Mundo Gremial

31 mayo, 2017

SanCor se reestructura con cierres de plantas y despidos

Este martes se aprobó por unanimidad la reestructuración de la empresa, el fideicomiso del gobierno nacional y la incorporación de un socio estratégico. Para retomar la producción y convertirse en una empresa «atractiva» SanCor cerrará 4 plantas, despedirá a cientos de trabajadores y flexibilizará los convenios de trabajo.

Este martes la asamblea extraordinaria de la cooperativa láctea Sancor aprobó por unanimidad la reestructuración de la empresa, el fideicomiso del gobierno nacional y la incorporación de un socio estratégico. La reunión de productores, síndicos y directivos la ciudad santafesina de Sunchales definió que los apoderados de Sancor «negocien las condiciones, contrataciones, cláusulas contractuales, términos y condiciones y demás documentación para implementar el Plan Sancor, el fideicomiso financiero de administración y suscribir los documentos necesarios que corresponda a ese efecto».

El anterior estatuto, de carácter cooperativo, no permitía la asociación con otros privados, por lo que la reestructuración era un requisito. Pero también se apunta a una serie de transformaciones estructurales de la empresa que permitan volverla «atractiva» para que ese eventual socio estratégico considere la posibilidad de invertir no menos de mil millones de dólares. Para estar en condiciones de encarar esa asociación, SanCor pretende capitalizarse con un fondo de por lo menos 1.300 millones de pesos que le permita retomar la producción.

Para ello se aprobó la creación de un fideicomiso en el que se irán depositando los diversos ingresos, inicialmente los 450 millones del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear) del Gobierno nacional (de los cuales la empresa ya utilizó 250 para pagar sueldos y cubrir deudas con proveedores), lo obtenido por la venta a Vicentin del 10% restante de la línea de productos frescos que totalizaría unos 10 millones de dólares y los eventuales cobros de la deuda que Venezuela mantiene con la empresa por la provisión de leche en polvo, que asciende a 35 millones de dólares.

Otro paso importante para engrosar este fideicomiso tiene que ver con la venta de por lo menos cuatro plantas de la empresa en las provincias de Córdoba y Santa Fe, hoy paralizadas. Se trata de las ubicadas en las localidades de Centeno, Brinkmann, Montes y Charlone. El establecimiento que tiene más avanzadas las negociaciones para su venta sería la planta de quesos de Centeno, que pasaría a integrar el grupo La Tarantela. Luis Contigiani, ministro de la Producción de Santa Fe, reveló hace algunos días que “las negociaciones entre La Tarantela y SanCor están muy avanzadas. Ya intercambiaron borradores de acuerdos con sus cláusulas”. Por su parte, Jorge Costanzo, intendente de Coronel Moldes, mantiene la esperanza de que un grupo de productores de la zona organizados en cooperativa, pueda adquirir las instalaciones de la empresa en la localidad para dar inicio a un proyecto productivo.

Respecto de los posibles «socios estratégicos» de la empresa, se habla de varias grandes empresas lácteas multinacionales (entre ellas la francesa Lactalis), así como de dos aceiteras de capital nacional.

Para que el plan de reconversión de SanCor sea viable en las dimensiones previstas es necesario aumentar considerablemente la producción para volver a procesar por lo menos un millón y medio de litros por día (actualmente procesa apenas 800 mil litros), para lo que se deberían saldar las deudas existentes con los tamberos y recuperar su confianza para que entreguen su producción a la empresa, lo que no parece ser una tarea sencilla.

Otro de los componentes centrales de la reestructiración tiene que ver con los trabajadores de la empresa. Además de los despidos ya pautados para las plantas cerradas, que hasta ahora ascienden a unos 500, se sabe que el plan también planteará una gran cantidad de despidos en el resto de los establecimientos, que podría totalizar una suma similar. Además, desde el gobierno se presiona por una fuerte flexibilización laboral y recorte de beneficios. La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) ya advirtió que queda a la expectativa de que se produzcan los despidos.

En cualquier caso, las presiones del Gobierno para concretar los aportes del FondeAr ya lograron imponer a los trabajadores que renuncien al cobro de un 15% de su salario en el período de reestructuración. Por otro lado, también se redujo el aporte empresarial a la obra social del sector desde unos 3000 pesos por empleado, como porcentual del salario, a 750 pesos para las empresas de hasta 70 trabajadores y de 1500 pesos por mes para las firmas con más de 70 empleados. Este aporte además es un monto fijo que se irá licuando progresivamente con el avance de la inflación. El Gobierno también logró que el gremio acepte abrir la discusión sobre puntos centrales del convenio colectivo tales como regímenes de licencia, accidentes y enfermedades, polifuncionalidad o multitareas y presentismo.

 

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