18 junio, 2017
Henoch Aguiar: “Cuando estén las condiciones vamos a iniciar Arsat III”
Notas entrevistó a Henoch Aguiar, vicepresidente de ARSAT, en medio de denuncias de discontinuidad del Plan Satelital Geoestacionario Argentino (PSGA), que estipula el diseño y la fabricación de ocho satélites hasta 2035. El futuro del programa espacial, Arsat III y la Industria satelital, en discusión.

Notas entrevistó a Henoch Aguiar, vicepresidente de ARSAT, en medio de denuncias de discontinuidad del Plan Satelital Geoestacionario Argentino (PSGA), que estipula el diseño y la fabricación de ocho satélites hasta 2035. El futuro del programa espacial, Arsat III y la Industria satelital, en discusión.
Henoch Aguiar es abogado, diplomado en Economía y Finanzas por el Instituto de Estudios Política de París, y Máster en Dirección de Empresas del IAE Bussiness School. Fue secretario de Comunicaciones de Fernando De la Rúa, y hoy co-conduce la compañía estatal, de la mano del dirigente radical Rodrigo de Loredo.
En un clima de denuncias y reclamos de actores y referentes del sector, por la posibilidad de suspender la fabricación de las próximas fases del programa satelital nacional, que, mediante la ley 27.208 de noviembre de 2015, adquirió rango de “Política de Estado”, el funcionario, en diálogo con Notas, salió a delinear el perfil de gestión Cambiemos.
El satélite ARSAT I cubre en banda KU el área territorial, aproximadamente, de Argentina. La segunda etapa del programa puesto en marcha, ARSAT II, lo hace sobre todo el continente, desde Canadá a Tierra del Fuego. Es más algunos de esos haces sólo “iluminan” América del Norte.
– ¿Cuál es el panorama con el que comenzaron la gestión de ARSAT?
– Cuando lanzaron ARSAT II se olvidaron de ofrecer permisos para habilitar servicios en otros países. Esos son los derechos de aterrizaje, esto implica que el satélite tenía un gran porcentaje de su capacidad sin poder venderse. Es más el año pasado fuimos a la conferencia internacional de satélites, en Washington, y tuvimos ofertas para prestarle servicios, y les dijimos “no podemos”. Tenemos aprobado por la Federal Communications Commission (FCC, agencia del Congreso estadounidense que regula las telecomunicaciones interestatales e internacionales con ese país) que el primer satélite podía vender servicios (ARSAT I), pero el segundo no tenía permisos.
En todos los países donde el Arsat II llega con sus haces tiene que pedir permiso para vender servicios. Eso lo aprueba cada país. Entonces lo que teníamos el año pasado era: dos satélites, uno casi lleno en su capacidad. El otro en un aproximado 30%, el restante 70% vacío pero además sin poder venderlo porque no estaban los permisos para venderlo en América Latina, central y América del Norte. Salimos a hacer gestión para obtener los permisos y ya en el segundo semestre de 2016, logramos obtener autorización de Canadá, Estados Unidos y Paraguay. Y este año, gracias a eso, conseguimos comenzar a ocupar el resto de la capacidad del satélite, llegando aproximadamente a un 50% de su capacidad.
– ¿Está garantizada la continuidad del plan satelital geoestacionario argentino aprobado por el Congreso en 2015?
– Sí, trabajamos hoy en eso. El punto es que en este momento la ley 27.208 dice que el financiamiento para el desarrollo del tercer satélite (ARSAT III), así como de los demás estipulados hasta 2035 en el programa espacial, tienen que ser, ya no con fondos del tesoro nacional, sino con fondos propios derivados de la comercialización satelital, préstamos, créditos internacionales o lo que fuera que exima al tesoro nacional. La lógica es que el Estado puso dinero de su bolsillo para el ARSAT I y II, más la estructura de base para hacer otro, que eso es muy positivo, pero ARSAT ya con dos listos, tiene que, con sus propios ingresos, salir al mercado y buscar gente que ponga plata, financistas, como lo hace cualquier empresa. Esto quiere decir, y está enunciado en la ley aprobada por el congreso en 2015, que el Estado entiende que aportó el capital suficiente para la construcción, diseño y desarrollo de dos satélites, en capital económico y formación de recursos altamente capacitados, pero que a partir de la tercera fase del programa es necesario que la empresa salga en busca de sus propios recursos para la continuidad.
Nos encontramos con que había un proyecto técnico armado para un tercer satélite, con alta performance, aunque siempre es necesario precisar y mejorar la tecnología para hacerlo más competitivo, por lo que nos pusimos en marcha para mejorar el satélite en términos de energía y capacidad, para buscar el financiamiento sin tener que recurrir al tesoro nacional.
– ¿Qué rol va a tener el Estado, entonces, a partir de ahora?
– El Estado puede ser consumidor de esta tecnología como es consumidor de telecomunicaciones, pero puede llegar a participar en un 10% de la capacidad total. Pero este es un satélite de comunicaciones para todo el país, hay otros consumidores. En la actualidad el Estado está consumiendo y, probablemente, vaya a consumir en las futuras etapas del programa geoestacionario, pero los porcentajes son esos.
El Estado Argentino hoy tiene una presencia, muy fuerte, en la producción, diseño y construcción, pero hay que tener en cuenta que los nueve o diez países que están desarrollando industria satelital, es decir China, Rusia, Estados Unidos, Israel, India, Francia, etc. tienen marcos contextuales permanentes de guerra, y su desarrollo satelital está fundamentado en inversiones que se hicieron en el área de defensa. El Estado Argentino no maneja hipótesis de conflicto. Entonces nuestra producción tiene que pensarse y diseñarse entendiendo que ofrecemos servicios para un Estado “normal”. Y eso también es positivo, porque la industria satelital de nuestro país despega y se comercializa en momentos en que Argentina no tiene hipótesis de conflicto.
– ¿Qué pasa con la fabricación del satélite comunicacional, ARSAT III? ¿Existe una fecha estimada para comenzar la fabricación?
– No. Eso es un proceso, donde estamos trabajando en la mejora técnica del satélite anterior, y cuanto más mejora técnica tengamos, mayores posibilidades habrá de obtener financiamiento. Esto es en lo que estamos trabajando ahora intensamente, y es un propósito. Cuando estén reunidas las condiciones, responsablemente, vamos a dar inicio al diseño y la fabricación de ARSAT III. Tenemos una ley que dice que hasta que no tuviéramos previstos los recursos del ARSAT II, los derechos, primero, y los clientes, después, no se puede comenzar con el diseño y desarrollo del Arsat III. Sino es imposible cumplir con la ley.
Eduardo Porto – @PortoEdu
Foto: Jorge Bosch / La Nación
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