Esteban Bullrich será finalmente el primer candidato a senador del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, se despejó la mayor duda reinante. Restará saber el nombre de su acompañante, pero no hay lugar para sorpresas rutilantes: Gladys González mantiene ventaja sobre el resto.
Según promesa oficial, los radicales con apetencias será reconocidos, y eso fue fundamental para evitar mayores internas. Los que tenían cargo lo seguirán teniendo: repetirá el senador formoseño Luis Naidenoff y llegará al Senado el riojano ministro Julio Martínez, dos de los puntos más sensibles.
Los candidatos del centenario partido irán en suma a la cabeza de 17 listas de diputados y cuatro de senadores. Según los primeros cálculos, saldrían favorecidos en el recuento final de bancas. Y no es poco.
Algo similar a lo que ocurrirá con los provenientes del PRO en estado puro. Pero con varias ventajas: el macrismo se reservó las postulaciones más estratégicas, desplazó a la UCR de las primarias porteñas y les cobró a los radicales algunas candidaturas, como la de Facundo Manes, que aquellos no cuentan como propias.
Y es así. La centralidad del poder tienen esos bemoles. En cualquier caso, Cambiemos se aproxima a un cierre de listas bastante más pacífico de lo que aparentaba hace un mes atrás.
Todo lo contrario a lo que sucede en las vertientes de oposición. El peronismo, único articulador con peso gravitante en el Congreso, tienen tantas divisiones como distritos -y unas cuantas más también-.
Ello pareciera ser un escollo a la hora de articular un bloque homogéneo en ambas Cámaras. Si en el caso de Cambiemos la lapicera que define la suerte de todos los armados reposa en Casa Rosada, en el peronismo cada gobernador es dueño de sus propias listas.
Y donde no gobierna, por lo general hay interna. Sucede en la ciudad de Buenos Aires, en la provincia homónima, en Santa Fe, en Mendoza. Aunque sin dudas todos los ojos estarán puestos en el desempeño del Frente de Unidad Ciudadana.
Cristina Fernández de Kirchner todavía no anunció si será candidato, ni a su acompañante; mucho menos el nombre de la cabeza para la lista de diputados. Pero sin dudas, con o sin ella, serán militantes de su círculo más cercano. El extinto Frente para la Victoria perderá un peso sustancial en el Congreso y, como si fuese una gobernadora más, la ex presidenta procurará que los suyos conformen un bloque monolítico.
Claro, si es que no quiere perder presencia respecto a la liga de caudillos provinciales peronistas que intentarán ser presidenciables en 2019. Lista a la que habrá que sumar a Sergio Massa y Florencio Randazzo, siempre que no atraviesen doloras derrotas en octubre. Las elecciones de medio término catapultan candidatos pero también noquean dirigentes.
Fuera de ello, el universo político no aguarda grandes anuncios de último momento. Los candidatos que competirán en agosto ya están lanzados hace rato. Resta, por supuesto, el fino análisis, nombre que nombre, que siempre ocurre después del cierre. La campaña puede esperar.
@fdalponte
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