14 marzo, 2017
Carta abierta al Indio Solari
Por Ariel Parajón. No hago esta reflexión en base al amarillismo de los medios masivos de desinformación, ya que «aquí gracias a Dios uno no cree en lo que oye»; hablo con la autoridad subjetiva de haber estado ahí. Y no me sentí cuidado a pesar de que vos pedías que nos cuidemos entre nosotros.
Por Ariel Parajón*. Lo primero que se me viene a la mente son todas frases sueltas de canciones tuyas. Una guía espiritual para mis 20 años de rock.. Tengo 30. A los 10 años compré Flashpoint de los Stones (antes había comprado 1380 de Vilma Palma e Vampiros y Mi vida loca de los Decadentes, pero no computan). A esa edad empecé a coleccionar discos y hoy sigo con ese mismo fetiche.
Decía que me vienen permanentemente frases tuyas y, como vos dijiste el sábado, «así es difícil seguir». Es que «son tantos cocineros que joden la sopa», Indio.
Estas palabras las escribo pensando en vos siempre. No es por demagogia ni por ricotero o fundamentalista tuyo, ya que no me asumo como tal, sino porque te admiro como a pocos artistas y porque usufructué -y aún lo hago- tu obra hace muchos años. Aunque te compré todos los discos y varias entradas a recitales, si hago la cuenta en base a felicidad generada te debo más que la deuda externa de África.
Perdón si me extiendo o me voy por las ramas, estoy nervioso al escribirte y, te repito, lo hago pensando en vos.
No escribo para reclamarle al Estado nada, eso lo hago todos los días de mi vida y el Estado la mayoría de las veces está ausente o directamente juega para los verdugos. ¡Ah!, no te lo dije antes pero soy marxista con ascendencia en peronismo. Mi carta astral me dijo que tengo que construir una sociedad más justa y militar para eso todos los días.
En fin, no creo que seas culpable, pero sí responsable. ¿Por qué? Porque el Hombre Araña de chico me enseñó que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, y vaya si vos tenés poder.
No hago esta reflexión en base al amarillismo de los medios masivos de desinformación ya que «aquí gracias a Dios uno no cree en lo que oye», sino que hablo con la autoridad subjetiva de haber estado ahí. Y no me sentí cuidado, a pesar de que vos pedías que nos cuidemos entre nosotros. Me sentí una vaca, como siempre como en la cancha cuando voy a ver a Racing: las masas somos ganado. Ahí la cuestión del estado de ánimo -algo importante en tu filosofía de vida- se torna un poco más cuesta arriba, ¿viste?. «Habíamos dicho de cuidarnos entre nosotros», dijiste, y valoro la intención. Yo incluso traté de cuidar a los que estaban a mi alrededor, avisar cuando había barro, un escalón en la oscuridad de la salida o cuando había que cruzar las vías de los trenes en los que ya no vas. Pero dejame decirte que no sirven las buenas intenciones cuando hay que conducir 300 mil cuerpos. Digo cuerpos porque las almas las conducís seguro. Pero el tema son los cuerpos, Indio querido.
Al Estado no lo voy a señalar porque es obvio que está mayoritariamente ausente en los lugares a los que va el «populacho barbárico», sin control, sin seguridad preventiva, asistencia, etc. Sin ir más lejos, la Secretaría de Estado en la que trabajo (Sedronar) procura ir a hacer prevención a una fiesta electrónica (lo cual está muy bien, porque yo también voy a ese tipo de eventos) pero omite ir a hidratar, contener y asistir a la gente que desde hace dos días viene tomando «de todo». Pero bueno, vos ya lo venís diciendo: hay intereses oscuros que vuelven a tener poder de decisión.
Tampoco voy a señalar a la productora porque se sabe que allí siempre reina el lucro y la despreocupación por la gente que va a tu recital. Esa es la condición básica de la lógica de todo empresario capitalista. Disculpa si vos tenés relación con la empresa Chacal Producciones o En Vivo S. A., sinceramente no lo sé, pero pude percibir con mi propio cuerpo la desidia de los que organizaron el evento. Y ahí es donde yo te llamo a la reflexión, porque no te subestimo. Vos sos un tipo que cantaste «todo preso es político» y le hablaste de las Abuelas, mientras proyectabas imágenes de la cárcel de Jujuy que inmediatamente me dispararon imágenes de Milagro Sala.
No me entra en la cabeza ese planteo de muchos librepensadores que creen que vos no tenés dimensión de lo que generás o que estás más allá de la organización del evento. Si es así, es muy irresponsable de tu parte.
No creo que seas un mercenario ni que lo único que te importe sea el dinero. De ser así, estarías obsesionado por cobrarle entradas a todos o monopolizar el dineral que se mueve alrededor de un evento tuyo. Yo te cuestiono otra cosa: el autonomismo frente a un evento de semejante envergadura.
Indio querido, el autonomismo con las masas no va. La gente no se sabe cuidar sola, por eso es necesario un Estado y líderes que cuiden a la gente. Esa idea de que nos cuidemos entre nosotros es muy ingenua, según mi opinión. En tus recitales no se entiende el menú hasta que vos tocas el primer acorde, pero la salsa abunda desde mucho antes.
El consumo de sustancias no es de «uso» para disfrutar de la misa, es de abuso y así se llega a tu recital. Por eso hay que prevenir, porque la gente que te va a ver está más cerca de una banda inconsolable que de un público muy respetable. Inclusive muchos van más por la misa que por el Dios. Eso vos lo tenés que saber, Indio. ¿Sabés lo que genera Macri y no sos consciente de lo que generás vos? Esa no te la creo, como ser sensible que creo que sos, ni se la creo a los que te subestiman.
Es verdad que hay un problema de degradación en esta cada vez más vieja cultura frita que lleva décadas y que no es culpa tuya que hayas pasado de ser un tipo del under que se escuchaba en Bellas Artes a un fenómeno social de masas totalmente popular y extremadamente democrático (todos opinan de vos, todos interpretan como quieren tus canciones e inclusive deciden no pagarte la entrada e ir igual a tu recital reclamando algo que ellos deciden violar y violentar). Pero, reitero, vos tenés la responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias. Tu público debería hacer lo mismo, pero es evidente que una parte importante «está enamorado de lo que siempre intentó destruir».
Es difícil no ser injusto con vos, y seguro que Dios no está en los detalles de hoy, pero el mito te desbordó y creés que desde el escenario podes mandar mensajes organizando una jungla de las que eras rey, pero se te soltó un patín hace rato. Y es momento de parar el Bondi y guardarte un tiempo largo. Lo justo y necesario para poder aprender a organizar un evento con gente que te cuide y para que vos cuides a las bandas que te siguen. Porque sale caro ser la banda nueva permanentemente, pero ya no estamos para andar trepando radares militares.
Repito, no creo que seas culpable. Pero sí tenés la responsabilidad que tu poder te otorga sobre esas bombas pequeñitas que migran para verte.
Tampoco creo que por escribirte estas palabras le haga el juego a la derecha. Lo que menos quiero es que tu cabeza deje de crear arte subversivo y de gratificarme el alma. Pero acá no es una cuestión del estado de ánimo, es una cuestión de cuerpos. Vivir no solo cuesta vida: cuesta mucha gente disponible y contratada para cuidar al resto de los mortales. Vivir en un recital de masas cuesta luces y sonido pero también señalética, prevención, contención, asistencia sanitaria, control del posible descontrol y logística humana. Pensar en que los pibes duros que van a tu recital tienen poca capacidad de reflejos y que la venta de alcohol permanente sin hidratación gratuita se torna suicida.
Hay muchas cosas para revisar, menos tu arte.
Voy a estarle eternamente agradecido a tu arte y a tu ideología que siempre apuntó contra los ovejeros de manto negro y los sheriff que quieren meter presos a los pibes de Plaza Constitución. Siempre me vas a inspirar y voy a seguir escuchando y aprendiendo de tu poesía. Imagino que nos vas a volver a sorprender en algún momento, porque seguro que donde hay dolor habrá canciones.
Caballo Loco querido… la dicha no es una cosa alegre. Y vos lo sabes más que nadie.
@arielparajon
* Militante y docente
Foto: Infoeme
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