19 marzo, 2017
Esquiroles, carneros, amarillos, crumiros, rompehuelgas
La estrategia de la provincia de Buenos Aires de premiar a los docentes que no acatan la huelga volvió a traer a la actualidad la palabra carnero. ¿Pero cuál es el origen de la palabrita y de sus sinónimos y cómo se dice en otros idiomas?

La lucha docente por la paritarias, que sigue adelante a pesar de las amenazas, provocaciones y mentiras que no dejaron de proliferar en estos días, entre otros muchos méritos también logró poner en boca de muchos algunas palabras que hace tiempo no se escuchaban, como «rompehuelgas» o «carneros».
Junto con la decisión de enviar policías a las escuelas para intimidar a los docentes para que no paren, probablemente otra de las más desafortunadas iniciativas oficiales para quebrar la digna huelga docente haya sido la idea de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal de ofrecerle un premio extra a quienes hayan concurrido a las aulas durante los primeros días del paro.
Más allá de pequeños detalles legales como el fallo de la juez María Ventura Martínez, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Nro. 4, que ordena al Poder Ejecutivo provincial que se abstenga de “llevar adelante todo acto que altere, restrinja, limite o afecte la libertad de los trabajadores y sus entidades gremiales en las negociaciones colectivas” o la consideración del juez Alejandro Segura, quien advirtió en un posteo en redes sociales que la decisión de pagar incentivos por trabajar en las huelgas viola “los convenios 87 y 98 de la OIT y la Constitución nacional”, lo cierto es que se trata de un inusual premio al carnereo.
Ahora bien, desentrañar los misterios de la palabra en cuestión nos exige un cierto trabajo etimológico. Pero empecemos por los sinónimos yendo de lo más transparente a lo decididamente oscuro (en varios aspectos, como veremos): rompehuelgas, esquirol, carnero, crumiro.
La composición de palabras de rompehuelgas es evidente y se repite en varios idiomas. En portugués se dice fura-greve, en francés briseur de grève, en inglés strikebreaker, en alemán Streikbrecher.
Para esquirol existen por lo menos dos hipótesis. Una explica el origen de la palabra por L’Esquirol, un municipio barcelonés del que habría salido un contingente de obreros que a fines del siglo XIX ocupó los lugares de los tejedores de Manlleu en huelga que se resistían a abandonar el trabajo hogareño para centralizarse en la factoría. Otra versión, que de todos modos no logra lavar la vergüenza eterna del gentilicio, afirma que hay registros de este uso específico de la palabra por lo menos 50 años antes del incidente textil, por lo que pretenden explicarlo simplemente porque en valenciano y en catalán esquirol significa ardilla. Y, por más simpático que sea el bicho, no deja de ser un roedor, acaparador, furtivo, ladrón.
La asociación con ciertos aspectos negativos de diversas especies animales será también el origen del sinónimo de esquirol que se usa en Argentina, Uruguay y Paraguay: carnero. Si a la tradicional idea de la sumisión ovina se suma el clásico insulto proletario de cornudo tenemos una clara idea del porqué de la elección de este simpático animalito puede servir como adjetivo indiscutiblemente descalificador.
Jaune es una palabra casi en desuso en francés en su acepción de carnero (probablemente tenga alguna asociación con los trabajadores asiáticos), pero en su significado de “amarillo” logró a muchos antiguos textos español en algunas traducciones demasiado literales de antiguos escritos socialistas.
El último de los sinónimos es el más misterioso de la serie. Si bien es cierto que ya no se usa, crumiro fue una forma muy en boga de llamar a los carneros a fines del siglo XIX y principios del XX en nuestro país. La palabrita suele aparecer con frecuencia en publicaciones y socialistas de la época, directamente importada del italiano.
Pero su uso en Italia también es oscuro. Crumiro (o su plural crumiri) es otro gentilicio, esta vez designando a los nativos de Krumiria, una región situada entre Argelia y Túnez. En sus Cuadernos de la cárcel, Antonio Gramsci se preguntaba por el origen del uso de la palabra como sinónimo de rompehuelgas: «La palabra crumiri está ligada a la ocupación de Túnez por Francia como el pretexto inicial de rechazar a hipotéticas tribus de krumiros que desde Túnez habrían incursionado a Argelia ejecutando razzias. ¿Pero cómo pasó el término a formar parte del vocabulario especial del sindicalismo obrero?” Si Gramsci no pudo resolver la intriga, no nos pesa tanto nuestro fracaso (claro que él estaba en un calabozo y nosotros tenemos internet… gracias por nada Google).
Para terminar con el tema de los animales, digamos que en inglés uno de los sinónimos de la palabra es directamente rata.
Más allá de esta rareza, lo que suele predominar en otros idiomas, además de la asociación con algún animal desagradable, es el recurso a las enfermedades más horribles.
En varias lenguas, a los carneros se les dice directamente sarna o sarnoso. En inglés entonces será scab o scabbie. Con la misma raíz, en italiano se dice scabbia. Del inglés también proviene una de las asociaciones más desagradables. Blackleg (pata negra) es el nombre vulgar de la gangrena enfisematosa, enfermedad bacteriana infecciosa de ovejas y ganado vacuno. Carneros afectados por la patanegra ya es una redundancia.
Para citar algunas utilizaciones literarias del vocablo, digamos que por la web anda dando vueltas un poema, falsamente atribuido a Neruda (cuando en realidad es del escritor venezolano Miguel Otero Silva) que se llama “Las manos del rompehuelgas”, pero nos gusta más el texto de nuestro querido amigo, el escritor estadounidense Jack London:
«Cuando dios creó la culebra de cascabel, el sapo y el vampiro, le quedó cierta cantidad de terrible sustancia, con la que hizo al esquirol.
El esquirol es un animal bípedo con el alma en forma de espiral, los sesos líquidos y el espinazo mezcla de jalea y de cola. Donde otros tienen corazón, él tiene un tumor de principios podridos.
Ningún hombre tiene derecho a ser esquirol mientras hay un charco de agua para ahogarse y una soga lo bastante larga para ahorcarse.
Judas Iscariote fue un gentleman en comparación con el esquirol. Al traicionar a su maestro, no le faltó carácter para ahorcarse. Y el esquirol no lo tiene…
El esquirol traiciona a su dios, a su mujer, a su familia y a su clase».
En cine hay inolvidables escenas con esquiroles en películas como La huelga (Serguéi M. Eisenstein, 1924), Los compañeros (Mario Monicelli, 1963), F.I.S.T. (Norman Jewison, 1978) o Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000), por mencionar una lista lo más ecléctica posible en cuanto a épocas y formas.
Pedro Perucca – @PedroP71
Foto: «Ford Strikers Riot», de Milton Brooks. Tomada durante una huelga en una fábrica de Ford. Se puede apreciar cómo un supuesto “rompehuelgas” es apaleado por los trabajadores. Fue publicada en 1941 en el Detroit News. Ganadora de un Premio Pulitzer (1942).
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