23 mayo, 2017
Twin Peaks: volver a soñar
Tras poco más de 25 años, volvió al aire Twin Peaks, el éxito televisivo del director estadounidense David Lynch. Muchas habían sido las especulaciones e idas y vueltas alrededor del regreso de la aclamada serie de principios de los ’90. Todo, excepto el misterio, fue disipado luego de las dos horas de su primer capítulo.

Tras poco más de 25 años, volvió al aire Twin Peaks, el éxito televisivo del director estadounidense David Lynch. Muchas habían sido las especulaciones e idas y vueltas alrededor del regreso de la aclamada serie de principios de los ’90. Todo, excepto el misterio, fue disipado luego de las dos horas de su primer capítulo. Café, fuego, Lacan y volver en tiempos de Netflix.
El dolor tras la partida del detective Cooper del pueblito de Twin Peaks lejos estuvo de disiparse durante todos estos años. Sucede que la gran serie del director David Lynch vio crecer su prestigio a medida que internet, la nostalgia y la distancia hacían crecer su mito a pasos agigantados. La ansiedad se agudizó cuando, luego de que la confirmación de una tercera temporada pateó el tablero, el propio Lynch (junto a Mark Frost, el creador de la serie) amagó con abandonar el -de nuevo a flote- barco. La revolución se hizo tormenta tras el estreno de la serie nada menos que en el Festival de Cannes, con dos episodios proyectados especialmente para la ocasión.
Cuando la serie vio la luz por primera vez en 1991, fueron pocos los que entendieron por dónde iba la cosa. Sucede que los noventa recibieron con los brazos abiertos a ese formato televisivo hoy tan conocido como lo son las sit-com. Exceptuando Seinfeld (caso aparte que abrió toda una nueva escuela fundamentada en el cinismo y algo de snobismo), las tramas de este tipo giraban alrededor de temas más bien banales como el primer amor, algún enredo familiar y la definitiva consagración de la familia blanca americana.
Fue en ese suburbio argumental donde entro el vecino raro, excéntrico y taciturno llamado Twin Peaks. Estrenada en la cadena ABC en 1990, la serie de Lynch llamó la atención por su tratamiento más que por su trama (un detective que investiga el asesinato de una joven en un pueblo alejado tras las montañas).
Tras el relativo éxito de la primera temporada (con sólo dos capítulos dirigidos por Lynch), llegó el momento de largar la segunda con la resolución del misterio alrededor de la asesinada Laura Palmer. El declive en el relato fue tal que la serie tuvo que terminar abruptamente, con un último capítulo controversial por su tono críptico y onírico. Un tubo de oxígeno le fue otorgado con el estreno de su película, Fire Walk With Me, relatando la última semana de vida de Palmer.
Luego de poco más de dos décadas de silencio y en el prestigioso Festival de Cannes, la criatura de Lynch tomo por asalto las pantallas de todo el mundo. Fue arduo el tira y afloje para que esto sucediera. Luego de un tweet del director en octubre de 2014 anunciando el regreso, hubo varios amagues de su parte por supuestos problemas en el presupuesto. Sin embargo, todo quedó atrás cuando la serie apretó el acelerador el último domingo de mayo.
Las críticas tuvieron en cuenta algo no menor a la hora de juzgar el regreso: la televisión es radicalmente distinta a lo que era en 1990. Con series como Sense 8, Mr. Robot o Fringe jugando con el límite entre la realidad y lo real, el tono retorcido de Twin Peaks podía no llegar a generar la misma sensación de extrañamiento como el que logró en su tiempo. Sin embargo Lynch, lejos de aggiornarse, pudo encontrar la vuelta de tuerca en las primeras dos horas de su regreso.
«Confundirá e irritará incluso a los más fans (…) Si a veces resulta frustrante para el cerebro, el ojo y el oído siempre son recompensados», reseñó Mark Lawson de The Guardian.
Así como en su momento Lynch se las arreglaba para, con pocos recursos, producir una constante sensación de incomodidad, no iba a renegar de ello cuando, tras obras como Mulholland Drive o Wild at heart generó una legión de devotos admiradores e, incluso, imitadores.
Es que cuando se habla de David Lynch se debe tener en cuenta lo que produce sensorialmente. El miedo, la risa, la angustia y las preguntas que se hace uno cuando observa están potenciados con los personajes nuevos así como los principales y originales. Teniendo en cuenta que la nueva temporada es dirigida en sus 18 capítulos por el propio Lynch, podemos quedarnos tranquilos con que hay mucho más por ganar que por perder.
Iván Soler – @vansoler
Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.