29 marzo, 2017
Amit Goswami, etapa superior del vidalismo místico
Mientras centenares de miles de docentes confluían en la Marcha Federal Educativa, funcionarios del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires se capacitaban con un supuesto «físico cuántico» indio. «Tú puedes cambiar tu vida a voluntad porque la realidad depende de tu consciencia». O sea que si seguís siendo pobre es culpa tuya.

Demostrar la superficialidad de la superstición, la pseudociencia,
el pensamiento new age y el fundamentalismo religioso es un servicio a la civilización.
Carl Sagan
El pasado miércoles 22 de marzo, mientras más de 400 mil docentes de todo el país confluían en la Plaza de Mayo en la jornada final de la Marcha Federal Educativa, la Provincia de Buenos Aires organizaba una “capacitación para asesores y coordinadores de capacitadores de la Dirección de Formación Continua del Ministerio de Educación” a cargo del “profesor de Física Cuántica y nominado al Premio Nobel de la Paz», Amit Goswami.
Según el comunicado oficial de la cartera que conduce Alejandro Finocchiaro, el objetivo de la “capacitación” era que “los educadores reciban nuevas herramientas creativas e innovadoras para formar docentes”. La actividad fue organizada por la Subsecretaria de Educación, la Dirección Provincial de Cooperación Internacional de la Provincia y la Agencia Amit Goswami Argentina. Participaron del evento el subsecretario de Educación, Sergio Siciliano, y los vicepresidentes primero y segundo del Consejo General de Educación, Diego Martínez y Claudio Gómez.
Desde el Ministerio consideraron «un placer» trabajar con Goswami ya que lo consideran como una referencia mundial en estudios que “buscan conciliar ciencia y espiritualidad”. Sergio Siciliano afirmó en el video de la actividad que compartió la Provincia que recibir a Goswami fue un “honor” visto que “fue nominado al Premio Nobel de la Paz” y se trata de “un físico cuántico muy reconocido a nivel mundial”. Luego explicó: “La capacitación en base tiene distintos ejes, en principio sobre lo que es física cuántica y cómo trabajar esto en toda la población, que a veces no es especialista ni tiene un conocimiento acabado del tema”. Tiene razón, Siciliano, hay ocasiones en que la población de un país no es especialista en física cuántica, lo que justifica plenamente la contratación de divulgadores como Goswami.
En el mismo video, Anahí Lucas, representante de la Agencia Amit Goswami Argentina, amplía: “Hay determinadas herramientas que él brinda que permiten que, sea cual sea nuestro contexto social o laboral, podamos resolver los problemas cotidianos que tenemos”. Es decir, no importa que seas un niño rico que tiene tristeza o un niño pobre que tiene hambre, la solución pasa por una adecuada utilización de las herramientas que puede proveernos la física cuántica. El Estado puede estar o no estar pero, como también plantean las neurociencias tan en boga, la posibilidad de cambiar tu vida siempre está en vos.
La citada Agencia apenas posee una página de Facebook, sin dirección postal alguna localizable. ¿Dónde habrán enviado el cheque por la capacitación? Y, más preocupante aún, ¿por cuánto habrá sido?
Pero, como para probar que la sarasa cuántica no conoce de partidismos, después de la capacitación a los funcionarios de Vidal, Goswami dio un “workshop” de cuatro días titulado «La física cuántica aplicada a la vida cotidiana» en la Fundación Columbia de Conciencia y Energía, creada en 2011 por Santiago Ardissone luego de una profunda crisis mística. Ardissone también es presidente del Banco Columbia y fue vinculado a Cristóbal López en múltiples negocios sospechosos.
De la India con amor
El indio Amit Goswami se presenta como conferencista, investigador y profesor emérito del departamento de Física de la Universidad de Oregon (a veces también acredita un doctorado en física cuántica).
La Universidad de Oregon cuenta con unos 20 mil estudiantes (la UBA tiene más de 300 mil) y efectivamente un Goswami (supongamos que Amit) figura allí como Associate Professor (una especie de profesor adjunto) entre los años 1969 y 1972 en alguna materia de la carrera de Física, que integra la facultad de Artes (¡!) y Ciencias de una universidad cuyo fuerte claramente no son las ciencias exactas.
En cuanto a su “doctorado” sólo diremos que el título ha sido entregado por el Instituto de Ciencias Noéticas, institución fundada en 1973 por el astronauta del Apolo 14 Edgar Mitchell, luego de tener una experiencia de samadhi (estado de conciencia en el que se alcanza la unidad con lo divino) en su viaje de retorno desde la Luna. Su objetivo es colaborar con “las investigaciones de vanguardia sobre las potencialidades y poderes de la conciencia, la exploración de fenómenos que no encajan necesariamente en modelos científicos convencionales”. Listo.
Goswami es autor de libros como La Física del alma o El Universo autoconsciente, además de El libro de todas las respuestas, Cómo la física cuántica puede explicar el amor, la muerte y la vida, de próxima edición en nuestro país. También participa como “especialista” en el hilarante pseudodocumental de divulgación del así llamado “misticismo cuántico” ¿Y tu qué sabes?
Por último, algo sobre la “nominación” al Premio Nobel de la Paz: Casi cualquiera puede ser “nominado”, basta con que lo proponga alguna institución educativa o fundación (en el caso de Goswami nunca pudimos descubrir cuándo fue propuesto ni quién lo hizo, pero bien pudo hacerlo el Instituto de Ciencias Noéticas o la Fundación Deepak Chopra, donde suele dar charlas). De los centenares de nominados anuales, la Fundación Nobel selecciona a unos 20 o 30 “candidatos”. Y luego le da el premio a Barack Obama.
Misticismo cuántico para todos y todas
El misticismo cuántico es la creencia pseudocientífica de que las leyes de la mecánica cuántica coinciden con tradiciones religiosas milenarias o creencias de la New Age. Buena parte de la cuestión se deriva de una interpretación tendenciosa del problema de la medición a niveles subatómicos (el rol distorsivo que pueden cumplir los observadores en la mecánica cuántica) o de fenómenos como el «entrelazamiento cuántico», que vincula a partículas simétricas distantes.
Una utilización liviana y genérica de conceptos absolutamente específicos de un área complejísima de la ciencia formal, en batido irresponsable con categorías filosóficas all uso nostro y definiciones de diversas religiones o creencias más o menos milienarias (del hinduismo a la cientología), es la base de estas concepciones claramente pseudocientíficas uno de cuyos mayores representantes es el millonario indio Deepak Chopra (a quien en algún momento deberemos dedicarle otro artículo). Extrapolación tras extrapolación se trasladan con pretensión de seriedad conceptos de la física subatómica a la física tradicional y luego a la sociología y psicología.
Desde este mejunje místico, que parte de la premisa de que el individuo puede modificar la realidad (incluso la física) a su antojo, se afirma la veracidad de fenónemos tan maravillosos como curaciones imposibles, experiencias extracorporales o viajes en el tiempo. Siempre agregando la palabra “cuántico” en algún lado, como para darle un barniz científico a todo.
Pedro Perucca – @PedroP71
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