El Mundo

16 marzo, 2017

Guerra de Vietnam: la historia de la masacre de My Lai

Conocida como «el episodio más terrible de la guerra», la acción estadounidense del 16 de marzo de 1968 que implicó el exterminio total de las aldeas de Sơn Mỹ y My Khe, de la provincia survietnamita Quảng Ngãi, todavía resuena en la historia de un país que derrotó al ejército más poderoso del mundo.

Axel Schale

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Durante la guerra de Vietnam (1955-1975) el ejército de los EE.UU. cometió incontables atrocidades y violaciones de los Derechos Humanos. El uso de armas químicas como el agente naranja o el napalm son un claro ejemplo de ello. Pero hubo un hecho al que se denominó como «el episodio más terrible de la guerra»: la masacre de My Lai llevada a cabo en las aldeas de Sơn Mỹ y My Khe de la provincia survietnamita Quảng Ngãi el 16 de marzo de 1968.

La Compañía Charlie del 1° Batallón del Regimiento 20° de Infantería de la armada estadounidense, que contaba con alrededor de 100 hombres y apoyo aéreo de helicópteros, fue la encargada de masacrar a toda la población de ambas aldeas. La cifra total de muertes es aún materia de debate ya que Washington contabiliza 347 mientras que el gobierno de Vietnam afirma que fueron 504 personas asesinadas sin discriminación de género o edad.

La orden que recibieron los marines fue arrasar e incendiar todas las casas en busca de soldados enemigos así como exterminar a todas las personas y al ganado que allí encontraran. Previamente los soldados violaron y mutilaron a mujeres y niñas.

La masacre fue llevada a cabo como respuesta a la denominada «Ofensiva del Tet», una operación militar impulsada conjuntamente por el Ejército de Vietnam del Norte y el Frente de Liberación Nacional de Vietnam, más conocido como Vietcong, que logró causarle cuatro mil bajas a su enemigo mediante una táctica militar de contraofensiva guerrillera. Con el pretexto de que en dichos asentamientos se escondían las tropas del Vietcong, el teniente William Calley Jr. -a cargo de la operación- impulsó el exterminio de sus habitantes.

Cientos de vietnamitas fueron lanzados a fosas comunes donde luego los soldados estadounidenses arrojaron granadas. A medida que iban apareciendo grupos de pobladores sobrevivientes los mismos eran fusilados en conjunto para ahorrar municiones.

Desde los distintos actores del conflicto subsiste el debate sobre si la masacre fue un error de cálculo o si lo que pasó sucedió a sabiendas de que la población de las aldeas era civil. Cabe recordar que los altos mandos del ejercito estadounidense premiaban a sus subordinados en base a cantidad de bajas enemigas sin diferenciar si las mismas eran o no milicias que respondían a Vietnam del Norte.

No es un dato menor que en toda el área donde se produjo la masacre solo se encontraran tres armas y que el reporte oficial estadounidense dijera que 128 vietcongs combatientes y 22 vietcongs civiles habían sido abatidos. En ese reporte oficial también se detalla: «La infantería estadounidense ha matado 128 comunistas en un largo día de batalla». Una «batalla» en la que curiosamente no murió ningún soldado de EE.UU.

Tanto este hecho atroz como la ofensiva del Tet motivaron a grandes cantidades de ciudadanos de la potencia norteamericana a manifestarse contra de la guerra, en movilizaciones que llegaron a ser masivas. Pero la prensa no se hizo eco de la masacre de My Lai hasta un año después, cuando el editor periodístico Seymour Hersh difundió la noticia y una semana más tarde salieron a la luz las fotos sacadas por el propio fotógrafo del ejército.

A más de cuatro décadas del fin de la guerra, Washington no ha puesto un solo centavo en concepto de reparación por un conflicto bélico que terminó con la vida de aproximadamente tres millones de vietnamitas.

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