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2 mayo, 2017

La CELAC con Venezuela; Argentina y Brasil con Washington

Mientras que en la reunión extraordinaria de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) hubo un contundente apoyo al gobierno de Venezuela, desde Estados Unidos y sus aliados en la región insisten en la condena a Nicolás Maduro y la revolución bolivariana.

Mientras que en la reunión extraordinaria de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) hubo un contundente apoyo al gobierno de Venezuela, desde Estados Unidos y sus aliados en la región insisten en la condena a Nicolás Maduro y la revolución bolivariana.

El anuncio de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente sacudió el panorama internacional en momentos en que la derecha venezolana y sus aliados del otro lado de la frontera insistían en instalar que la única salida posible a la escalada de violencia (por ellos mismos generada) era un llamado anticipado a elecciones presidenciales. Atravesados por el dilema entre participar y disputar o mantenerse al margen y desconocer, verbalmente continúan las acusaciones al gobierno de Nicolás Maduro lo que converge con la actitud de países como Estados Unidos, Brasil o Argentina que siguen echando leña al fuego.

La reunión de la CELAC de este martes en la capital de El Salvador fue convocada apenas Venezuela anunció la salida de la Organización de Estados Americanos (OEA), provocada por el constante intervencionismo expresado en la agenda de su secretario general, Luis Almagro y los gobiernos de la derecha de la región. La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, calificó al encuentro como “una reunión histórica y un ejercicio de respeto al Derecho Internacional y a la soberanía” de su país.

Aunque algunos medios como Infobae aseguraron que la cumbre de cancilleres fue una demostración de que “Maduro está cada vez más solo”, ya que la CELAC no pudo emitir una declaración por la ausencia de algunos miembros (seis de 33), Delcy Rodríguez sostuvo que “la reunión ha sido muy constructiva y fructífera porque el respaldo al diálogo fue prácticamente unánime”.

«El debate ha sido constructivo, serio, de respaldo al ejercicio de la independencia y soberanía de Venezuela, con reconocimiento a la permanente propuesta de diálogo y las propuestas que ha hecho recientemente el presidente Nicolás Maduro a su pueblo”, afirmó a Telesur el canciller cubano Bruno Rodríguez. Y resaltó el rol de la CELAC en contraposición con el de la OEA: «La CELAC encarna el espíritu latinoamericano y caribeño de pensamiento propio, de proyección de nuestra propia cultura, por lo tanto no hay que estar conversando temas de nuestra región con potencias extranjeras».

También a favor del diálogo y la paz se expresó el presidente de la nación sede de la cumbre, Salvador Sánchez Cerén: «Como país y como presidente de la CELAC tenemos el más alto compromiso (…) para cooperar en todos los esfuerzos necesarios que conduzcan a la paz de Venezuela, en el marco de su Constitución, y permita alcanzar el bienestar de toda la población y al mismo tiempo la unidad de todo el gran pueblo de América Latina y El Caribe».

«En los asuntos de Venezuela dejen a la Constitución seguir su curso, y en ese proceso, todas las partes deben ser tomadas en cuenta, como sucede en cualquier democracia», afirmó por su parte el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.

En relación a la situación venezolana y el alejamiento de la OEA, la canciller Delcy Rodríguez antes de la reunión había dicho a la prensa: «Hay una minoría vandálica que afecta la paz, pedimos el cese del apoyo internacional a los violentos. Hay una coalición de gobiernos que siguen el guion que les da Estados Unidos».

De hecho, desde Washington el subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Fitzpatrick, criticó este martes la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. «Tenemos profundas preocupaciones sobre las motivaciones para esta asamblea constituyente, que ignora la voluntad del pueblo venezolano y erosiona aún más la democracia venezolana», dijo. Y agregó: «Lo que el presidente Maduro está intentando hacer, de nuevo, es cambiar las reglas del juego; sabe que su control del poder se le está escabullendo y quiere manipular las cosas, reescribir las reglas para asegurarse el acceso al poder, privilegios y protecciones para él y sus secuaces».

Fitzpatrick también sostuvo que Estados Unidos mantiene la posibilidad abierta de «hablar con otros países de la región sobre la posible imposición de sanciones coordinadas».

Las críticas al gobierno venezolano se multiplicaron desde los Estados aliados a Washington. La canciller argentina Susana Malcorra opinó que la situación política que vive Venezuela «es muy peligrosa» y que la convocatoria a la constituyente «pareciera que echa más nafta al fuego». En el mismo sentido se expresó su par brasileño, Aloysio Nunes Ferreira, que calificó a la decisión del gobierno de Maduro como “un golpe, un momento más de ruptura del orden democrático contrariando a la propia constitución venezolana».

Todavía no está del todo claro cómo jugará la oposición en Venezuela tras la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Pero desde el exterior las presiones y denuncias no parecen, por el momento, perder intensidad. La cumbre de la CELAC mostró que, a pesar de los deseos de Washington, Venezuela no está sola en la defensa de la soberanía y el deseo de paz.

Julia de Titto – @julitadt

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