Cultura

6 abril, 2017

Huelgan las palabras

Como conclusión de un contundente día de paro general, desde Notas recomendamos algunos textos, cuentos, novelas o teatro, que abordan el tema de la huelga general. Desde Emile Zola hasta Gioconda Bellí, pasando por nuestros amigos Jack London y China Miéville.

Como conclusión de uno de los paros generales más contundentes de los últimos años, convocado por las diversas centrales sindicales contra las políticas antipopulares del gobierno de Mauricio Macri, elegimos hacer una selección de textos literarios -novelas, cuentos u obras de teatro- que abordan el tema de las huelgas de los trabajadores y trabajadoras.

Germinal

Germinal (1885)

Es la decimotercera novela de los veinte volúmenes de la monumental saga naturalista de Emile Zolá, que cuenta con una gran versión cinematográfica de Claude Berri, de 1993, con Gerard Depardieu.

Se trata de una historia tan realista como terrible sobre la lucha de los trabajadores de una mina en el norte de Francia durante los años 1860 en reclamo de mejores condiciones de trabajo. En la novela aparecen los discursos, entonces novedosos, de activistas marxistas y anarquistas que se suman a la resistencia obrera.

Termina fatal, una derrota en toda la línea. “Pero allí abajo también crecían los hombres, un ejército oscuro y vengador, que germinaba lentamente para quien sabe qué futuras cosechas, y cuyos gérmenes no tardarían en hacer estallar la tierra”.

 

 

La huelga general

La huelga general (1909)

El cuento de Jack London lleva como subtítulo “el sueño de Debs”, en referencia a Eugene Victor Debs, uno de los del promotores de la organización del movimiento obrero en los Estados Unidos.

Se trata de la descripción de una huelga general por tiempo indeterminado, decidida por los obreros para probar quiénes son los verdaderos productores de riqueza, pero relatada desde el punto de vista de la burguesía. Un grupo de millonarios primero toma burlonamente la noticia pero debe ir modificando su actitud a medida que comienza a arreciar el hambre, hasta llegar al caos y la desesperación absolutos.

«El ruido de la gran ciudad había desaparecido misteriosamente. El transporte de superficie por mi calle a esta hora del día era de un promedio de un tranvía cada tres minutos; sin embargo, en los diez minutos siguientes, no pasó ni uno solo».

 

 

pesadillaPesadilla (1929)

Esta novela de Pinie Wald (obrero y periodista judío) fue publicada en idish en 1929 y recién traducida al castellano en 1987. Se la considera uno de los mejores relatos acerca de la Semana Trágica de 1919.

La historia comienza con la huelga de los trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena, del barrio de Pompeya, durante la cual varios son asesinados, lo que opera como disparador de una enorme huelga general, cuya represión dejará cientos de muertos obreros en las calles de Buenos Aires. Luego también se realizarán progromos contra los activistas judíos, que son detenidos y torturados, particularmente en el barrio de Once.

“La burguesía estaba aterrorizada: creía que se acercaba su fin. Un espectro rojo se había plantado frente a ella. Por doquier veía una rebelión maximalista. Estaba segura de que en algún oscuro escondite se encontraba el dictador maximalista con el cabello desgreñado, maquinando el plan de la conjura”.

 

 

putasLas putas de San Julian (2013)

Basándose en la monumental reconstrucción histórica del maestro Osvaldo Bayer Los vengadores de la patagonia trágica (1972/74), el dramaturgo Rubén Mosquera adaptó una escena decisiva posterior al fusilamiento de más de 1500 peones de estancia en huelga, en febrero de 1922.

Las prostitutas del burdel “La Catalana”, de puerto San Julián, en la provincia de Santa Cruz, se niegan a atender a los soldados ejecutores, a los que expulsan del establecimiento al grito de “asesinos”. Cuenta Bayer: “Esas mujeres fueron las únicas de la sociedad argentina que reaccionaron contra un crimen tan sangriento”.

De hecho, pensaba terminar la adaptación fílmica de la historia (a cargo de Héctor Olivera, en 1974, con el malogrado Luis Brandoni, entre otros) precisamente con esa escena. Pero los militares le hicieron saber que no lo permitirían. “No hubo otra salida que dejar de lado ese hecho tan digno de los seres más menospreciados de la sociedad y llevar a cabo otro final en el film”, reconoció Bayer.

 

cien años

Cien años de soledad (1982)

De la monumental historia macondiana, sólo nos quedaremos con una de las subtramas que involucra a la cuarta generación de Buendías: la de José Arcadio Segundo, que fue testigo de una masacre de trabajadores y trabajadoras del banano llevada adelante por la tristemente célebre United Fruit Company en diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga, cerca de Santa Marta.

Haber sobrevivido al fusilamiento de tres mil hombres, mujeres y niños, un drama negado y ocultado para el resto de la población, será la locura de José Arcadio, que trata de convencer en vano al resto del mundo de la verdad de sus recuerdos. En algún momento Gabriel García Márquez reconocerá que escribió una versión libérrima de los hechos reales, en los que los muertos fueron muchos menos. Pero qué importa, todo lo que se diga contra la United Fruit siempre será poco.

 

 

Consejo

El consejo de hierro (2004)

La mejor de las tres novelas que el escritor trotskista inglés China Miéville ubica en el universo fantástico de Bass Lag. En la ciudad de Nueva Crobuzón conviven humanos con diversas especies inteligentes y con otros humanos caprichosamente modificados (los rehechos). Mientras crece la reacción popular contra la guerra en curso con la ciudad rival de Tesh (en un conflicto que no tiene problemas en referir dinámica de la Revolución Rusa), se llega a una definitoria huelga general de los sectores más brutalmente oprimidos de esta sociedad fantástica.

Un creciente grupo revolucionario, el famoso Consejo de hierro, circula por el territorio en un tren armado, expandiendo la rebelión, mientras trata de regresar a la ciudad central con los refuerzos clave que permitan volcar el incierto futuro de la rebelión hacia el lado de los revolucionarios.

 

 

 

Huelga

La escritora y poetisa nicaraguense Gioconda Belli, ex militante sandinista, simplemente tituló «Huelga» a su poema:

Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
de obreros de palomas
de chóferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.

Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.

Pedro Perucca – @PedroP71

Si llegaste hasta acá es porque te interesa la información rigurosa, porque valorás tener otra mirada más allá del bombardeo cotidiano de la gran mayoría de los medios. NOTAS Periodismo Popular cuenta con vos para renovarse cada día. Defendé la otra mirada.

Aportá a Notas