21 mayo, 2017
Perfectos desconocidos… y llamados inesperados
Durante una noche de eclipse lunar, cuatro amigos y sus parejas se reúnen a cenar. El solterón del grupo va solo. Una propuesta anima la noche: los teléfonos celulares estarán sobre la mesa y cualquier mensaje o llamado que llegue será contestado en altavoz, en público.

Durante una noche de eclipse lunar, cuatro amigos y sus parejas se reúnen para cenar en la casa de uno de ellos. En realidad solo tres concurren acompañados, porque el solterón empedernido del grupo va solo.
Las parejas son de variada composición: en la primera, un hombre y una mujer hartos de su rutina, intentan aburrirse lo menos posible; la segunda es un matrimonio que tiene una hija adolescente a la que su madre le encuentra preservativos en la cartera, situación que plantea un conflicto entre ella y su marido. La tercera es una pareja de recién casados.
La velada transcurre como entre bromas y salidas al balcón para mirar el eclipse. Todo debería haber ocurrido como en tantas otras cenas que han compartido pero a una de las mujeres se le ocurre un jueguito: propone que se coloquen los teléfonos celulares de todos sobre la mesa y cualquier mensaje o llamado que llegue sea contestado en altavoz, en público. Todos sonríen frente a la ocurrencia, se ríen de la “extravagancia” de la propuesta. La mujer insiste, “total nadie tiene nada que ocultar”. La cuestión se vuelve más seria, todos se resisten un poco, pero oponerse del todo podría significar confesar que se guarda algún secreto y ninguno quiere asumirlo, de manera que los celulares se colocan sobre la mesa.
Perfectos desconocidos (Perfetti sconosciuti) es una comedia dramática. El comienzo del juego preanuncia una tensión en las relaciones. Tratándose de parejas, las situaciones de infidelidad cobrarán un importante protagonismo. Las relaciones se ponen a prueba, las verdades consolidadas comienzan a mostrar fisuras y la inmadurez ocupa lugares que hasta hace poco se percibían como presencias adultas. Prejuicios que se pensaban superados, salen a la luz.
El alcance de la intimidad que cada uno quiere manejar en su vida se pone a prueba. La masividad y la sofisticación de las comunicaciones produjeron, entre otros fenómenos, la inmediatez de los contactos entre las personas. La privacidad parece estar resguardada (por lo menos respecto de parejas y amigos), a menos que alguien decida saltar una valla.
Este es el décimo largo metraje de Paolo Genovese, pero el primero en estrenarse en la Argentina. En este film ha gobernado con inobjetable oficio el conflicto sin descuidar el toque de humor e ironía necesarios. La estructura de la película es esencialmente teatral, la acción transcurre casi íntegramente en interiores.
Siete buenos actores integran un sólido elenco que sostiene la acción y provoca interés en el espectador, quien al promediar la trama comienza a preguntarse cómo hará Genovese para terminarla. ¿Acaso todo saltará por los aires, o por el contrario todo será barrido bajo la alfombra?
Fabrizio Lucci lleva adelante un muy buen trabajo en la dirección de fotografía, sobre todo teniendo en cuenta que la acción transcurre de noche, en un departamento, logrando que la luz tenga una presencia importante.
Buena comedia. Por las dudas, a ciertas reuniones, mejor ir sin celular.
Ben Davis Min
Ficha técnica
Título original: Perfetti Sconosciuti
País: Italia
Año: 2016
Dirección: Paolo Genovese
Guión: Philippo Bologna, Paolo Costella, Paolo Genovese, Paola Mammini, Rolando Ravello. Fotografía: Fabricio Lucci.
Edición: Consuelo Catucci. Música: Mauricio Filardo.
Intérpretes: Giuseppe Battiston, Anna Foglietta, Marco Giallini, Edoardo Leo, Valerio Mastandrea, Alba Rohrwacher, Kasia Smutniak
Distribuidora: Diamond Films.
Duración: 97 min
Web oficial: http://www.medusa.it/film/perfetti-sconosciuti/
Duración: 97 minutos.
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