Géneros

21 mayo, 2017

Darío Sztajnszrajber: «Hay que usar las redes del sistema para que implote»

El filósofo Darío Sztajnszrajber dialogó con «Graves y Agudas», programa de géneros de Radio Sur 88.3 y analizó como el sistema ha incorporado ideas y miradas del feminismo para su propio beneficio en función de la venta de distintos productos ¿es esto meramente un intento de cooptación? ¿Tiene alguna arista positiva?

El filósofo Darío Sztajnszrajber dialogó con «Graves y Agudas», programa de géneros de Radio Sur 88.3 y analizó cómo el sistema ha incorporado ideas y miradas del feminismo para su propio beneficio en función de la venta de distintos productos ¿es esto meramente un intento de cooptación? ¿Tiene alguna arista positiva?

– Queríamos desarrollar esta idea de la «Mercantilización del feminismo» a partir de ver en algunas publicidades un cambio, de mensajes netamente machistas a mostrar mujeres independientes, valientes, fuertes. ¿Podemos decir que el mercado está intentando cooptar al feminismo?

– Podríamos tomar un dispositivo explicatorio que problematiza la relación entre el sistema y sus rupturas. Si ahora la marketinización del feminismo genera que el mensaje feminista llegue, no por las redes que debería llegar, sino por las que hasta ahora han hecho de la mujer un objeto cosificado; y sin embargo por su propia necesidad, deseo de acumulación y amoralidad (si hay algo que no tiene el mercado es moral), decide subirse sobre el discurso feminista para mercantilizarlo y generar con ello un crecimiento de sus ventas la pregunta es ¿vale o no vale el resultado inmediato?

Es cierto que uno le ve la hilacha al motivo. Pero no se si estamos en un momento donde tiene sentido cuestionar el motivo, sino al revés, ver que hay una forma nueva de presentar a la mujer que de algún modo empieza a difundirse de una manera más masiva. Lo masivo es clave acá. Porque la mayoría de los discursos progresistas padecen de la imposibilidad de masificarse.

Desde ese lugar me quedo con la pregunta. Le veo la hilacha y molesta, pero al mismo tiempo creo que hay un mensaje que puede llegar a cada vez más gente.

– En España hubo una acción que se realizó hace poco y fue difundida por las redes sociales de un grupo de mujeres feministas que fueron a intervenir negocios que tenían ropa con consignas como Girl power o Girl just wanna have fundamental rights. Lo que decían es que se estaba poniendo una consigna feminista pero mientras tanto tenían empleadas en talleres clandestinos, marcando la contradicción dentro del propio sistema capitalista. ¿Creés que la emancipación de la mujer es posible dentro de este sistema?

– Yo entiendo que puesta en ese lugar de enunciación, no sólo no tiene ningún sentido sino que serían consignas farmacológicas. Como que anestesia la lucha y hace creer que hay una especie de reverdecer de la lucha feminista, pero en realidad no deja de estar pensado en términos de venta.

Hasta que no se termine el capitalismo no se va a terminar ninguna forma de vincularidad entendida como propiedad. La idea de que el otro puede ser mio, la idea de una apropiación que está en la base de toda sujeción, evidentemente tiene que ver con una sociedad de la mercantilización.

– ¿Cómo se puede afrontar esa mercantilización de las relaciones, esta adaptación del mercado, para lograr una sociedad diferente?

– Son decisiones que uno toma de acuerdo a cómo quiere relacionarse con la lucha emancipatoria. Es clave que cada uno construya su sentido por donde le cuaja. En mi experiencia opino que son situaciones que no dejan de generar algo de conciencia, pero que de ninguna manera implican que uno lo celebre.

Si me preguntan digo que está bueno lo que suma, pero no hay que olvidar que en el fondo no deja de ser una curita que genera la inconsciencia sobre el problema mayor.

Creo que, como dice el subcomandante Marcos, hay que usar las redes del sistema para que implote. No creo en los lugares de cierta pureza que pueden de manera absolutamente exterior plantear una diferencia.

Lejos estoy de decir que se trata de un mensaje feminista, pero sí entiendo que hay algo interesante que se mueve ahí. Que no hay que dejarlo ahí. Esta intervención de España me parece buenísima. Es a partir de la industrialización de la lucha feminista que entonces este grupo sale a dar la pelea.

Todo eso implica movimiento y el movimiento es positivo. Lo que siempre hay que hacer con la lucha de las mujeres es que se mueva, que se visibilice. Aunque las visibilizaciones no sean en todos los casos las que uno pretende.

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