17 abril, 2017
Chechenia, el nuevo Auschwitz
Por Gustavo Pecoraro. Diferentes medios de prensa internacionales e incluso de la Federación Rusa han difundido la noticia: en Chechenia hay una cruda persecución por parte del régimen de Ramzan Kadyrov a las personas LGTBI y se confirma la existencia de campos de concentración donde están siendo encarceladas.

Por Gustavo Pecoraro. Diferentes medios de prensa internacionales e incluso de la Federación Rusa han difundido la noticia: en Chechenia hay una cruda persecución por parte del régimen de Ramzan Kadyrov a las personas LGTBI y se confirma la existencia de campos de concentración donde están siendo encarceladas.
Un gran número de organizaciones internacionales, nacionales y organismos de defensa de los derechos humanos han acompañado la denuncia: el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el secretario general del Consejo de Europa, Amnistía Internacional, ILGA Europa, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, la Federación Internacional de Derechos Humanos y el Centro de Lucha contra la Discriminación «Memorial», el Servicio Europeo de Acción Exterior, entre otros.
Kadyrov ha negado la denuncia irónicamente. Discípulo directo del ex presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien en oportunidad de su visita de hace unos años a la Universidad de Columbia en los Estados Unidos aseguró que «nosotros no tenemos homosexuales como en su país. Nosotros no tenemos de eso», el presidente checheno se permitió incluso afinar sus palabras afirmando que “los homosexuales no existen (…) Si existieran, las autoridades no tendrían que lidiar con ellos porque su familias se encargarían”.
Nueva información está siendo difundido por la Red LGBT Rusa quienes confirman oficialmente que los hechos en Chechenia son ciertos y que no existe activismo LGTBI sino personas LGTBI que no están enroladas en ninguna organización. También confirman que «hombres sospechosos de ser gay» están siendo detenidos, torturados y en algunos casos ejecutados por parte del Estado o sus familias.
La tradicional y conservadora sociedad chechena está basada en fuertes códigos familiares, lealtad a clanes y a la religión islámica. Tener un pariente gay o LGTBI es una «mancha» que toca a toda la familia. Svetalana Zakharova, integrante de la Red dijo a la BBC que los detenidos «son devueltos a sus familias en espera de que ellas mismas los maten, ya que las matanzas de honor en Chechenia son reales». En Chechenia no sólo el Estado es quien reprime y asesina, también le da esa «oportunidad» a las familias de las personas LGTBI.
Si bien había sido declarada independiente cuando estalló la Unión Soviética, la República de Chechenia es actualmente parte de la Federación Rusa. Luego de las Guerras Chechenas, el gobierno de Rusia recuperó el control e instaló un régimen (al mando de Ajmat Kadyrov) que luego de su muerte recayó en manos de su hijo Raydam quien mantiene el control a través una gran milicia privada conocida como los Kadyrovtsy (creada como cuerpo de seguridad de su padre) responsables de decenas de miles de asesinatos y secuestros con los que sostienen el régimen de terror bajo la complicidad de Vladimir Putin por quien el presidente checheno tiene profunda lealtad.
Hasta ahora ni las autoridades de la Federación Rusa, ni el Comité de Investigación de Rusia ni la Fiscalía General de la Nación reaccionaron en modo alguno sobre estas denuncias de persecusión, encarcelamiento o asesinato a personas LGTBI.
Tampoco el papa Francisco ni el Vaticano han dicho nada, al igual que la mayoría de los gobiernos del mundo.
La Red LGTB Rusa junto a organizaciones internacionales de Derechos Humanos están llevando adelante una campaña para sacar de Chechenia a todas las personas LGTBI que están en riesgo. El 11 de abril pasado la jurista de la Organización Internacional de Derechos Humanos «Ágora», Andrey Sabinin, presentó una queja oficial ante el Tribunal del Distrito Basmanny en Moscú. La denuncia exige que el tribunal reconozca la falta de reacción del presidente del Comité de Investigación de la Federación de Rusia como ilegal y lo obligue a actuar contra estas violaciones a los más elementales derechos humanos. Por otra parte, la Red LGBT de Rusia presentará la denuncia ante la Corte Penal Internacional.
Sin duda, no podemos mirar para otro lado. Otro Auschwitz se está construyendo a ojos de todo el mundo.
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