12 mayo, 2017
Dilma Rousseff recibió el premio Rodolfo Walsh en La Plata
Este jueves la ex presidenta de Brasil recibió el premio Rodolfo Walsh en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata. En su discurso de agradecimiento Dilma cuestionó su destitución ilegítima, defendió la perspectiva de una Patria Grande y pidió por la libertad de Milagro Sala.

Este jueves la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FP y CS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) le entregó el premio Rodolfo Walsh a Dilma Rousseff, presidenta destituída de la República Federativa de Brasil. El acto se realizó en en el polideportivo de la Facultad de Humanidades y la mesa que presidió el acto contó con la presencia de la decana de esa institución, Florencia Saintout; de su par de Humanidades, Pablo Gentili; una ex ministra de la presidencia de Rousseff, Eleonora Minicucci, y de la Presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, además de diversas agrupaciones políticas y sociales que festejaron el galardón.
El Premio Rodolfo Walsh en la categoría de “presidentes latinoamericanos” ya fue entregado en ediciones anteriores a Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Alvaro García Linera y Cristina Fernández de Kirchner.
La primera en hacer uso de la palabra fue Hebe de Bonafini, le regaló un pañuelo a la homenajeada y agradeció a Saintout por «traer a Dilma en un momento tan difícil de la Argentina». Luego remarcó: «Como mis hijos, Dilma dio su vida, o casi la dio, en las mazmorras de Brasil para después llegar a ser presidente y trabajar por su pueblo». Cuando el público comenzó a corear «¡Fora, Temer!», Hebe aclaró que «no alcanza con decir fora Temer, qué vamos a hacer para que fora Temer», así como «no alcanza con decir fora Macri».
Luego Saintout presentó el galardón destacando que «este premio que nos honra en recibir hoy, es un premio de una universidad pública y no es un premio neutral, está ubicado del lado de los que los luchan y de los que siempre han comprendido que ser revolucionario es indignarse y actuar frente a la injusticia en cualquier lado del mundo». «Dilma ha sufrido el dolor insoportable de la tortura; Dilma, ha luchado contra la enfermedad y la ha vencido; Dilma ha sufrido esa falsa política que puede llegar a tener el delirio que 61 votos pueden valer más que los del pueblo. Ha recibido un golpe clasista, racista, blanco, rico, macho, misógino; pero no ha sido por los errores, sino por los aciertos, ha sido por jamás haber claudicado, por jamás haber cambiado de lado», concluyó.
A continuación se emitió un video en el que estudiantes, artistas, trabajadores, feministas, jubilados, maestros y diversas personalidades, entre las que se contaban Estela de Carlotto, Hugo Yasky, Teresa Parodi y Sonia Alesso, manifestaban su afecto y respeto a la ex presidenta de Brasil.
Una Dilma Rousseff visiblemente emocionada tomó la palabra para agradecer el premio: “Hoy recordé toda mi vida. Cuando estaba en la cárcel en los 70, sabíamos que había lucha aquí, en La Plata, porque una compañera que estaba prisionera había estudiado aquí y nos decía que era un centro de lucha. Y de aquí es también una persona, que siempre me impresionó y a la que yo calificaría de extraordinaria líder latinoamericana, Cristina Kirchner”. Luego se refirió a Hebe como «símbolo de coraje, porque se necesita coraje para luchar los años duros de las dictaduras latinoamericanas y símbolo de amor y de esperanza» y le agradeció a todas las Madres de Plaza de Mayo porque «dieron un enorme ejemplo».
La ex presidenta de Brasil, que abrió y cerró su discurso planteando la consigna ¡Libertad para Milagro Sala!, no dejó de dedicarle un recuerdo a las dictaduras militares que asolaron al Cono sur americano y a las políticas neoliberales que llevaron a sus pueblos a la miseria, para luego destacar el cambio de tendencia que implicó la asunción de gobiernos populares en la región que «mostraron que era posible tener desarrollo económico propio, reduciendo la pobreza, acercando la educación y la salud al pueblo, mejorando la vida al pueblo». «Construimos una relación, fortalecemos la América Latina y logramos que se transforme en la prioridad de cada uno de nuestros Gobiernos», detalló. Y concluyó señalando que en ese proceso importantísimo «supimos que somos una Patria Grande».
Dilma planteó que su destitución fue «un juicio sin derecho a defensa» y responsabilizó a los Estados Unidos por su rol como impulsor de los golpes y maniobras político-judiciales contra los gobiernos populares de la región y denunció el papel de la Justicia y de los medios: «Es un proceso en el que segmentos del poder judicial empiezan a actuar en consonancia con los medios y cualquier persona acusada de corrupción es juzgada por los medios, no es juzgada por la justicia». En ese sentido, consideró que la situación en Honduras, Paraguay o Brasil es un «estado de excepción».
En el homenaje estuvieron presentes el juez Carlos Rosanzky, el ex vicepresidente Amado Boudou, el intendente de Ensenada Mario Secco, la referente de Nuevo Encuentro Gabriela Cerruti y diversos diputados, senadores provinciales y concejales del Frente para la Victoria, además de una delegación de Madres de Plaza de Mayo y Rosa Schoenfeld, madre de Miguel Bru, estudiante de periodismo torturado y asesinado en 1993 en la comisaría 9ª de La Plata.
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