5 mayo, 2017
Cabrera insiste con “abrirnos al mundo”, las PyME tiemblan
Durante una charla con la Sociedad Rural, el ministro de Producción Francisco Cabrera reafirmó el rumbo oficial tendiente a simplificar los mecanismos para exportaciones e importaciones. Los grandes exportadores de alimentos festejan, mientras textiles y calzado se hunden cada vez más.
Durante una reunión con dirigentes de la Sociedad Rural Argentina, el ministro de Producción Francisco Cabrera, afirmó que el gobierno está “revisando siempre la posibilidad de simplificar todo lo que tiene que ver con la importación y la exportación”.
El encuentro convocado este jueves por la tradicional organización agraria en el predio de Palermo sirvió de marco para que el gobierno presente sus proyectos para “mejorar la competitividad del campo, incluyendo promesas de inversiones por 15 mil millones de dólares para rehabilitar los trenes de carga y mejorar las rutas. Por este enfoque, además de Cabrera, otro de los oradores principales fue el ministro de Transportes Guillermo Dietrich.
Cabrera festejó la reciente visita oficial a los Estados Unidos y destacó “la tremenda importancia del tema limones”, para los que el país del norte finalmente abriría las puertas, algo que también podría pasar con las exportaciones de carne argentina, tema sobre el que el ministro de Producción aseguró tener “información muy auspiciosa”.
En este marco amigable de diálogo con uno de los pocos sectores de la economía argentina que puede festejar el cambio de orientación económica, el ministro insistió: “Lo que nosotros queremos es incorporarnos al mundo y además hay que crear empleo y desarrollar a la Argentina, y para ello hay que simplificar y esto es lo más complicado. El impacto que tienen las dificultades para importar y exportar es significativo, ya que genera un costo altísimo que es mayor a tener acuerdos comerciales”.
Las promesas del gobierno incluyen planes de simplificación y centralización de los trámites requeridos para exportar alimentos. Diego Dávila, subsecretario de Enlace Interministerial de la Jefatura de Gabinete, explicó en una entrevista que en algunos casos las empresas deben cumplir con más de 200 pasos burocráticos para concretar las ventas al extranjero. El funcionario aseguró que en el segmento agrícola la exportación cuenta con un total de «258 trámites» que se deben cumplimentar: «más del 50 por ciento corresponden a la AFIP o a organismos descentralizados».
Pero el objetivo de “abrirnos al mundo”, que para los grandes exportadores promete significativos beneficios, suena en cambio como una clara amenaza de muerte para las Pequeñas y Medianas Industrias (PyME), decididamente golpeadas por el indiscriminado crecimiento de las importaciones. El ingreso de productos extranjeros con los que los nacionales no puede competir se vuelve aún más grave en un contexto de fuerte retracción del mercado interno de consumo.
Dentro de la cartera de Cabrera, la línea aperturismo neoliberal cuenta con uno de sus ideólogos fundamentales en el secretario de Comercio Miguel Braun, primo del Jefe de Gabinete Marcos Peña y heredero de los dueños de la cuestionada cadena de supermercados La Anónima, entre otras iniciativas comerciales.
Algunos de los sectores más afectados por la importación son el textil y el de calzados. Un informe de la consultora Radar indica que “luego de cierta desaceleración a fines de 2016, las importaciones de productos terminados textiles, calzado y marroquinería volvieron a crecer a niveles elevados, sobre todo en rubros en los cuales existe producción nacional. Este crecimiento se da sobre una base de comparación elevada, dado que durante el primer trimestre de 2016 las importaciones ya habían mostrado un salto significativo. La importación de productos terminados está siendo liderada por el retail, marcas de indumentaria y supermercados, por lo que la renta de comercialización no es retenida por los fabricantes”.
Durante el primer trimestre de 2017 (“el primer trimestre con mayor importación de productor terminados en las últimas décadas”, según el mismo informe), se importaron 7,4 millones de pares de diversos calzados, un 40% por encima de los niveles de 2016. En cuanto a textiles, el incremento fue de un 66%.
Los ejemplos podrían multiplicarse por centenares, pero para tomar solamente algunos de los últimos días, digamos que cerraron sus puertas la textil fueguina Yámana, dejando a 28 familias sin trabajo, y la talabartería Jocri, de Villa Ortúzar, cuyos 60 empleados ocuparon la planta y denuncian que los dueños decidieron abrir una nueva fábrica en Paraguay.
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