Fútbol

18 junio, 2017

La época dorada del fútbol soviético: entre Melbourne ’56 y la Eurocopa ’60

La segunda mitad de la década de 1950 vio a la hoz y el martillo flamear en lo más alto del olimpismo, del continente europeo y tener la primera participación en una Copa del Mundo con buenos resultados. En esta segunda nota sobre la URSS y el mundo del fútbol, un recorrido por Melbourne ’56, Suecia ’58 y Francia ’60, cuando la pelota se tiñó de rojo.

En 1936 se había producido el puntapié inicial de la liga soviética de fútbol, dos décadas más tarde llegaron los primeros logros trascendentales de la URSS en este deporte. La segunda mitad de la década de 1950 vio a la hoz y el martillo flamear en lo más alto del olimpismo, del continente europeo y tener la primera participación en una Copa del Mundo con buenos resultados. Gavriil Kachalin fue un nombre clave en esas conquistas, conduciendo desde el banco a grandes jugadores como Lev “La Araña Negra” Yashin, Igor Netto y Anatoliy Ilyin.

Después de realizarse diez veces en Europa y dos en los Estados Unidos, los Juegos Olímpicos llegaron a un nuevo continente: Oceanía. Fueron además los primeros realizados en el hemisferio sur y Melbourne, Australia, le ganó por apenas un voto… a Buenos Aires. Esa edición de 1956, que se celebró entre el 22 de noviembre y el 4 de diciembre, se llevó a cabo en un clima mundial absolutamente convulsionado. El conflicto del canal de Suez en Medio Oriente y la revuelta húngara configuraron una serie de deserciones que menguaron la cantidad de países participantes. España, Holanda, Suiza, Líbano, Irak, China y Egipto faltaron a la cita. En este contexto la URSS fue el país que más medallas ganó con 98 y superó por primera vez a Estados Unidos que tuvo 74. El fútbol fue una de esa casi centena soviética.

Sólo once las selecciones que participaron en la competencia. El panorama de deserciones se expresó allí con crudeza y en la primera ronda se retiraron Egipto, Hungría y Vietnam del Sur, por lo cual clasificaron a segunda fase Bulgaria, India e Indonesia. También abandonaron China y Turquía, siendo reemplazados por Estados Unidos y Yugoslavia respectivamente.

Por su parte la URSS venció en el primer partido a Alemania Federal 2 a 1, empató con Indonesia en cero y tuvo que jugar de nuevo derrotándolo 4 a 0 para avanzar a las semifinales. Allí se topó con Bulgaria ganando por 2 a 1 y pasando a la instancia decisiva. Fue Yugoslavia el rival por el oro. Estos venían de hacerle 9 a Estados Unidos y 4 a India, siendo el máximo favorito. Pero arrastraban un karma: habían perdido las finales de Londres ’48 y Helsinki ’52 contra Suecia y Hungría respectivamente.

La final se jugó el 8 de diciembre en el Melbourne Cricket Ground ante 86 mil espectadores. Con una notable actuación de Lev Yashin en el arco y el gol de Anatoliy Ilyin -leyenda del Spartak de Moscú donde jugó toda su carrera entre 1949 y 1962 con la obtención de seis títulos y 83 goles anotados- ni bien iniciado el segundo tiempo la URSS se hizo con el festejo y su primera gran conquista en el fútbol mundial aunque en su faceta olímpica.

El debut en la Copa del Mundo

Un tal Pelé, con tan sólo 17 años, asombró al planeta en Suecia 1958 y Brasil se llevó su primer título en un Mundial luego de la profunda decepción ocho años antes. Fue además la primera selección en festejar fuera de su continente, un hito que repetiría el conjunto verdeamarelho en 2002 y Alemania hace tres años precisamente en tierras brasileñas.

Otros destacados de aquella Copa fueron la decepcionante actuación argentina que se despidió con una goleada en contra 6 a 1 ante Checoslovaquia y los impactantes 13 goles convertidos por el francés Just Fontaine, un número irrepetible hasta hoy en día.

Pero en otro plano fue el debut en una competencia de estas características de la URSS que tuvo que superar una clasificación con Polonia y Finlandia. Con los polacos tras empatar en el primer puesto del grupo debió jugar un desempate del que salió victorioso. En esa época de crecientes éxitos, los finlandeses fueron víctimas de una de las máximas goleadas soviéticas, un inexplicable 10 a 0 en Helsinki.

El grupo no aparentaba sencillo para el equipo de Kachalin. Brasil, Inglaterra y Austria se cruzaban en su camino. Pero un triunfo ante los ingleses en el inicio y un empate frente a los austríacos posicionaron a los soviéticos con chances de acceder a los cuartos de final. La derrota con los brasileños y el empate de Inglaterra con Austria (el tercero consecutivo) obligaron a un desempate con los británicos, ya que en ese entonces no existía la diferencia de gol ante igualdad en puntos.

El 17 de Junio de 1958 en Gotemburgo con otro gol inolvidable de Ilyin, la URSS ganó 1 a 0 y se metió entre los 8 mejores en su primera participación. Finalmente quedaron en sexto lugar tras la caída en esa instancia contra el local por 2 a 0. Hasta ahí llegó la aventura y hasta ahí llegó la primera etapa de Kachalin como entrenador.

La cumbre europea

Tras un breve receso en el que los entrenadores de la URSS fueron Georgi Glaskov y Mikhail Yakushi, Kachalin volvió para dirigir la primera edición de la Eurocopa. El Viejo Continente luego de la Segunda Guerra Mundial estableció en los diferentes ámbitos intentos de construir una comunidad y el fútbol no fue una excepción. Los referentes del plantel soviético eran los mismos con la referencia una vez más indisimulable del arquero Lev Yashin.

Por supuesto, eran épocas en la cual la organización de esas competencias sufrían múltiples dificultades con la participación de los equipos, tal como había sucedido en Melbourne. Tras una primera ronda clasificatoria que se disputó entre 1958 y 1959 donde la URSS superó los obstáculos de Hungría (global de 4 a 1 en duelos de ida y vuelta) y de España, que se retiró ya que el dictador Francisco Franco prohibió a su selección viajar a tierras soviéticas, la fase final se realizó en Francia entre el 6 y el 10 de julio de 1960 con cuatro selecciones: el local, Checoslovaquia, Yugoslavia y la URSS.

En las semis la URSS no dejó dudas y vapuleó 3 a 0 a los checos en Marsella con dos goles de Ivanov y uno de Ponedelnik. La otra semi fue recordada por mucho tiempo: Francia se imponía 4 a 2 a Yugoslavia y terminó perdiendo 5 a 4 con dos goles en los últimos minutos del partido. Como en el ’56, se volvieron a ver las caras yugoslavos y soviéticos. Y la máxima alegría quedó del mismo lado.

Tras ir perdiendo 1 a 0 con gol de Galic, la URSS igualó con un tanto de Metreveli y fueron a la prórroga. Allí apareció otra vez Ponedelnik -que fue elegido el mejor jugador del torneo- y París fue una fiesta de la mejor selección soviética de la historia, la que más logros consiguió en tan sólo un par de años bajo la batuta de Kachalin, las manos del gran Yashin -que en 1963 fue nombrado el mejor jugador de Europa- y un plantel de grandes nombres que quedaron para la historia.

Sebastián Tafuro – @tafurel

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