28 abril, 2017
Santos Vargas, el «zócalogate» y el poder de los memes
Por Pedro Perucca. Cuatro imágenes de periodistas y unos falsos graphs hechos con Photoshop alcanzaron para generar el escándalete político de la semana. ¿Santa Cruz es o no es la Venezuela argentina? Pero la culpa no fue ni de Cristina ni de Aníbal. Cuando los memes dicen lo que las pantallas callan, todo el poder a los memes.

Por Pedro Perucca. Uno de los temas que explotó “periodísticamente” esta semana fue el llamado “zócalogate”. ¿Qué es esta nueva cretinada de TN? Bien, hace unos días, el lunes 24 de abril, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández y la cuenta Casa Rosada Argentina 2003-2015 compartieron en Facebook y en Twitter un montaje de cuatro imágenes de periodistas de la televisión abierta con unos zócalos que comparaban la situación en Santa Cruz con la crisis venezolana.
Hace días y días que el escándalo crece, con analistas y opinólogos de ambos lados de la grieta que siguen sumando ruido sin que ninguno parezca conocer el origen del chiste. Que es exactamente lo que fue. No de Cristina y de Aníbal, que cayeron en la trampa de compartir sin chequear algo apenas cumplía el requisito de todas las buenas ficciones, reflejar la verdad incluso mejor que la misma realidad.
Los “periodistas” presentes en el fotomontaje eran Santiago del Moro, Alfredo Leuco y Alejandro Fantino, con zócalos que afirmaban o preguntaban si Santa Cruz era la Venezuela argentina. El cuarto estaba reservado para una Mariana Fabbiani en lágrimas con un graph que decía “Dolor y tristeza”. Cristina compartió la imagen agregándole el título “Cadena nacional (de la mentira)”. Y comenzaron las repercusiones.
El mismo 24 de abril el conductor de «Intratables» le respondió desde Twitter a la ex mandataria: «Le pido respeto: no me llame mentiroso». La encendida defensa de su supuesta honorabilidad continuó tanto por Twitter como por la pantalla de América: «Soy una persona de bien, que paga religiosamente sus impuestos. No robo, amo a mis hijas, no amenazo, no tengo enemigos, no odio, me levanto a las 5 de la mañana todos los días”.
Recién al día siguiente se dio cuenta de que el zócalo “Santa Cruz: la Venezuela argentina” era apócrifo. Hasta el momento no le había hecho ruido porque, de hecho, es lo que había venido diciendo más o menos textualmente en su programa. Pero al descubrir la falsedad de las imágenes se multiplicaron los reclamos: “Respetuosamente les comunico que el graph de ‘Intratables’ el cual la Sra Kirchner nos acusó de mentir es falso, está trucado, nunca existió”. Luego agregó: “Digo esto después de que la producción chequeó todos los programas, ¡lo mismo le sucedió a los colegas! #VerdadVsMentira”. Indignación total.
Fantino dejó momentáneamente de lado los papelones televisivos que viene protagonizando junto a Eduardo Feinmann (desde el vergonzoso informe sobre el INCAA hasta los videos truchos de una supuesta lancha narco en la triple frontera o la captura algunos de los ladrones de la bóveda de Prosegur cuando intentaban huir en avioneta, estos sí, apócrifos, de otros hechos completamente distintos) para defender su buen nombre y honor, ofendidísimo de que lo acusen de mentir.
Diego Leuco, hijo de otro de los agraviados, abrió el programa que comparte con su padre denostando a Cristina: “Nos acusó de mentir, nos acusó de ser parte de una cadena nacional de la mentira, cuando es ella en realidad la que no puede explicar absolutamente nada”. Después de mostrar un tape en el que su progenitor sí realizaba al aire la comparación entre Santa Cruz y Venezuela (aunque sin graph), reconoció que la comparación “es excelente” porque “Venezuela es con lo que Cristina soñaba y Santa Cruz es la triste realidad con la que tiene que vivir”.
Por último, Mariana Fabbiani también aprovechó su programa para victimizarse un poco demostrando que la imagen de ella bañada en llanto en realidad era de un programa de 2014 en el que se quebró en cámara por las muertes de su abuela y de su amigo Jorge Ibáñez, ocurridas el mismo día: “Lamento profundamente que haya usado un momento tan doloroso de mi vida para hacer política, un golpe bajo, un recurso bajo. Y además me molesta mucho que me haya dicho mentirosa”, sostuvo, dignísima.
Leuco chico, que también comparte programa con Fabbiani, añadió, probando su sensibilidad de género: “Es impresionante la foto que eligieron de vos, sobre todo de una mujer que dice que defiende el género. Poner tres hombres y a una mujer llorando”. Impecable.
El miércoles 26 Chequeado.com confirmó: “#FalsoEnLasRedes: los zócalos sobre Santa Cruz que difundió CFK nunca existieron”. Un día más tarde un sesudo artículo de Clarín, titulado «Cristina, los zócalos de la TV y el búmeran de la post verdad» no se privó de citar el «miente, miente que algo quedara» de Goebbels. Clarín. Listo, quedamos así.
¿Pero quién fue el culpable de tan tremenda estafa mediática, de corromper los hasta entonces nunca profanados ámbitos comunicacionales con una manipulación tendenciosa de imágenes y un uso malintencionado del Photoshop? Fue Santos Vargas, un cordobés que pueden encontrar en Facebook y que produce casi cotidianamente memes políticos con Windows 95, mayormente con el objetivo de “ponerla”, según suele explicar.
Inmediatamente después de la represión en Santa Cruz, el sábado 22, publicó en su cuenta una imagen del Leon-O de los Thundercats con una espada del augurio transformada por el logo de Clarín y la leyenda: “Espada del abono básico, déjame ver más allá del lunes”. Y abajo los cuatro cuadritos que generaron todo el escándalo, que inteligentemente anticipaban lo que iba a ser el común discurso mediático sobre el tema.
Pasa que en algún momento, alguien quitó a Leon-O y la imagen giró hasta llegar a Aníbal y Cristina que compartieron sin chequear. No era cierto, pero era tan verosímil que nadie lo dudó un segundo. Las operetas sincronizadas son nuestro pan de cada día.
Santos Vargas, que ama tan intensa como lujuriosamente a Cristina, posteaba ante la repercusión de su chiste: “Khaleesi, soy tu Durán Barba”. Recordemos que en su momento CFK se identificó con Daenerys Targaryen, la madre de dragones de Game of Thrones. Al día siguiente, bajo la frase “Clarín, decime qué se siente” concluía su épica irrupción en la política nacional con un meme que hacía referencia a El juego del miedo: “Vamos a jugar a tu juego: Todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario”.
En estos días un par de memes mostraron mejor la podredumbre de los medios masivos de comunicación que cuatro libros de Zygmunt Bauman. Pero si el patético “zócalogate” sirve para que más gente conozca a Vargas, bienvenido sea. Vayan a su Facebook y scroleen sin parar. Y, ya que estan, también pueden pegarse una vuelta por Mamakuza, su genial página de reseñas cinematográficas.
@PedroP71
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