Cultura

6 abril, 2017

13 Reasons Why: todo tiene consecuencias

Ficcionar una historia de suicidio adolescente supone una gran cantidad de desafíos y peligros. En 13 Reasons Why nos presentan una historia conmovedora, dura y que en lugar de pasear por lugares comunes, invita a la reflexión.

Ficcionar una historia de suicidio adolescente supone una gran cantidad de desafíos y peligros. En 13 Reasons Why nos presentan una historia conmovedora, dura y que en lugar de pasear por lugares comunes, invita a la reflexión.

Una adolescente, Hannah Baker, termina con su vida. Nadie de su entorno entiende los motivos, ni podía suponer una decisión tan drástica e irreversible en una joven “normal”. Antes de suicidarse, Hannah graba unos casetes en los que desmenuza la serie de violencias y abusos sufridos que, desde su perspectiva, hicieron su vida vacía e insignificante. 13 Reasons Why recorre esos argumentos sin justificar lo sucedido. Primer acierto: nunca muestra al suicidio como una opción razonable o la única posible. Más bien nos pone en su piel para que podamos ver y sentir cómo aquellas cosas que parecen menores e insignificantes para pares y adultos en la vida adolescente pueden afectar de formas inimaginadas a una persona.

Ese es el puntapié inicial de una serie que conmueve y angustia. Que nos lleva a preguntarnos cuántas situaciones similares hemos vivido en nuestra vida y qué hemos hecho por nuestra gente cercana para mostrarles que nunca todo está perdido, sin importar las cosas horribles que hayan pasado.

https://www.youtube.com/watch?v=taMknA8wFrY

13 Reasons Why cuenta la historia de Hannah a través de su amigo y enamorado Clay Jensen (Dylan Minnette). El relato comienza cuando él recibe los casetes y va descubriendo todo lo que le ocurrió a la par que otras cosas que sucedieron en el colegio al que asisten y que se han callado, tapado, naturalizado, ignorado y hasta festejado.

No son adolescentes estereotipados. La serie muestra a jóvenes reales, con contradicciones y problemas. A adultos que no son ni buenos ni malos, que muchas veces -no todas- se preocupan pero no pueden llegar a sus hijos, o no intentan lo suficiente, o pasan por un momento personal que les impide ver más allá. Uno de los mensajes que deja la serie es que hay mucha gente responsable por lo que le ocurrió a Hannah, incluida ella misma.

13 Reasons Why está basada en un libro homónimo publicado en 2007 y escrito por Jay Asher. En julio de 2011 llegó al número uno de los libros más vendidos. Entonces Entertainment Weekly lo definió como el libro que estaba “salvando vidas”.

Escenas como violaciones o el propio suicidio, que difícilmente veríamos en cámara tratadas con crudeza y sensibilidad al mismo tiempo, están tan bien logradas que incomodan al mirarlas, angustian, hartan, pero nos pone en la piel de las víctimas sin romanticismo ni sentido de extrañeza. Se nota en cada escena el trabajo con psicólogos y especialistas que hicieron el equipo de producción y los actores y actrices.

“Sólo quería decirles lo correcto porque siento que tantas series y películas han demostrado estos temas de forma romántica o usados como herramienta en la trama. Quería que esta historia fuera veraz“, afirmó Katherine Langford, que lleva adelante con total credibilidad el papel de Hannah.

Pero 13 Reasons Why no es solo un drama adolescente. Construye el suspenso como un auténtico thriller. Sólo que acá no hay homicidas, hay un colectivo lleno de complejas individualidades que ignoran o desconocen las consecuencias de sus actos. No hay seres sobrenaturales, asesinos seriales, terroristas ni policías corruptos. Hay personas con vidas comunes y corrientes. Y nada tiene que envidiarle a otras series del género.

¿Cómo afectan la tecnología e hipercomunicación a las y los adolescentes? ¿Cómo pueden padres, madres, hijos e hijas romper la brecha que los aleja? ¿Cómo destruir por completo el silencio cómplice que permite abusos sexuales y violaciones? ¿Cómo se habilita el bullying y cómo este afecta de formas profundas a sus víctimas? ¿Cómo interviene la escuela? ¿Cuánto tiene que ver el género con el maltrato escolar?

13 Reasons Why no trae todas las respuestas pero acerca unas cuantas pistas. Y sobre todo una consigna: escuchar, mirar lo que está por detrás de las palabras, comprometernos con quien tenemos al lado.

Además de innumerables detalles técnicos destacables, vale la mención especial a la banda de sonido que acompaña y construye cada momento de la serie.

La actriz de Disney Selena Gómez, que originalmente iba a protagonizar a Hanna cuando la adaptación del libro estaba pensada como una película, en 2011, finalmente se convirtió en productora e intérprete de dos canciones del soundtrack. El aval de Gómez, estrella adolescente que como tantas otras de Hollywood sufrió las grandes presiones y exposición de su carrera y tuvo que luchar con distintas adicciones, y hoy es la persona en el mundo con mayor cantidad de seguidores de Instagram (113 millones), fue un buen empujón a su popularidad.

“Cuando empezó la producción yo estaba pasando por un momento muy difícil. Estuve lejos durante 90 días (en rehabilitación) y conocí a un montón de chicos que hablaban sobre el tipo de cosas que les pasan a los personajes de la serie, muchas de las cuestiones que estos personajes están experimentando. Yo diría que sí, he tenido que lidiar con eso en una forma diferente escala”, sostuvo Gomez al ser consultada por su implicancia.

Thomas McCarthy, director de la serie a quien conocemos por su labor en Spotlight, calificó al drama con cuatro adjetivos: sofisticado, elegante, honesto y real. La crítica coincide. 13 Reasons Why es una serie que hay que ver, pensar y discutir.

Julia de Titto – @julitadt

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