Nacionales

9 mayo, 2017

Momo Venegas: un viaje en jeep al campo

Promotor del “peronismo en Cambiemos”, el sindicalista era una de las armas más importantes del macrismo a la hora de desmantelar el Estado y negar los derechos de los trabajadores rurales.

Gerónimo Venegas nació el 22 de agosto de 1941, en la ciudad de Necochea. Su padre no estaba allí para verlo, pero sí sus siete hermanos. Sin mucho tiempo para el llanto, los Venegas debieron rebuscárselas para vivir desde pequeños. El campo fue el lugar del joven Gerónimo, que tuvo que elegir entre estudiar y trabajar. Arados, siembras, cosechas y manos grandes y duras fueron el escenario perfecto.

Entrada la temprana adolescencia, Venegas descubriría dos de sus grandes pasiones: los vehículos 4×4 y la política. A esta altura, Gerónimo ya era el ‘Momo’ Venegas. “Todos me llaman ‘Momo’ desde chico, debe ser por Gerónimo”, diría tiempo después en una entrevista a la revista Noticias.

Las figura del General Perón y de Evita no fueron ajenas a los trabajadores rurales. Los derechos reivindicados por la pareja de políticos despertaron un fanatismo inigualable en los obreros del campo. ‘El Momo’ era uno de ellos.

Venegas empezó a militar en el Partido Justicialista con intención de construir su carrera política. A sus 27 años fue nombrado secretario de Actas, Prensa y Propaganda de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) en Necochea. Su sueño por una patria justa y soberana seguía intacto. Su intención de defender los derechos de los trabajadores dormía bajo la bandera de la justicia social.

Gerónimo soñaba con volar alto. En 1981 fue nombrado secretario General de su seccional. Una década más tarde, en los ’90, consiguió la conducción nacional de UATRE.

Las mesas chicas y los platos vacios ya eran sólo un recuerdo para el sindicalista. “A mí no me falta nada. No puedo decir que sea pobre, de ninguna manera, pero no tengo grandes capitales”, se justificaba años después, ya dueño de campings y hoteles en Necochea, tras ser investigado por la AFIP durante el gobierno de Cristina Fernández.

Es que durante diciembre de 2011 comenzaron los primeros desentendidos con la ex presidenta a raíz de la sanción de la Ley 26.727 de Trabajo Agrario, que buscaba regular las condiciones en las que se da la relación de dependencia entre el empleado y el empleador.

En su artículo 7 la norma crea el “Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea), como entidad autárquica en jurisdicción del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”. Asimismo, explica que este “absorberá las funciones y atribuciones que actualmente desempeña el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre)”.

Gerónimo Venegas se opuso desde el principio. Cabe destacar que Renatre no es una entidad estatal, sino que está formado por miembros de organizaciones del Sector Rural y el sindicato UATRE, más conocido.

“Renatre se encargaba de las registraciones y de dar un fondo de desempleo, nada más”, decía Joel Carino, ex empleado de Renatea, y agregaba: “Incluso no había muchas registraciones porque los que manejaban eso eran entes privados. O sea, es como que vos le exijas al empleador registrar a los trabajadores y darles aportes pero sos vos mismo el que va a hacer eso”.

A partir del 2012, el Estado empezó a intervenir en relaciones de dependencia sin la colaboración de dichos sectores. Carino era uno de los encargados del trabajo territorial llevado a cabo por las oficinas de Renatea. No solo se cumplían las tareas de registrar a los trabajadores y mejorar sus condiciones de vida, sino que se relevaba el terreno para que el Estado pudiera articular sus políticas, incluso en las sombras del país.

A Venegas no le caía nada bien la intervención estatal en los campos argentinos. Dividir el poder con otras oficinas no beneficiaba sus intenciones de tener poderes extraordinarios sobre el sector rural. Esto hizo que comenzara a negociar con actores hoy representados en la Alianza Cambiemos y el Presidente Mauricio Macri.

Así fue que Gerónimo Venegas y Mauricio Macri comenzaron a aparecer juntos en actos de campaña. Sin embargo, no sólo era una imagen. Un plan político y estratégico se escondía tras la unión: el ahora presidente prometía la restitución del sindicalista a cargo de UATRE y la disolución de Renatea, a cambio de juntar figuras de poder dentro de su partido.

Para eso, contaban con la ayuda de la Corte Suprema de Justicia, que para el 25 de noviembre de 2015, con la firma de Lorenzetti, Fayt y Maqueda, aceptó un pedido de Venegas para declarar la inconstitucionalidad del Renatea, el organismo estatal encargado de fiscalizar el trabajo rural y reinstalar el registro que manejaba el Momo.

Desde su asunción al cargo, el 1 de enero de 2016, el ‘Momo’ despidió a 800 trabajadores de Renatea, interrumpió la articulación del Estado con el campo y frenó el censo de trabajadores rurales. A tono con la campaña política de Cambiemos, el sindicalista justificó los despidos al aire con Radio 10: “Hubo desvío de fondos de los trabajadores para pagar los sueldos de La Cámpora, una cantidad de ñoquis”.

Hoy todos los cañones apuntan a Venegas, acusado de darle la espalda a los trabajadores para alinearse a la elite de oligarquía rural. Sin embargo, él no cesa en su sueño político. Conductor del Partido Fe -de bases peronistas- posa en las fotos con Mauricio Macri.

El pasado 1ro de mayo convocó a sus columnas al acto oficialista en Ferro, bajo el lema de: “El peronismo en Cambiemos”. En su cuenta oficial de Twitter publicaría: “Hoy es un día peronista pero también de #Cambiemos”. Además, destacaría nuevamente la interna justicialista: “Felicitaciones a esta militancia que no deja que el peronismo muera en las manos del kirchnerismo”. Mientras tanto, cientos de miles de peones rurales explotados sueñan con un sindicalismo sin el ‘Momo’ Venegas.

Ezequiel Maestú – @emaestu

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