Educación y Ciencia

17 mayo, 2017

«Hay una política de ajuste y disciplinamiento de la universidad pública»

Este martes, la Marcha Federal Universitaria llevó a la Casa Rosada el reclamo por aumento salarial y presupuestario. Luis Tiscornia, secretario general de CONADU Histórica, analizó la «delicada situación» de las universidades argentinas y el ajuste presupuestario impulsado por el gobierno nacional.

La semana pasada la docencia universitaria realizó una medida de fuerza que paralizó las 54 universidades y 84 colegios que dependen de ellas en todo el país. Este martes, la Marcha Federal Universitaria llevó a la Casa Rosada el reclamo por aumento salarial y presupuestario.

Entrevistado por “Llevalo Puesto” (FM La Tribu), el secretario general de CONADU – Histórica, Luis Tiscornia, rechazó el intento de aplicar una “rebaja salarial”, con una oferta paritaria por parte del gobierno que plantea un 20% de aumento en tres cuotas, la primera de ellas ya por debajo de la inflación. Además, afirmó que el ajuste implica un disciplinamiento hacia la educación superior, que decenas de miles de jóvenes no puedan acceder a esos estudios y que la destrucción del sistema científico-tecnológico atenta contra el desarrollo del país.

La semana pasada los dos gremios docentes universitarios nacionales, la CONADU y CONADU Histórica, confluyeron en un paro nacional. La medida de fuerza fue acompañada por distintas actividades, desde instalación de carpas o clases públicas hasta la no concurrencia a las casas de estudio.

Este martes, bajo la consigna “en defensa de la educación y la universidad pública” y en conjunto con el movimiento estudiantil, la docencia universitaria se movilizó desde Congreso hasta Plaza de Mayo pasando por el Ministerio de Educación de la Nación.

Tiscornia explicó que la paritaria del sector venció en febrero. Vale recordar que los docentes universitarios -190 mil cargos en todo el país- son “el único sector docente que tiene el Ministerio de Educación nacional”, ya que luego de la ley Federal de Educación, “se desligó de todas las provincias, toda la educación primaria y secundaria”.

“Llevamos seis reuniones en casi tres meses” de negociación paritaria, aseguró. Para el dirigente sindical, “hay una actitud claramente de dilación, de apostar al desgaste y no dar las respuestas mínimamente satisfactorias”. El gobierno nacional ofrece un 20% de aumento en tres cuotas, la primera en abril de un 6% “cuando la inflación del INDEC ya da más de 9%”. “Es una rebaja salarial”, afirmó y dijo que no lo van a aceptar ya que “mínimamente se tiene que mantener el poder adquisitivo”.

“Hay universidades que a mitad de año van a llegar con serios problemas de funcionamiento. El presupuesto aprobado es claramente insuficiente”, sostuvo Tiscornia. Y remarcó: “Hay una clara política de ajuste”.

El dirigente docente explicó que la consigna que encabezó la movilización de este miércoles tiene “mucho sentido”, porque “en defensa de la educación y universidad pública quiere decir que está siendo agredida, atacada”.

Los salarios, según detalló Tiscornia, son el 90% del presupuesto universitario, “con lo cual si quieren ahorrar plata tienen que rebajar los salarios”. Y añadió que además del ajuste, “también hay una política que tiene que ver con el disciplinamiento: que cada universidad vaya a pedir por su cuenta por favor refuerzos”.

“Tengamos en cuenta que la autonomía universitaria es un concepto muy fuerte para que la educación y el desarrollo de la ciencia no esté condicionado por la coyuntura, el gobierno o las políticas de turno. Con el ahogo presupuestario también se ataca esa autonomía”, expresó el docente. “Como pasa con las provincias”, ejemplificó.

Para Tiscornia la situación de las universidades nacionales es “sumamente delicada” ya que, además de en los salarios y el presupuesto para el funcionamiento de las mismas, el ajuste tiene un fuerte impacto social. “Implica decenas de miles de jóvenes que quedan afuera. Que quizás es la única oportunidad en la familia que algún integrante pueda tener acceso a un título universitario y mejorar sus condiciones de vida. Eso está en juego”, afirmó.

Por último, dijo que “al comprometer el futuro de la ciencia y la investigación se compromete el desarrollo del país. Un país sin desarrollo científico y tecnológico y sin educación universitaria es un país condenado a la dependencia y la profundización de las desigualdades sociales”.

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