7 marzo, 2017
#8M: ciencia y género en tiempos de ajuste
El ajuste en CONICET y el sistema científico también impacta sobre los estudios de género. Como para el Estado no se trata de «temas estratégicos», quedan relegados y sus investigadoras, sin apoyo económico para continuar las investigaciones. Este 8 de marzo, las trabajadoras de Ciencia y Técnica marcharán en una columna unitaria.

Géneros y ciencia son dos conceptos que se articulan para revisar, repensar y rediscutir las problemáticas sociales. Desde diversas disciplinas, y con visiones y objetivos distintos, los estudios científicos con perspectiva de género nos permiten deconstruir nuestros roles, nuestros comportamientos y hasta nuestras identidades. Y, en ese recorrido, brindan la posibilidad de desarmar prejuicios y estigmatizaciones particulares sobre géneros y sexualidades.
En un momento en el que el discurso oficial sobre la ciencia busca instalar la idea de “utilidad” como criterio de valoración de la producción científico-tecnológica -para justificar, así, los graves recortes presupuestarios en el sector-, las ciencias sociales y las humanidades resultan relegadas y hasta estigmatizadas. Los estudios con perspectiva de género, en este contexto, tienden a quedar excluidos de las líneas de investigación financiadas por el Estado.
El ámbito científico reproduce así las desigualdades entre géneros que atraviesan a la sociedad en su conjunto. A las dificultades que tienen las mujeres para desempeñarse en el sector en igualdad de condiciones con los varones, se añade la exclusión de la agenda científica de la investigación sobre géneros, que debe contribuir a cuestionar y a transformar aquellas relaciones sociales desiguales.
En la convocatoria a Ingresos a la Carrera del Investigador Científico de 2016 -que generó el resonante conflicto de diciembre, con la toma del Ministerio de Ciencia y Técnica (MinCyT) durante cinco días-, el 60% de los y las postulantes que recibieron recomendación de ingreso pero fueron rechazados/as debido al recorte presupuestario, son mujeres. Entre ellas, muchas desarrollan investigaciones con perspectiva de género en distintas áreas disciplinares de las ciencias sociales y humanas, que serán discontinuadas debido a las políticas implementadas en el sector.
Este es el caso de Soledad Cutuli, Guadalupe Maradei y Jesica Baez, “afectadas” por el recorte. Las tres son integrantes de la Red Federal de Afectados/as, que se constituyó para organizar y representar a quienes se consideran despedidos por el CONICET y se encuentran reclamando por el ingreso efectivo al organismo.
Jesica Baez es graduada de Ciencias de la Educación y Doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires. Investiga sobre la experiencia educativa de jóvenes trans en escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires. Y analiza la construcción de la política pública en torno a la educación sexual integral, indagando en cómo se incluye a los y las jóvenes.
Guadalupe Maradei es Licenciada y Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. En su proyecto, titulado “Crítica literaria y perspectiva de género en la cultura argentina posdictadura”, se propone relevar, describir y analizar los discursos críticos que, desde 1983 hasta el presente, leen la literatura argentina desde perspectivas de género y, a partir de allí, profundizar en la relación entre producciones simbólicas, modos de leer y diferencias culturales en el proceso de constitución de la historia de la crítica literaria.
Soledad Cutuli es Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad de Buenos Aires. Su investigación se propone un estudio etnográfico de las prácticas organizativas, sociales y políticas desarrolladas por activistas trans del Área Metropolitana de Buenos Aires, buscando indagar en la relación entre la experiencia de la desigualdad y sus modalidades cotidianas de resistencia y acción colectiva.
Las tres fueron recomendadas por las Comisiones Asesoras pertinentes y por la Junta de Calificación y Promoción para ingresar, pero debido al recorte presupuestario fueron rechazadas por el Directorio. De haberse mantenido el promedio de ingresos efectivizado en los últimos cinco años, las tres estarían hoy en la Carrera de Investigador Científico.
Esta situación se traduce para las tres en un claro obstáculo en sus desarrollos profesionales y en el desarrollo de sus investigaciones. Pero además tiene implicancias para los equipos de investigación que integran. Y repercute también en el claro aporte que sus investigaciones podrían hacer a la sociedad, en relación con poblaciones vulnerables y con fuertes estigmatizaciones que se corporizan en discriminación y violencia.
En la convocatoria a Ingresos de 2017, el CONICET no solo sostiene el recorte abrupto en los cupos que suscitó el conflicto en diciembre, sino que además perjudica particularmente a las ciencias sociales y humanas. En esta convocatoria, el 50% de los ingresos se destinará a los denominados “Temas estratégicos”, en los que poco lugar tienen las disciplinas sociales, y menos aun los estudios con perspectiva de género. La ausencia de la cuestión de género en los temas “estratégicos” contrasta con un contexto en que el feminismo avanza y las demandas por la erradicación de la violencia de género se expanden a lo largo y ancho de la sociedad. La investigación científica, en este marco, debería constituir una herramienta indispensable para el diagnóstico de problemáticas y la elaboración de políticas públicas sostenidas desde el Estado.
El reclamo de los/as afectados/as en la convocatoria a CONICET de 2016, así como la protesta por los nuevos recortes planteados para la convocatoria 2017, se sumarán este miércoles 8 de marzo a otros reclamos particulares del sector de Ciencia y Tecnología, en el marco del Paro Internacional de Mujeres. Este sector presenta falencias significativas en lo que se refiere a políticas de igualdad de género: la mayoría de los organismos de Ciencia y Técnica (CyT) no cuentan con jardines materno-paternales y lactarios, no existen licencias por maternidad y paternidad de manera compartida, ni protocolos contra la violencia de género o licencias reconocidas por este motivo, y no se ha iniciado aún una discusión sobre el cupo laboral trans.
Además, el famoso techo de cristal, que impide el desarrollo profesional sin otro motivo más que el de ser mujeres, puede verse claramente en la Carrera de Investigador Científico, ya que si bien las mujeres han aumentado su participación en las categorías más bajas del sistema científico, siendo más del 50%, este porcentaje se reduce a la mitad en el nivel superior.
Por todos estos motivos, las trabajadoras de CyT marcharán este #8M en una columna unitaria de Ciencia y Educación. Ciencia y género son, así, conceptos que posibilitan repensar y rediscutir lo social, y también -en tiempos de ajuste- accionar en consecuencia, luchando por defender y conquistar derechos sociales.
Victoria García y Florencia Trentini – @flortrentini.
Becarias Posdoctorales CONICET
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