Ante el vaciamiento de la textil Globito, sus trabajadores arman una cooperativa

A esta altura una historia harto conocida. Primero, el abandono y el vaciamiento patronal que poco le importa dejar en la calle a trabajadores y trabajadoras. Como respuesta, ante la necesidad inmediata de conservar los puestos de trabajo aparece la organización entre pares para demostrar que es posible seguir funcionando sin patrón. Numerosas experiencias marcan la pauta y el aprendizaje de las mismas es bandera para quienes se encuentran frente a escenarios de desolación e incertidumbre.

En esta oportunidad nos encontramos con la textil Globito, sita en el barrio de La Paternal, más precisamente en Remedios Escalada de San Martín 2239. Desde fines de marzo sus trabajadores y trabajadoras resisten puertas adentro frente a la posibilidad de un desalojo y con la decisión de transformarse en cooperativa. Hasta el momento recibió infinitas solidaridades y en estos días hubo buenas noticias para sus expectativas: no se efectivizó el desalojo en el Bauen y en la Legislatura de la Ciudad hubo una declaración de preocupación tras una presentación de firmas. Hacia allá fuimos para conversar con quienes vienen aguantando noche y día en lo que consideran una parte de su vida, ya que el promedio de tiempo que llevan trabajando en la fábrica oscila los 20 o 25 años.

Globito es una textil que fue fundada hace 45 años. En sus mejores momentos llegó a haber 100 empleados. Se exportaba a países limítrofes y hasta a Nueva Zelanda. “Tenemos una cartera de clientes muy vasta y una marca bien posicionada en el mercado”, dijo Gustavo, uno de los empleados de la fábrica quien se prestó a hablar con Notas sobre el recorrido de la fábrica desde sus orígenes hasta estos días.

Hace cinco años aproximadamente el dueño, Martín Adamovsky, empezó a hacer mermar los insumos. Un año atrás presentó una convocatoria de acreedores y, sin esperar el plazo, solicitó la quiebra.”Estamos luchando para ver si nos podemos transformar en cooperativa”, afirmó Gustavo. “Dependemos que el juez falle y nos habilite”, agregó.

Para el trabajador lo central es “tener continuidad laboral”. “Lo único que queremos es trabajar, subrayó. En la actualidad son un grupo de 20 trabajadores. Hace un mes que no dejan la fábrica vacía por temor a que el dueño que la quebró termine de llevarse las herramientas y materiales. Los últimos seis meses vienen cobrando el sueldo atrasado y en varias cuotas. “Todavía nos debe parte del sueldo de febrero, el plus vacacional y el bono de fin de año de 2015 y 2016”, denunció Gustavo que dijo que los trabajadores siempre le pusieron “el hombro» a Globito.

Desde la decisión de avanzar en la constitución de una cooperativa se fueron vinculando con otras empresas recuperadas y tienen un abogado que los ayuda en el proceso. Además, destacaron que cuentan con el apoyo del sindicato Unión Cortadores de la Indumentaria, “una cantidad innumerable de cooperativas que nos han brindado muchísimo apoyo” y con la solidaridad de vecinos y vecinas. Los otros dos sindicatos que tenían inserción en la fábrica, el de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA) y el Obrero de la Industria del Vestido y Afines (SOIBA) no acompañaron, según denunció el trabajador entrevistado, la lucha de Globito.

“Ahora estamos esperando que el juez falle y nos de la continuidad laboral”, declaró Gustavo que prefirió no mencionarlo por su nombre para no entorpecer el proceso judicial. “Llevamos firmas que recolectamos de vecinos y distintas agrupaciones, de apoyo a nuestra lucha, a la Legislatura”, comentó, para finalizar, el trabajador.

Sebastián Tafuro – @tafurel